El programa con los ex de ‘Sálvame’ tenía contrato hasta el 21 de julio, pero tras los últimos batacazos de audiencia podría dejar de emitirse con la llegada del Tour de Francia.

‘La familia de la tele’ comenzó en la televisión pública con el objetivo de convertirse en un programa que acompaña a los espectadores en las tardes de La 1. Pero los espectadores decidieron poco a poco cambiar de canal.

En el estreno cosecharon apenas un 9 por ciento, cifras muy por debajo de lo esperado por la Corporación. Ahora, después de casi dos meses de emisión, y tras un recorte que deja al programa en poco más de una hora en antena, se anotan poco más de un 5%. La cifra por si sola es mala; pero en contexto, es terrible, insostenible: el martes llegó a ser la sexta opción, superado incluso por La 2.

Con esos datos, es la audiencia la que ha «cancelado» ‘La familia de la tele’, no la dirección de RTVE, con José Pablo López al frente, al que ya solo le queda determinar la fecha definitiva para enterrar el programa que fue su máxima apuesta.

Todo apunta a que esa fecha puede ser la primera semana de julio. El Tour de Francia, evento que supera históricamente las cifras que ahora marca ‘La familia de la tele’, echa a rodar el 5 de julio.

La carrera ciclista dura tres semanas, y salta a La 1 a las 16.00 horas, al menos en sus etapas clave. Con ese panorama, es lógico que la Corporación plantee el fundido a negro de Belén Esteban, María Patiño e Inés Hernand aprovechando la ronda ciclista.

Porque lo que se busca ahora en los despachos de RTVE es una alternativa a ‘La familia de la tele’. Y el Tour de Francia les daría la excusa.

Aguntarlo hasta la tercera semana de julio, como tenía firmado RTVE con la productora La Osa, parece hoy insostenible.

Las bajas cifran hunden la reputación de la cadena, que no está acostumbrada a verse superada por La Sexta o Cuatro.

Menos aún por La 2, la segunda cadena, que gracias a ‘La familia de la tele’, en algunos tramos, ha sido la número uno de RTVE. Fuentes de ‘Informalia’ aseguran que quizá el futuro del programa pase por «reconvertirlo» en un ‘prime time’ semanal.

No se sabe aún la fecha en la que RTVE pondrá fin a ‘La familia de la tele’, lo único evidente es que el programa no puede seguir en La 1 con esos datos de audiencia tan paupérrimos. El destino está sellado y la aventura de los ex de Sálvame en el «barrio» de Bellavista, en Prado del Rey, se terminará en unos días.

Polémico (y maldito) desde sus inicios

La apuesta de RTVE por este formato fue potente, ya que lograron ocupar parte de Prado del Rey para realizar un gran desfile con alrededor de mil invitados, actuaciones, y muchos invitados VIP.

Pero el programa empezó cruzado. Se pospuso dos semanas su estreno, primero por el gran apagón y después por la muerte del Papa Francisco.

Cuando por fin se estrenó, justo a la hora del desfile, cayó un gran diluvio en Madrid que complicó el operativo. Y encima, la audiencia no los acompañó.

La apuesta por el formato en sí también fue a lo grande ya que contaron desde el principio con un plató de 1.000 metros cuadrados y varios espacios muy cuidados.

La idea era hacer un programa con muchos colaboradores que ocupara gran parte de la franja de la tarde de La 1. Iban a hablar de corazón, de salud, de deporte, de repostería… Pero nada funcionó de cara al público.

Aunque la audiencia de ‘La familia de la tele’ fue baja desde el principio, el presidente de RTVE, José Pablo López, pidió «paciencia para este tipo de formatos» desde el Congreso de los Diputados.

Sin embargo, mientras estaba haciendo estas declaraciones durante su última comparecencia en la Comisión de Control de RTVE, en los despachos planeaban un recorte de la horas de emisión que se anunció pocas horas después.

Además, ‘La familia de la tele’ nunca ha contado con un apoyo mayoritario en el seno de los trabajadores de RTVE.

A través de los sindicatos y del Consejo de informativos denunciaron la llegada del formato a la cadena, cuestionando su calidad y contenido, incluyendo enviar a cubrir la elección del Papa al Vaticano con un tono frívolo.