La nueva vida de Aran Aznar, la sobrina del expresidente del Gobierno que durmió en un cajero: “Estoy viva de milagro”

La que fuera concursante de ‘Supervivientes 2014’ reapareció en el programa de televisión ‘Fiesta’.

Tras más de diez años desaparecida de la pequeña pantalla, Aran Aznar, sobrina del expresidente del Gobierno José María Aznar, reapareció en el programa de televisión ‘Fiesta’. La que fuera concursante de ‘Supervivientes 2014’, portada de la revista ‘Interviú’ y colaboradora de algunos programas actualizó cómo vive después de los problemas que ha sufrido en los últimos años.

“Estoy feliz, en uno de los mejores momentos de mi vida. Tengo todo lo que necesito. La vida es una montaña rusa: nunca se puede estar siempre arriba, pero tampoco se puede estar siempre abajo”, subrayó. A los momentos bajos que se refiere es al desahucio que sufrió y a los episodios de violencia de género.

En 2022, ella misma le contó a la revista ‘Semana’ que no tenía dinero para pagar ni la luz ni el agua. Y que, pese a que durante un tiempo pudo vivir en la casa de su madre, hubo noches que tuvo que “dormir en cajeros”. “Estoy viva de milagro”, rememoró.

Por suerte, todo ha cambiado. Aznar ha encontrado un trabajo que le ha permitido salir de la miseria e incluso sonríe cuando piensa en su vida personal. “Llevo veinte meses trabajando como conductora de vehículos VTC, soy abuela. Conducir es algo que… tener un volante en las manos para mí es un mundo entero”, contó.

“Hago turnos de noche porque estoy más acostumbrada y las personas son más interesantes”, zanjó la exconcursante de ‘Supervivientes’, que también habló de que la relación con sus tíos es “ni buena ni mala”, aunque admitió que su presencia en televisión no le gustó. “Son muy conservadores y él fue muy serio, con lo cual no les gustó el tema televisivo”, zanjó.

Su dura vida tras ‘Supervivientes’

Fue ella misma quien contó que le «maltrataba física y psíquicamente». «He recibido muchas palizas», llegó a relatar. A pesar de todo, Aran Aznar pudo reconocer el infierno en el que estaba sumida y decidió acudir a una clínica de rehabilitación.

Pero en el verano de 2022, la mujer sufrió otro revés. La sobrina Aznar anunció que, debido a que no tenía dinero para pagar su casa, en la que estaba de alquiler, había recibido una orden de desahucio.

Esto se llevó a cabo a los pocos días en la vivienda en la que vivía junto a su hija y ambas acabaron en la calle.

«Soy una persona vulnerable por los servicios sociales y todo está certificado. Además, soy víctima de violencia de género. Cobro una pensión por ello que ya hace tres meses que se me terminó, con lo cual no tengo ningún ingreso.

He estado cuidando sin contrato a gente hospitalizada, pasando allí la noche para pagar mis facturas, pero es puntual», contó a la revista Semana. Debido a esta situación, Aran tuvo que volver a vivir a casa de su madre, mientras que su hija se trasladó a residir al garaje de una amiga.

La relación de Aran con su tío, José María Aznar

«Gracias a que me ha dejado quedarme en una habitación, pero ella tampoco tiene muchos medios económicos. Tienes más de 70 años. La que más me preocupa ahora es mi hija porque está en un garaje. El día que pasó era su cumpleaños. Está al límite, decía que para ella la vida había terminado. La fuerza de la familia soy yo.

Yo le digo que todo esto nos va a hacer más fuertes», explicó la sobrina de José María Aznar. Además, resaltó que no esperaba recibir la ayuda de nadie: «Mis tíos no tienen la obligación de hacerse cargo de mí. Yo soy yo. El apellido de mi tío también es el mío, pero yo empecé a trabajar con 16 años, a mi hija la tuve sola».

Fue Europa Press el medio que, hace un año, pudo hablar con ella sobre cómo se encontraba. La televisiva contó que seguía viviendo con su madre: «En febrero del año pasado fue cuando tuve las operaciones de la paliza que me dio mi expareja y ya me vine para acá después del quirófano. Y llevo aquí un año. Aquí estoy con los niños y el peque».

También, el medio de comunicación quiso preguntarle sobre cómo se encontraba después de esos años de maltrato. «He engordado bastante porque lógicamente ha habido mucho reposo y tal y luego la depresión, que eso sabes. Lo que más cuesta es volver a confiar o el fiarte de la gente».

Sobre si ha vuelto o no a encontrar trabajo y cómo se encuentra su economía, Aran se mostró muy clara: «En la ruina no, algo queda. Yo la esperanza no la pierdo, seguiré buscando, luchando y a mis contactos pasándole mi currículum».