La pelea oculta entre Mbappé y Vinicius: ¿Risas, desinterés o una crisis profunda en el Real Madrid?

Han pasado más de 24 horas desde la devastadora goleada que el Paris Saint-Germain propinó al Real Madrid, un 4-0 que dejó no solo al equipo blanco humillado, sino también expuesto en sus más profundas debilidades.

Sin embargo, lo que más ha llamado la atención tras este desastre no ha sido solo el marcador, sino la actitud y las tensiones visibles entre las dos figuras principales del ataque madridista: Kylian Mbappé y Vinicius Jr.

El partido fue un auténtico paseo para el PSG, que manejó el balón y el ritmo con una facilidad insultante, mientras el Madrid parecía perdido, incapaz de reaccionar o de generar peligro.

La crítica principal se centró en la falta de presión y compromiso defensivo de Mbappé y Vinicius, quienes parecían más preocupados por sus diferencias que por colaborar en el campo.

Uno de los momentos más comentados fue la evidente falta de sincronía entre ambos jugadores.

Durante el encuentro, apenas se intercambiaron el balón tres veces, una cifra alarmantemente baja para dos delanteros de su calibre.

Esta desconexión no solo afectó el ataque, sino que dejó enormes espacios para que el PSG se moviera con libertad y creara peligro constante.

El entrenador Xabi Alonso había diseñado un esquema que requería que Mbappé y Vinicius bajaran a colaborar en defensa, presionando la salida del rival para evitar que el PSG se sintiera cómodo.

Sin embargo, ninguno de los dos cumplió con esa tarea.

La ausencia de presión permitió que el equipo francés dominara el juego y desarbolara la defensa madridista con facilidad.

Lo que agravó aún más la situación fue la actitud de ambos en el campo.

En varias ocasiones, se les vio reír y mostrarse relajados en momentos donde el equipo necesitaba concentración absoluta.

Estas imágenes encendieron las alarmas y generaron críticas duras tanto dentro como fuera del club.

Tras el partido, la tensión entre Mbappé y Vinicius no hizo más que aumentar.

En el vestuario, las discusiones fueron evidentes.

Cada uno tomó caminos separados, sin mostrar intención de reconciliación ni diálogo, lo que refleja una crisis de comunicación y compromiso que podría estar minando el vestuario.

Xabi Alonso enfrenta ahora un desafío mayúsculo: corregir esta falta de compromiso y cohesión entre sus estrellas.

Expertos y aficionados coinciden en que el técnico debe imponer disciplina y exigir un cambio de actitud inmediato.

Para ello, se ha sugerido que ambos jugadores vean juntos vídeos de otros futbolistas como Dembélé o Dowé, quienes se caracterizan por su incansable presión y entrega, para que entiendan lo que significa defender el escudo madridista.

Luis Enrique, actual entrenador del PSG, fue citado como ejemplo de liderazgo, pues en su equipo exige que si un jugador no rinde en ataque, debe ser el mejor defendiendo.

Esta filosofía contrasta con la permisividad que parece existir en el Real Madrid, donde la falta de presión de sus estrellas ha sido uno de los factores clave de la derrota.

Más allá de lo táctico, también surgen dudas sobre la motivación de Vinicius.

En redes sociales, el brasileño ha mostrado signos de distancia con el club, eliminando imágenes y referencias al Real Madrid, algo que alimenta las especulaciones sobre su futuro y su compromiso con la camiseta blanca.

Por su parte, Mbappé también parece estar lejos de su mejor forma física y mental.

La goleada ante su exequipo y la falta de apoyo en el campo parecen haber afectado su rendimiento y estado anímico, lo que se reflejó en su actitud durante y después del partido.

Xabi Alonso debe tomar decisiones difíciles.

La convivencia entre Mbappé y Vinicius está en entredicho y la paciencia del club también.

Si no se logra una reconciliación y un compromiso real, el proyecto madridista podría sufrir un daño irreparable.

El Real Madrid, que ya enfrenta problemas defensivos y un centro del campo que no funciona a pleno, no puede permitirse tener dos delanteros que no corren ni presionan.

La exigencia es máxima y la temporada apenas comienza.

El futuro del equipo dependerá en gran medida de cómo se gestione esta crisis interna.

La afición madridista espera que sus estrellas den un paso adelante y que Xabi Alonso logre unir a un vestuario que ahora mismo parece fragmentado y desconectado.

Mientras tanto, el PSG celebra su victoria y el buen momento de sus jugadores, liderados por un Luis Enrique que sabe cómo manejar egos y motivar a sus futbolistas para que rindan al máximo.

La pregunta que queda en el aire es clara: ¿podrán Mbappé y Vinicius dejar sus diferencias a un lado y trabajar juntos por el bien del Real Madrid?

O, por el contrario, ¿esta pelea es solo el comienzo de una fractura que podría costarle caro al club más laureado del fútbol mundial?

El tiempo dirá si esta tormenta se convierte en una oportunidad para crecer o en el preludio de una crisis profunda.

Lo que está claro es que el Real Madrid necesita urgentemente recuperar la unidad y la pasión que lo han hecho grande.

De lo contrario, las risas y la indiferencia en el campo podrían transformarse en un desastre irreversible.