First Dates

Lidia, de 39 años, y Christian, de 33, compartieron cena en ‘First Dates’, pero la cosa no salió como se esperaba. Ella es muy tradicional y piensa que él es un “guarrito”, además, no ha dudado en sacar pecho constantemente sobre su trabajo como artista y dirigiendo su propio sello discográfico, compaginándolo con sus estudios en psicología.

Sorprendió a Laura Boado nada más llegar, cuando contó que su ex pareja le dejó porque se pensaba que había tenido sexo con un actor durante uno de sus últimos videoclips, eso sí, se define como alguien fría: “Hasta que consiguen tocar mi corazón. Entonces, soy cariñosa y ardiente”, añadió.

First Dates

A su encuentro llegó el soltero, mitad alemán y mitad colombiano: “Para ser colombiano soy malo bailando, pero bueno para ser alemán”, decía, sin embargo, no era lo que Lidia esperaba encontrarse: “Ni fú ni fa. Es un chico que no miraría, pero tampoco diría atrás. Es un hombre calvo, pero no me importa, yo siempre he apoyado a los calvos, todos merecen una oportunidad”. Aunque a él le ha pasado lo mismo: “Lidia me parece una chica atractiva, pero no sentí tanta atracción”.

Lidia, muy descontenta con su pareja: “Una segunda cita, ni muerta”

First Dates

Durante la conversación se vio que no encajaban para nada. Ella dejó claro que, a pesar de ser valenciana, no le gustan Las Fallas: “Soy la típica valenciana que, si pudiera huir de las fallas, lo haría. Todo lo que rodea la Falla me parece horroroso”.

Además, al soltero le gusta salir de fiesta de vez en cuando, mientras ella es todo lo contrario: “No me gusta la fiesta”, y no solo eso, no le parece bien que le guste a él. Pero Christian tampoco estaba convencido con la cita, ya que el trabajo de Lidia no le encaja: “Es una industria muy complicada. Ahí podría tener dudas, no sé si podría encajar con alguien de ese ámbito”.

First Dates

“He tenido dos parejas en vida. No me gustan los hombres guarros ni las tonterías”, contaba la soltera, a lo que él respondía: “Yo me he planteado la idea de las relaciones abiertas, pero no sé si lo haría”. “Tienes cara de guarrito. Te pueden pegar cualquier enfermedad”, reprochaba ella.

“No entiendo las relaciones abiertas. Pones en riesgo tu salud y la de tu pareja, me parece una guarrería, ninguna religión lo contempla y no trae estabilidad ni cosa buena. Eso es de ser cochino. Una segunda cita, ni muerta”, sentenció ella, aunque en la decisión final ambos decidieron no tener un segundo encuentro.