Si bien el documental de Luis Enrique, el director técnico del Paris Saint-Germain, con su reciente triunfo de la Champions League al mando del equipo francés, son muchos los que han repasado su docu-serie Luis Enrique: No tenéis ni **** idea.

El triunfo del originario de Gijón, España, fue emotivo para el mundo entero. Y no solo por hecho de haber levantado la copa de la Champions por segunda vez, sino también porque el recuerdo de su pequeña hija Xana, la que falleció a los 9 años tras luchar contra el cáncer.

El entrenador recuerda la emoción y crudeza de haber acompañado a Xana durante su batalla contra el cáncer de huesos, así como también en sus últimos días de vida. Un testimonio sincero y muy conmovedor sobre el dolor, el amor y la fuerza familiar. Y el que a su vez llena de entereza y esperanza al ver cómo Luis Enrique habla de ellos y cómo lo enfrenta.

Con total sinceridad, Luis Enrique relató cómo vivió esos meses y cómo aprendió de ese dolor. “Xanita era increíble. Era una persona muy abierta, muy espontánea, una payasa. Además, muy competitiva, muy valiente. Era guapa, se parecía a su madre”, dice sonriendo.

“Afortunadamente teníamos recursos, y yo pude dejar de trabajar. Elena (su esposa) dejó todo para estar con Xana. Todos ayudamos al 100%”, contó, ya que el exfutbolista dejó su trabajo como seleccionador de España para dedicarse a su hija.

“Los procesos negativos de la vida son los que más te enseñan y dirás tú, ‘ostras y ¿yo me puedo considerar afortunado o desgraciado?’. Yo me considero afortunado, muy afortunado. Pero tú dirás ‘se te ha muerto tu hija a los 9 años’. Pero bueno mi hija vino a vivir con nosotros nueve años maravillosos. Tenemos mil recuerdos de ella, videos, cosas increíbles”, compartió.

Uno de los momentos más desgarradores del testimonio es cuando recuerda las palabras de su hija. “En el final de la enfermedad, que ya venía evolucionando y cuando ella estaba muy fastidiosa, la pobre aceptaba que su madre llorara, porque nos decía cosas muy duras, durísimas, y la pobre se descomponía. Yo también me ponía a llorar y, claro, ella no entendía por qué lloraba. Yo me ponía a llorar, y ella me decía: ‘Papá, tú no llores’”.

La niña murió en su casa, rodeada por su familia. “Se murió en nuestra casa, no en un hospital. Estaban sus primas, sus padres, sus abuelos. Fue muy duro, pero también muy emotivo, muy cercano”.

Para Luis Enrique, “Xana está viva, en el plano físico no está, pero en el plano espiritual sí está. Porque cada día hablamos de ella y nos reímos y recordamos”, sostiene al final.

El testimonio y la forma en que Luis Enrique y su familia han vivido la pérdida de Xana, se ha convertido en un aprendizaje. Con sus palabras deja claro que aún en la mayor oscuridad que el mundo pueda ofrecer, el amor y la humanidad pueden convertirla en luz.

Actualmente la serie se puede ver en Max.