El duque de Sevilla, Francisco de Borbón y Escasany, primo del rey Juan Carlos I, ha fallecido a los 81 años tan solo diez días después de la muerte de su hermano Alfonso, dejando a su hija Olivia de Borbón sumida en el luto familiar y reabriendo tensiones históricas dentro de la familia Borbón por la ausencia del emérito en los funerales.

 

Muere Francisco de Borbón y Escasany, duque de Sevilla y primo del rey Juan  Carlos, diez días después que su hermano

 

La muerte de Francisco de Borbón y Escasany, duque de Sevilla y primo del rey Juan Carlos I, ha causado una profunda conmoción en los círculos nobiliarios españoles.

A los 81 años, falleció en Madrid, cerrando un capítulo de la alta sociedad marcado por el linaje, la discreción y también por ciertas tensiones familiares que han salido a la luz en los últimos años.

Su hija, Olivia de Borbón, figura mediática y empresaria muy presente en la prensa del corazón, confirmó la pérdida a través de un mensaje compartido por su esposo, Julián Porras-Figueroa, en redes sociales, generando una oleada de mensajes de afecto y condolencias.

El fallecimiento del duque se produjo tan solo diez días después de la muerte de su hermano Alfonso de Borbón y Escasany, lo que ha sumido a toda la familia en un estado de luto doble y silencioso.

Francisco de Borbón, descendiente directo del infante Enrique de Borbón y por tanto perteneciente a una de las ramas menos visibles pero legítimas de la familia real española, fue siempre una figura reservada, aunque no exenta de interés para la prensa y los estudiosos de la nobleza.

Hijo de Francisco de Borbón y Borbón y de Enriqueta de Escasany, marquesa de la Moncada, ostentaba el título de duque de Sevilla, además de otros títulos menores asociados a su linaje.

A pesar de su sangre azul, su vida se desarrolló fuera de la primera línea de la Casa Real, dedicándose principalmente al mundo empresarial, especialmente en el sector asegurador y de bienes raíces.

A lo largo de su trayectoria, mantuvo un perfil relativamente bajo, aunque en los últimos años había comenzado a redactar sus memorias bajo el título “Cuasi Memorias”, donde recogía reflexiones personales y episodios poco conocidos de su historia familiar.

 

Muere Francisco de Borbón y Escasany, duque de Sevilla y primo del rey Juan  Carlos, diez días después que su hermano

 

Su hija Olivia, nacida de su matrimonio con Beatriz von Hardenberg, condesa alemana de gran prestigio social, ha sido una presencia constante en los medios por su elegancia y su papel activo en el mundo empresarial.

Casada desde 2011 con Julián Porras-Figueroa, nieto del histórico diplomático y académico Carlos Figueroa, Olivia se convirtió en uno de los rostros más conocidos de la aristocracia contemporánea española, combinando glamour, tradición y actualidad.

La noticia de la pérdida de su padre la ha golpeado especialmente, más aún tras haber perdido también a su tío Alfonso hace apenas una semana, en un contexto familiar ya marcado por el dolor y la discreción.

La ausencia del rey Juan Carlos I en los funerales tanto de Alfonso como de Francisco no ha pasado desapercibida.

En un reciente análisis del periodista Martín Bianchi, se reveló que el emérito no mantenía una relación cercana con estos primos a los que, según algunas fuentes, consideraba “Borbones de segunda”.

Esta expresión, duramente criticada en ciertos sectores cercanos a la nobleza, ha vuelto a poner sobre la mesa las divisiones internas dentro de la propia familia Borbón. Aunque comparten ascendencia común, los vínculos entre las distintas ramas han sido irregulares y muchas veces distantes.

Juan Carlos I, muy cercano en su juventud al poder y a los centros de decisión del país, se habría distanciado de ciertos primos a los que veía como figuras residuales dentro del engranaje institucional de la monarquía.

 

Muere Francisco de Borbón y Escasany, duque de Sevilla y primo del rey Juan  Carlos, a los 81 años y diez días después del fallecimiento de su hermano  Alfonso

 

El duque de Sevilla no participó activamente en la vida política del país ni en la representación oficial de la Corona, pero mantuvo una fuerte conexión con tradiciones nobiliarias como la Orden de San Lázaro, de la que fue Gran Maestre.

Esta orden, de origen medieval, ha sido preservada por algunas casas reales europeas como símbolo de continuidad histórica.

En su biografía inacabada, Francisco de Borbón también relataba aspectos de su relación con España, su visión sobre la evolución de la nobleza y su vinculación espiritual con la fe católica.

La muerte del duque también ha traído al recuerdo otras figuras trágicas de su familia.  Su hermana Elena de Borbón y Escasany fue una figura emblemática de la alta sociedad madrileña en los años 90, musa del diseñador Gianni Versace y protagonista de una vida brillante,

interrumpida por una enfermedad neurodegenerativa que la retiró prematuramente del foco mediático. Su historia, profundamente humana, fue símbolo del esplendor y la fragilidad que a veces conviven en los linajes más distinguidos.

 

Muere Alfonso de Borbón y Escasany, primo del rey Emérito Juan Carlos I, a  los 80 años - Infobae

 

Ahora, tras el fallecimiento de Francisco, muchos se preguntan qué será del legado de esta rama de los Borbones, más alejada de los focos institucionales pero que representa una parte esencial de la historia nobiliaria del país.

Olivia, como heredera visible de este linaje, tendrá que asumir un nuevo rol en un momento donde la monarquía y la aristocracia atraviesan procesos de transformación y cuestionamiento público.

A pesar del dolor, ella se ha mostrado serena, agradeciendo las muestras de apoyo y expresando su amor por su padre con una sencilla frase compartida en redes: “Mi padre ha sido un gran hombre. Le echaremos de menos siempre”.

La nobleza española pierde con él a uno de sus miembros más discretos pero también más auténticos. Un hombre que, sin protagonismos, supo preservar el valor de su apellido y transmitirlo con dignidad a las siguientes generaciones.

Y aunque los lazos con la Casa Real hayan sido débiles o incluso fríos, su historia se entrelaza irremediablemente con la de España.

Con su partida se cierra un capítulo lleno de silencios, secretos y emociones no dichas, que nos recuerdan que, incluso en las familias más ilustres, el dolor y la distancia también escriben su propia historia.