😱🔪 “Punzadas en ‘First Dates’: el instante en que Carlos Sobera sintió que podía perder un ojo”

ACCIDENTE CARLOS SOBERA FIRST DATES| Preocupación por el estado de Carlos  Sobera tras el incidente que ha sufrido con una soltera en First Dates: " Casi me lo cargo"

Carlos Sobera lleva casi una década recibiendo a solteros y solteras dispuestos a dejarse conquistar por el amor televisado.

Ha visto de todo: confesiones inesperadas, estilos imposibles, encontronazos ideológicos y hasta desplantes que han dejado el ambiente más frío que el postre.

Pero lo que vivió aquella noche no se parecía a nada.

Abril, una joven con un look que gritaba personalidad, cruzó la puerta decidida a conquistar a su cita, Yucado.

Lo que no imaginaba es que, antes de siquiera conocerle, ya iba a dejar huella… pero en el anfitrión del programa.

Sobera, como siempre, la recibió con una sonrisa y un abrazo cálido.

Ella llevaba unas gafas de sol tan llamativas como peligrosas: cristales oscuros, montura recargada y pinchos metálicos que sobresalían como pequeñas lanzas.

En el momento del saludo, uno de esos pinchos rozó peligrosamente el rostro del presentador.

El accidente de Carlos Sobera en 'First Dates': “Casi me mato”

“Casi pierdo un ojo”, exclamó Sobera intentando restarle dramatismo, aunque el gesto de llevarse la mano a la cara delataba el susto.

Abril, entre risas, soltó un “Uy, uy, que te agredo” y añadió con descaro: “Casi me lo cargo, casi me salta un ojo”.

Sobera replicó: “Vengo herido, que lo sepas”, antes de acompañarla hacia su mesa.

El peligro quedó atrás, pero el comentario flotaba en el aire, recordando que incluso en un programa de citas el riesgo puede estar a la vuelta de un gesto.

No era la primera vez que Sobera afrontaba un momento de alta tensión en First Dates.

Tiempo atrás, un invitado se convirtió en protagonista de una de las escenas más incómodas que se recuerdan en el plató.

El hombre había participado en el programa hasta en cuatro ocasiones, cada vez bajo un nombre y una personalidad distinta: un día youtuber y cantante, otro jardinero madrileño, y así hasta completar un abanico

de identidades inventadas.

Sobera, lejos de dejarlo pasar, decidió enfrentarlo en directo.

El accidente de Carlos Sobera en 'First Dates': “Casi me mato”

“Te voy a enseñar una cosa a ver qué te parece y me das tu opinión”, dijo antes de mostrarle un vídeo recopilatorio con todas sus apariciones.

El presentador fue directo: “Cuatro veces aquí engañándonos.

El problema no es que nos engañes a nosotros.

El problema es que la gente que viene a citarse contigo viene buscando el amor de verdad.

Nos estás engañando a todos”.

El comensal, acorralado, intentó justificarse con un confuso “Lo hago por instinto.

Soy artista en general, pero no sé qué soy”.

Sobera no se ablandó: “Esto se lo enseñas luego a tu profesor de interpretación, a tu familia.

Te das cuenta de que has jugado con el prestigio de First Dates.

Salvo que estés enfermo, no tienes ninguna justificación.

Carlos Sobera destapa el mayor fraude de 'First Dates' en su noche más tensa

Siempre hay voces que dicen que son actores los que vienen y tú lo único que has hecho es echarnos encima con tu actitud”.

La reprimenda fue tan contundente que el impostor terminó pidiendo perdón.

En ese momento quedó claro que el restaurante de First Dates puede ser escenario de risas y conquistas, pero también de verdades incómodas y lecciones en directo.

Para Sobera, la misión no es solo presentar citas: es velar por la autenticidad del encuentro, aunque eso signifique tensar el ambiente hasta el límite.

Entre el susto de Abril y el enfrentamiento con el impostor, el veterano presentador demostró que su temple va más allá de las cámaras.

Manejar con naturalidad el peligro físico y al mismo tiempo mantener el control frente a un engaño deliberado no es tarea sencilla.

Pero Sobera, con la experiencia que le dan años en televisión y su particular mezcla de humor y firmeza, ha convertido ambos episodios en parte de la leyenda que sigue construyendo noche tras noche.

En First Dates nunca se sabe qué va a pasar.

Puede que en una mesa surja el amor más puro… o que, entre copas de vino y velas encendidas, el verdadero espectáculo esté ocurriendo a escasos metros, donde el presentador, con sonrisa y mirada atenta,

esquiva peligros y destapa mentiras.

Y eso, aunque no lo pongan en el menú, es parte del precio de entrada al restaurante más impredecible de la televisión.