Manuel Mijares es una de las voces más emblemáticas de la música romántica latina y recientemente se ha convertido en el centro de una noticia que ha dejado a sus seguidores sorprendidos.

A lo largo de su carrera, ha conquistado a millones de admiradores con canciones inolvidables, posicionándose como uno de los artistas más queridos de México.

Sin embargo, detrás de su éxito y la admiración del público, existen episodios poco conocidos que han marcado giros inesperados en su vida y carrera.

Nacido el 7 de febrero de 1958 en la Ciudad de México, José Manuel Mijares Morán creció en una familia de clase media tradicional donde la educación y la cultura tenían un gran valor.

Desde niño mostró una sensibilidad especial hacia la música, influenciado por grandes voces románticas como José José, Camilo Sesto y Raphael.

A pesar de que en su hogar la música era parte del ambiente cotidiano, sus padres no consideraban que pudiera ser una carrera seria, por lo que Mijares se enfocó en una formación más convencional.

Durante su infancia y adolescencia, Mijares fue un joven extrovertido, lleno de energía y con una gran capacidad para comunicarse.

Su desempeño académico fue promedio, pero destacó en actividades extracurriculares, especialmente en la música.

Participó en coros escolares y presentaciones donde su voz fuerte y afinada comenzaba a llamar la atención.

Aunque disfrutaba cantar, no imaginaba que su pasión lo llevaría a convertirse en un ícono de la música latina.

En su juventud, la música seguía siendo un pasatiempo mientras estudiaba Administración de Empresas en la universidad.

Sin embargo, sus amigos lo animaban constantemente a tomarse la música en serio.

Su primer gran paso ocurrió cuando participó en un festival universitario, una experiencia que cambió su vida.

Al subir al escenario y recibir la ovación del público, comprendió que la música era más que un simple hobby.

A partir de ese momento, comenzó a buscar oportunidades más serias en la industria musical.

El destino lo llevó a grabar jingles comerciales, lo que le permitió perfeccionar sus habilidades vocales y conocer más sobre la industria discográfica.

Poco después, empezó a presentarse en eventos de mayor envergadura y su reputación como cantante creció rápidamente.

Su gran oportunidad llegó cuando fue invitado a trabajar como cantante en un hotel de lujo en Japón.

Aunque la idea de dejar México lo hacía dudar, decidió arriesgarse y vivir esta experiencia, que resultó ser clave para su crecimiento profesional.

En Japón, Mijares perfeccionó su técnica vocal y ganó confianza en el escenario, lo que reforzó su determinación de dedicarse por completo a la música.

Al regresar a México, con una visión más clara de su futuro, buscó una discográfica que apostara por su talento.

Finalmente, firmó con EMI y en 1985 lanzó su álbum debut titulado “Mijares”, el cual lo posicionó rápidamente como una de las nuevas promesas de la música romántica en América Latina.

Su éxito se consolidó con la canción “Bella”, que se convirtió en un fenómeno radial.

Con el reconocimiento obtenido, Mijares no perdió el tiempo y trabajó en nuevos álbumes, consolidando su estilo romántico con discos como “Amor y Rock and Roll” en 1986 y “Uno entre mil” en 1988, que incluía el éxito “Soldado del amor”.

En los años siguientes, Mijares se convirtió en una de las figuras más importantes de la música latina, compartiendo escenarios con artistas de renombre y acumulando éxitos.

Su voz inconfundible y su capacidad para transmitir emociones lo hicieron destacar en una industria altamente competitiva.

Su carrera alcanzó un punto culminante a finales de los años 80 y principios de los 90 con discos como “Así como soy” y “Que nada nos separe”, cuyos temas se convirtieron en himnos románticos.

La popularidad de Mijares trascendió fronteras y sus giras lo llevaron a presentarse en distintos países de América Latina y Estados Unidos.

A nivel personal, Mijares también vivió una etapa de gran exposición mediática con su matrimonio con la cantante y actriz Lucero en 1997.

La boda fue un evento televisado que capturó la atención de millones de espectadores y consolidó a la pareja como una de las más queridas del mundo del entretenimiento.

Durante su matrimonio, tuvieron dos hijos, José Manuel y Lucero Mijares, quienes crecieron bajo el resguardo de la privacidad de sus padres.

Sin embargo, con el tiempo, la relación enfrentó dificultades y en 2011 anunciaron su separación de manera respetuosa y sin escándalos, priorizando el bienestar de sus hijos.\

A pesar de su divorcio, Mijares y Lucero mantuvieron una relación cordial y profesional, colaborando en proyectos musicales que fueron recibidos con entusiasmo por el público.

En 2021 sorprendieron con la gira “Hasta que se nos hizo”, donde interpretaron juntos algunos de sus más grandes éxitos, evocando la nostalgia de sus seguidores.

Aunque muchos especularon sobre una posible reconciliación, ambos dejaron claro que su relación se mantenía en una sólida amistad basada en el respeto y el cariño mutuo.

Con la llegada de la era digital y el cambio en la industria musical, Mijares supo adaptarse sin perder su esencia.

A lo largo de los años 2000 continuó lanzando discos, explorando nuevos sonidos sin abandonar su característico estilo romántico.

Álbumes como “Historias de un amor” y “Dulce veneno” le permitieron mantenerse vigente y seguir conquistando a nuevas generaciones de seguidores.

A lo largo de su carrera, Mijares ha demostrado que el verdadero talento y la pasión por la música trascienden el tiempo.

Su voz sigue siendo una de las más reconocibles y admiradas en el mundo de la música latina.

A pesar de los cambios en la industria y los desafíos personales, su legado continúa creciendo, consolidándolo como un referente indiscutible de la música romántica.

Su historia es un testimonio de perseverancia, talento y amor por la música, una trayectoria que sigue emocionando a quienes han seguido su carrera desde sus inicios.