Tras su escapada a Maldivas, la marquesa de Griñón y su marido viven con pasión su matrimonio y su fe, tal y como mostraron en la misa dominical con la que despidieron sus vacaciones.

 

Tamara Falcó e Íñigo Onieva, misa y tiernos besos durante sus vacaciones en  Sotogrande

 

Tamara Falcó, marquesa de Griñón, y su marido, Íñigo Onieva, pusieron punto final a uno de los veranos más especiales de sus vidas con una escapada a Sotogrande,

uno de sus destinos de verano más habituales, donde han pasado los últimos días disfrutando de la playa, amigos y momentos de recogimiento espiritual tras su viaje de ensueño a Maldivas con Isabel Preysler.

La pareja se instaló en una lujosa residencia de la exclusiva urbanización gaditana, propiedad de amigos, y combinó la diversión con la espiritualidad al acudir a una misa dominical que congregó a numerosos fieles y en la que apenas cabía un alfiler.

Allí, bajo una lluvia ligera y un ambiente de recogimiento, se vivió un momento muy especial:

durante el rito de darse la paz, la marquesa y su esposo se regalaron un beso breve pero intenso que dejó entrever la complicidad y el cariño que comparten, un gesto que rompió con su habitual discreción y que rápidamente se convirtió en objeto de comentarios entre los asistentes.

La misa, celebrada en inglés para atender a la diversidad de feligreses, incluyó momentos emotivos que reflejaron el respeto de la pareja por la tradición y su fe.

Tamara Falcó se mostró pensativa en varias ocasiones, y durante la ceremonia rindió un homenaje a su padre mediante un vino, gesto que destacó entre los presentes.

 

Tamara Falcó e Íñigo Onieva, misa y tiernos besos durante sus vacaciones en  Sotogrande

 

Íñigo Onieva, por su parte, mantuvo una actitud de atención y recogimiento, siguiendo el desarrollo del culto y compartiendo miradas cómplices con su esposa.

La actriz y socialité lució un atuendo sencillo pero elegante, con una blusa de rayas en tonos claros combinada con una falda pareo fluida en

estampado azul y lila y sandalias de cuero, mientras que Íñigo optó por una camisa azul con pantalones de lino beige y zapatos a juego, reflejando un estilo relajado pero cuidado que encajaba con la ocasión.

Durante su estancia en Sotogrande, la pareja también disfrutó de los espacios abiertos y las playas de arena blanca, acompañados de un grupo reducido de amigos, manteniendo la privacidad que caracteriza su vida fuera de los flashes mediáticos.

Sin embargo, cada aparición pública se convirtió en un pequeño acontecimiento, como el posado de Tamara en bikini que captó la atención de los seguidores en redes sociales.

Además, la marquesa mostró su afecto por los animales cuando un perrito se le acercó a las puertas del templo y ella no dudó en acariciarlo, reforzando su conocida afición por los perros, entre ellos Jacinta, su caniche toy.

 

Tamara Falcó e Íñigo Onieva, misa y tiernos besos durante sus vacaciones en  Sotogrande

 

El regreso a la rutina de ambos se produjo de manera gradual. Tamara Falcó retomó sus compromisos profesionales y este jueves 4 de septiembre volvió a sentarse frente a las cámaras de ‘El Hormiguero’,

mientras que Íñigo Onieva centró su atención en la apertura de un nuevo local de restauración, un proyecto que había preparado durante los últimos meses.

La combinación de trabajo, vida personal y fe ha marcado un verano inolvidable para la pareja, que ha sabido equilibrar el ocio con la espiritualidad, demostrando que su matrimonio no solo se basa en la pasión sino también en la complicidad y el respeto mutuo.

Además de los momentos románticos y espirituales, la pareja aprovechó su estancia en Sotogrande para reflexionar sobre su vida y próximos proyectos.

Tamara, conocida por su implicación en la moda, la gastronomía y la vida social, ha compartido algunos de estos instantes en sus redes sociales, aunque siempre manteniendo un equilibrio entre su privacidad y la relación con sus seguidores.

 

Íñigo Onieva abre el álbum de fotos inédito de sus vacaciones con Tamara  Falcó en Sotogrande: "Entrenos, asados y familia"

 

Por su parte, Íñigo ha reforzado su perfil profesional con iniciativas en el sector de la restauración, mostrando que ambos saben combinar con éxito la vida pública con los momentos íntimos que fortalecen su vínculo.

La escapada a Sotogrande no solo ha servido para despedir un verano memorable, sino también para evidenciar que, a pesar de la vida pública y las obligaciones mediáticas, la pareja encuentra espacios para mostrar afecto de manera natural y sin artificios.

El beso durante la misa, el gesto hacia el perrito y las miradas compartidas son prueba de un matrimonio consolidado que, pese a los focos y la atención constante de los medios,

mantiene su intimidad y momentos de ternura, reforzando la imagen de Tamara Falcó e Íñigo Onieva como una de las parejas más admiradas del panorama social español.

 

Íñigo Onieva y Tamara Falcó ultiman sus vacaciones con unos días en  Sotogrande junto a familia y amigos: "Desconexión"