Jaime Anglada continúa en el hospital de Son Espases tras ser víctima de un grave accidente. Su amiga Carolina Cerezuela no ha dudado en acudir

El estado del músico Jaime Anglada sigue siendo motivo de profunda preocupación para familiares, amigos y seguidores tras el grave accidente de tráfico ocurrido en la madrugada del 8 de agosto en Palma de Mallorca.

Ingresado en el hospital de Son Espases, Anglada permanece en coma inducido debido a las múltiples lesiones sufridas, pero ya fuera de peligro inmediato según informan fuentes cercanas.

La noticia ha provocado una oleada de solidaridad y visitas al centro hospitalario, entre las que destacan la de su amiga y compañera artística Carolina Cerezuela, quien no ha dudado en trasladarse acompañada por su marido, el extenista Carlos Moyá, para arropar al cantante y ofrecer apoyo a su familia en uno de los momentos más delicados.

El accidente que cambió todo sucedió poco después de la medianoche del viernes 8 de agosto, cuando Jaime Anglada circulaba en moto por las calles de Palma.

Un coche, cuyo conductor realizaba una maniobra prohibida y que posteriormente fue detenido por la policía con evidentes signos de embriaguez, embistió al músico, causando traumatismos severos en cabeza, cadera, costillas, muñecas y bazo.

El conductor huyó inicialmente, pero testigos lograron anotar la matrícula y facilitaron su rápida detención, enfrentándose ahora a cargos por omisión del deber de socorro y lesiones por imprudencia grave.

La gravedad de las heridas llevó al traslado urgente de Anglada a la UCI del hospital Son Espases, donde su estado se mantuvo crítico durante horas.

El apoyo no se hizo esperar y en la mañana siguiente se produjo una de las visitas más emotivas cuando Carolina Cerezuela, con quien Jaime comparte una fuerte amistad y un exitoso proyecto musical llamado ‘Anglada & Cerezuela’, llegó al hospital acompañada por Carlos Moyá.

La actriz y presentadora ha sido una figura clave para el músico durante esta crisis, manteniéndose cerca de la esposa de Jaime y brindando consuelo en medio de la incertidumbre.

“Queríamos estar aquí, saber cómo está y mostrarle que no está solo en esto,” explicó Carolina en declaraciones a algunos medios, visiblemente afectada.

Por su parte, Moyá se mostró igualmente solidario y comentó: “Jaime es una gran persona y amigo, y estaremos siempre a su lado.”

El círculo más íntimo del artista también ha recibido la visita de numerosos amigos y familiares, según confirmó el periodista Julián Aguirre, que permaneció a las puertas de Son Espases para dar seguimiento a la evolución médica y el ir y venir de visitantes.

Entre ellos no estaba previsto que acudiera el Rey Felipe VI, gran amigo del músico desde hace años y habitual asistente a sus recitales en Mallorca, aunque sí permanece informado de todo lo sucedido y se espera que mantenga el contacto con la familia en este duro momento.

La relación entre Carolina Cerezuela y Jaime Anglada no es reciente. Su vínculo se remonta a 2015 y se consolidó artísticamente en 2017 con el lanzamiento de su disco conjunto, una fusión musical que les valió el reconocimiento y el cariño del público.

En varias entrevistas concedidas en aquel entonces, ambos destacaron la confianza y la complicidad que les unía.

“Jaime es una persona que sabe encajar todo, muy autocrítico y con una capacidad increíble para hacer reír a los demás,” comentaba Carolina, describiendo a su amigo con admiración. Esta amistad profunda es ahora un pilar fundamental para sobrellevar la crisis.

Además de su faceta artística, Jaime Anglada es conocido por su carácter afable y su compromiso con diversas causas sociales.

A lo largo de su carrera ha participado en eventos benéficos y ha mantenido una cercanía especial con la comunidad mallorquina, siendo un referente cultural en la isla.

El impacto de su accidente ha movilizado a muchos seguidores y colegas, quienes esperan una pronta recuperación para el músico que, a pesar de su estado grave, ya no corre peligro de muerte según fuentes médicas.

La última vez que Anglada y Cerezuela actuaron juntos fue en enero de 2025 en un festival en Palma, un recuerdo que ahora adquiere un valor especial para quienes los siguen.

En su Instagram, Jaime había anunciado su próximo concierto para el 15 de agosto, justo días después del accidente, un evento que ahora está en incertidumbre y cuya realización dependerá de su evolución médica.

Mientras tanto, el ambiente en el hospital es de expectación y esperanza contenida. La familia y amigos han pedido respeto por la privacidad del artista en estos momentos delicados, agradeciendo el cariño y las muestras de apoyo que han recibido desde que se supo la noticia.

El personal médico continúa con la atención intensiva para garantizar la mejor recuperación posible, conscientes de las complicaciones que este tipo de lesiones pueden conllevar.

Este suceso ha despertado también reflexiones sobre la seguridad vial en Mallorca y la necesidad de endurecer controles para evitaraccidentes provocados por conductores imprudentes o bajo efectos del alcohol, un problema que preocupa cada vez más a las autoridades locales.

Mientras la investigación policial sigue su curso, el caso de Jaime Anglada ha puesto en el centro del debate social la importancia de la responsabilidad al volante y el respeto hacia los motoristas, colectivo especialmente vulnerable en las vías.

El 2025 ha comenzado siendo un año de grandes desafíos para el músico, quien además de su carrera artística ha mantenido una vida personal marcada por relaciones sólidas y una red de amistades que hoy se muestran más unidas que nunca.

La espera por noticias positivas continúa, con la esperanza de que la fortaleza y el cariño que lo rodean sean decisivos para su recuperación total.

En resumen, la grave situación de Jaime Anglada tras el accidente ocurrido en Palma ha generado un amplio movimiento de apoyo encabezado por Carolina Cerezuela y Carlos Moyá, así como una gran conmoción en la isla de Mallorca y en el ámbito cultural español.

El músico lucha ahora por su vida mientras sus amigos y familiares permanecen a su lado, esperando que la música que los unió vuelva pronto a sonar con fuerza.