Iker Jiménez Elizari nació el 10 de enero de 1973 en Vitoria (Álava) en una familia de anticuarios. Hijo de Pedro Ramón Jiménez, galerista especializado en pintura flamenca, y de María Elizari, fue desde niño un gran apasionado de los dinosaurios, pero sería un suceso que vivió a los 11 años lo que marcaría su vida.

“Estaba en casa de mi tío y subí al desván donde tenía libros que no nos dejaba leer. Cogí un libro y me sobrecogió. Era la historia de un niño de Grenoble que tuvo un encuentro con un alienígena”, ha contado en una entrevista Iker. Tenía 11 años y, casualmente o no, dos días después se produjo un avistamiento en un caserío próximo.

“Mi primo Roberto y yo cogimos las bicis, fuimos y entrevistamos a las personas que lo habían visto”, cuenta de las que serían las primeras de una infinidad de entrevistas. Después, empezó a leer y a elaborar sus propias fichas de los sucesos de los que tenía noticia.

Colaboraciones de temática paranormal en radio locales

Rendido admirador de Juan José Benítez –”Leer su ‘100.000 kilómetros tras los ovnis’ me marcó el camino”, ha dicho, y de Félix Rodríguez de la Fuente, al que considera el mejor comunicador que ha existido, con sólo 17 años se trasladó a Madrid para estudiar periodismo en la Universidad Complutense.

Pero, antes de empezar la carrera, hizo colaboraciones de temática paranormal en emisoras locales como Radio Alameda, Radio Enlace u Onda Verde, a donde muchas veces llegaba haciendo autostop. El fanzine que hacía con el también periodista Lorenzo Fernández, llamado ‘La última hora’, llamó la atención de Fernando Jiménez del Oso, que lo fichó para su revista “Enigma”.

Allí dio sus primeros pasos profesionales con reportajes, entrevistas y trabajos periodísticos de calado que hicieron que su nombre empezara a sonar en ese campo del periodismo, donde ha sido objeto tanto de alabanzas como de ataques y boicots.

“He sufrido bastante hasta que me di cuenta de que uno no puede vivir pendiente de lo que dicen los demás, aunque tengo que decir que cada vez tengo menos críticos”, le contó en una ocasión a Rosa Villacastín. Tras publicar en 1999 su primer libro, ‘Enigmas sin resolver’, colaboró en varios programas de Telecinco y Antena 3.

‘Cuarto milenio’: 17 años de éxito con una fiel audiencia

En el 2002, tras una historia en la que relacionaba al periodista Iñaki Gabilondo con los Reyes y un ovni, Antonio García Ferreras apostó por él y le dio un programa de radio propio que se tituló ‘Milenio 3’, con el que empezó a ganarse reputación a base de fenómenos paranormales y misterios sin resolver en horario de madrugada.

Aquellas temáticas le valieron alcanzar una audiencia fiel y, con el paso del tiempo y el aumento de los adeptos “milenistas”, Cuatro le ofreció al periodista vasco convertir el programa radiofónico en formato televisivo. ‘Cuarto milenio’, que se estrenó en noviembre del 2005, llegaría a ser uno de los programas más importantes, elogiados e imitados y, tras 17 años de emisión (sólo se interrumpió durante la pandemia), sigue manteniéndose en la parrilla como el espacio más veterano de Cuatro.

El programa, con contenidos paranormales, sucesos y contenidos de geopolítica, ha convertido a Iker en uno de los presentadores con más fama y caché.

Carmen Porter, su gran amor y compañera de trabajo

Pero el éxito de Jiménez quizás no hubiera sido tan rotundo sin Carmen Porter. Dos años más joven que él, se conocieron en la facultad de periodismo. “También le gustaban estas cosas, pero no tanto como a mí”, ha explicado él alguna vez, aunque ella da una versión diferente. “Di una fiesta en casa y un amigo se trajo a Iker. Cuando él empezó a hablar, se hizo un corrillo a su alrededor y yo me fijé”, ha contado Carmen.

En cualquier caso, la cosa fue que se enamoraron y, al cabo de un tiempo, se fueron a vivir juntos y empezaron a trabajar en equipo, siendo Porter la subdirectora de ‘Cuarto milenio’.

La periodista tiene su propio formato digital, ‘Con C de Carmen’, donde analiza los entresijos del trabajo en pareja. Ella es la que está detrás de la organización, ya que, según asegura, su marido “es un desastre. Nunca lleva un duro, es poco práctico y vive en su mundo. No usa móvil y yo llevo tres, le organizo los viajes y no se sabe ni el pin de las tarjetas”.

Iker, desde luego no la desmiente, y dice que Carmen “tiene mucho criterio, me pone los pies en la tierra y sus consejos son siempre buenos”. Ambos son unos enamorados de los animales, conviven con gatos y perros y, en el 2011, fueron padres de una niña, Alma.

Aficionado al fútbol y a la música

Además de su pasión por lo paranormal, Iker es un fanático del fútbol. Devoto de Diego Armando Maradona, tiene un canal en Youtube dedicado al balompié de antaño, en el que habla de los grandes equipos históricos, y cada lunes juega, sin excepción, un partido con sus amigos. También es un gran aficionado a componer música.

Autor de 45 libros entre ensayos y novelas, también han montado exposiciones con las que ha recorrido, con gran éxito, toda la geografía española. A esto hay que sumar las conferencias, charlas y eventos en los que participa, así como la incursión de Iker en el coaching con cursos de motivación. “Antes vivíamos en un piso en el centro y ahora estamos en una casa de La Moraleja”, ha dicho este vasco que, con un premio Ondas en su haber, ha llegado a los 50 con el mismo entusiasmo de siempre.