⚖️ Óscar Puente HUMILLA a Abascal con una frase fulminante y desata el debate sobre el futuro de la democracia ✅

Puente sentencia a Abascal tras su ataque al Gobierno en el Congreso:  "Macarra"

La sesión de control al Gobierno de este miércoles no fue una más en el Congreso de los Diputados.

Fue una demostración alarmante de cómo el populismo puede convertir el templo de la democracia en un teatro de provocaciones sin contenido.

Santiago Abascal, líder de Vox, se presentó ante el hemiciclo no para fiscalizar ni cuestionar con argumentos, sino para escenificar una salida dramática precedida de acusaciones tan graves como carentes de

pruebas.

Llamó “corrupto” y “traidor” al presidente Pedro Sánchez, afirmó que “robaba para gastárselo en…” y acto seguido abandonó el Congreso bajo los aplausos de los suyos.

No había intención de diálogo, solo ruido.

Frente a este nuevo capítulo del show ultra, la respuesta institucional llegó de forma inmediata.

Óscar Puente llama "macarra con ínfulas" a Abascal tras marcharse del  Congreso señalando a Sánchez | Política | Cadena SER

Óscar Puente, ministro de Transportes, recurrió a su cuenta de X (antes Twitter) para lanzar una frase tan breve como demoledora: “Este macarra con ínfulas es el único aliado que tiene Feijóo.

” Con esas palabras, no solo retrató el estilo agresivo y vacío de Abascal, sino que expuso el blanqueamiento cada vez más evidente que el Partido Popular hace de Vox.

Una frase que en minutos se convirtió en tendencia, con miles de reacciones aplaudiendo la claridad y valentía del ministro.

No era la primera vez que Puente se enfrentaba al discurso de la derecha mediática y política, pero esta vez lo hizo con una contundencia que no dejó margen para la ambigüedad.

Su mensaje fue interpretado como un acto de resistencia frente a un Congreso que, semana tras semana, se va convirtiendo en un plató de crispación.

Para muchos, su frase marcó una línea: basta de tolerar provocaciones disfrazadas de oposición.

El periodista Iñaki López también se sumó a la denuncia, calificando lo vivido en la cámara baja como “escenas de taberna” y cuestionando si quienes protagonizan estos exabruptos son realmente conscientes del

daño que hacen al sistema.

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Desde su espacio en Más Vale Tarde, advirtió que este tipo de comportamientos no solo deslegitiman el debate político, sino que abren peligrosamente la puerta a la antipolítica y a la desafección ciudadana.

Porque cuando los ciudadanos ven cómo se insulta y se grita en lugar de debatir, el mensaje que reciben es claro: la política ha dejado de servir para resolver problemas.

El comportamiento de Abascal no fue un error.

Fue una estrategia medida, una más dentro de un manual populista que prioriza el escándalo por encima de la propuesta.

Su abandono del hemiciclo no fue rabia: fue cálculo.

En la era de los vídeos virales y las frases diseñadas para alimentar titulares, cada gesto está pensado para multiplicar impacto, no para generar soluciones.

Y en ese terreno, Vox se mueve como pez en el agua.

Lo grave es que el Partido Popular, lejos de marcar distancia, guarda silencio.

No condena, no cuestiona, no se desmarca.

Al contrario, comparte espacio, discurso y hasta los aplausos.

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La supuesta moderación de Feijóo queda completamente desmentida cuando acepta como socio al partido que convierte cada sesión parlamentaria en un espectáculo degradante.

El Congreso no puede seguir funcionando como escaparate de la radicalización sin pagar un precio institucional altísimo.

En este contexto, la frase de Óscar Puente se vuelve más que un comentario aislado.

Es una advertencia.

Una forma de poner un freno con palabras, de señalar con claridad que no todo vale, que la política necesita recuperar su esencia: el respeto, el argumento, el diálogo, incluso el enfrentamiento, sí, pero dentro de

unos límites democráticos.

Porque cuando se cruzan constantemente todas las líneas, cuando se insulta en lugar de interpelar, cuando se abandona el hemiciclo en vez de debatir, se está atacando no a un partido, sino a todo un sistema.

La izquierda, por su parte, no atraviesa su mejor momento.

Casos como el de Santos Cerdán han debilitado su credibilidad y alimentado el ruido.

Pero ni siquiera en ese contexto Vox apuesta por la fiscalización seria.

No proponen, no argumentan, no reforman.

Solo acusan.

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La estrategia es clara: convertir el Congreso en un circo, dejar que las formas sepulten el fondo, lograr que se hable más de los gestos que de las leyes.

Y lo peor es que funciona… mientras nadie diga basta.

La sociedad también tiene su parte.

El hartazgo es real.

El descrédito de la política crece.

Y cuando los representantes se comportan como personajes de reality show, la ciudadanía responde con desafección, con cinismo, o con votos a opciones extremas que prometen derribarlo todo sin explicar qué

construirán después.

Por eso, cada palabra, cada gesto, cada respuesta importa.

Lo que hizo Puente fue precisamente eso: romper el silencio, llamar a las cosas por su nombre, señalar al “macarra con ínfulas” que pretende dinamitar las instituciones desde dentro.

El Congreso necesita recuperar su función.

No puede ser una tarima para el ruido ni un escenario para viralizar frases huecas.

Es el espacio donde se decide el futuro del país, y si se sigue contaminando con insultos, descalificaciones y teatralidades, se convertirá en un decorado inútil.

La democracia necesita altura, no circo.

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La frase de Óscar Puente ha encendido una alarma.

Y aunque su lenguaje pueda parecer duro, su intención no era provocar, sino defender.

Defender la dignidad del Parlamento, la del debate democrático, y la de una ciudadanía que merece ver a sus representantes trabajando, no actuando.

Su respuesta, como la de Iñaki López desde los medios, marca una línea que no debería cruzarse sin consecuencias.

Porque si normalizamos el insulto, la política deja de ser herramienta de cambio y se convierte en ruido vacío.

Y en ese escenario, solo gana quien no quiere construir nada.

Frente a eso, responder con firmeza no es una opción.

Es una obligación democrática.