El rey Felipe VI interrumpe sus vacaciones para supervisar de cerca los incendios que devastan la Península, reuniéndose con la UME y evaluando personalmente la situación crítica mientras miles de hectáreas han sido calcinadas y numerosas personas evacuadas.

El domingo 17 de agosto de 2025, el Rey Felipe VI tomó la decisión de interrumpir sus vacaciones familiares privadas en Grecia, donde se encontraba junto a la Reina Letizia y sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, para atender la emergencia nacional provocada por los incendios que azotan la Península Ibérica.

La familia real había estado compartiendo estancia en una lujosa villa cerca de la bahía de Kiláda, en la región del Peloponeso, con los reyes de Países Bajos, Guillermo y Máxima, tras finalizar sus vacaciones en Marivent, Palma de Mallorca.

Fue desde Atenas que el Rey emprendió el vuelo hacia Madrid a bordo del Falcon real, con el objetivo de reunirse con la Unidad Militar de Emergencias (UME) y recibir información de primera mano sobre la situación de los incendios, que afectan gravemente a múltiples comunidades autónomas.

A su llegada a la base aérea de Torrejón de Ardoz, donde se encuentra el Cuartel General de la UME, Felipe VI fue recibido por los mandos de la unidad y tuvo la oportunidad de conversar directamente con los efectivos desplegados en las labores de extinción.

Durante la reunión, se detalló la gravedad de los incendios en regiones como Extremadura, donde el fuego de Jarilla se encuentra completamente fuera de control, así como la situación en Galicia, Andalucía, Valencia y Castilla y León, donde los incendios, aunque algo más controlados, siguen activos.

Según los reportes oficiales, hasta el momento más de 115.000 hectáreas han sido calcinadas, con miles de personas evacuadas y varias víctimas mortales confirmadas.

Durante el encuentro, Felipe VI insistió en conocer de manera precisa la ubicación de los focos activos y la disponibilidad de recursos para combatir las llamas.

Los mandos de la UME le explicaron las dificultades que enfrentan debido a las condiciones meteorológicas extremas, la sequía prolongada y la densidad forestal de las zonas afectadas.

En palabras de uno de los oficiales presentes: “Su Majestad quiso saber cómo estamos coordinando a los equipos en cada provincia y cómo podemos garantizar la seguridad de la población. Fue una reunión muy directa y centrada en la acción.”

Además de su interés por la operación de extinción, el Rey expresó su preocupación por las familias afectadas.

La presidenta de Galicia, a través de sus redes sociales, destacó la llamada del Monarca agradeciendo el esfuerzo de todos los equipos sobre el terreno, y aseguró que Felipe VI se mantiene informado constantemente sobre la evolución de los incendios.

Lo mismo ocurrió en Castilla-La Mancha y Andalucía, donde autoridades regionales confirmaron la atención del Rey ante la crisis.

Fuentes cercanas al Palacio de la Zarzuela señalaron que no se emitió un comunicado oficial, pero que el Monarca ha seguido muy de cerca la situación desde el primer momento, incluso antes de regresar a España.

La presencia de Felipe VI en Torrejón de Ardoz también tiene un componente simbólico, mostrando el respaldo de la Corona a los efectivos de emergencia y reforzando la importancia de la coordinación entre los diferentes cuerpos que combaten los incendios.

Tras la reunión en la UME, se especula que Felipe VI podría dirigirse a Palma de Mallorca para visitar a su amigo, el cantante Jaime Anglada,

quien se encuentra ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitari Son Espases tras sufrir un grave accidente de tráfico en moto.

Aunque este viaje no ha sido confirmado oficialmente, medios locales sugieren que la visita del Rey sería un gesto personal de apoyo al artista durante su recuperación.

El despliegue de la UME y la coordinación con los cuerpos regionales es clave en la lucha contra los incendios, especialmente en puntos críticos como Extremadura y Galicia, donde la magnitud de los incendios ha obligado a desalojar aldeas completas y cortar carreteras de manera preventiva.

Durante su estancia en la base de Torrejón, Felipe VI pidió información detallada sobre la logística de evacuación, los recursos disponibles y la estrategia a seguir en los próximos días.

Los mandos le explicaron que el principal desafío es la extensión de los frentes activos y la velocidad a la que el fuego se desplaza, complicando la llegada de refuerzos en determinadas zonas.

El Rey también se interesó por la protección de infraestructuras críticas, como redes eléctricas, vías de comunicación y hospitales, asegurando que la UME cuente con los medios suficientes para prevenir daños mayores.

Su visita fue recibida con aplausos por parte de los efectivos presentes, quienes destacaron la importancia de que el máximo representante de la Corona muestre un compromiso activo ante situaciones de emergencia de esta magnitud.

En paralelo, la situación de los incendios sigue siendo crítica en toda la península.

Extremadura enfrenta focos que permanecen fuera de control, mientras Galicia concentra los incendios más graves, con confinamientos masivos, aldeas desalojadas y una comunidad prácticamente incomunicada por tren y carretera.

En Andalucía y Valencia, los fuegos se mantienen activos aunque con control parcial, pero los equipos de emergencia continúan en alerta máxima ante posibles rebrotes.

La presencia de Felipe VI en Madrid subraya la gravedad de la situación y la necesidad de coordinación entre autoridades nacionales y regionales.

Su intervención directa refleja no solo el seguimiento cercano de la crisis, sino también un respaldo moral a los miles de efectivos que luchan contra el fuego y a las familias que han perdido sus hogares.

Su actitud ha sido valorada por presidentes autonómicos y por ciudadanos que, a través de redes sociales, han mostrado su agradecimiento por la implicación del Monarca en la protección de vidas y bienes ante esta catástrofe ambiental.

La visita de Felipe VI a la UME marca un momento clave en la gestión de los incendios en España, evidenciando la magnitud del desastre y la coordinación necesaria entre autoridades, cuerpos de emergencia y ciudadanos para mitigar los efectos de uno de los peores episodios de incendios forestales de los últimos años.