Juan José Moreno Cuenca, más conocido como El Vaquilla, nació el 19 de noviembre de 1961 en un lugar insólito y trágico: una prisión de Barcelona.

Fotografía de El Vaquilla.

Hijo de una familia marginal de etnia gitana, su destino parecía escrito desde el primer día. Su madre cumplía condena al momento de su nacimiento, y su infancia transcurrió entre barrios pobres, delincuencia juvenil, y un sistema de protección de menores totalmente ineficaz.

Esta es la historia real, cruda y desgarradora, de uno de los delincuentes más temidos de España, convertido en símbolo cultural y mito incómodo de la España de la Transición.

Infancia marcada por la marginalidad y los reformatorios

Fallece de una cirrosis hepática a los 42 años El Vaquilla | Noticias de  actualidad | EL PAÍS

Desde muy joven, El Vaquilla estuvo vinculado al pequeño delito. A los 9 años ya había tenido contacto con instituciones para menores, y su vida se convirtió en un ciclo interminable de fugas de reformatorios, robos de coches y persecuciones policiales.

Su entorno estaba plagado de abandono institucional, drogas, pobreza y violencia, elementos que definieron la historia de miles de jóvenes en los años 70 y 80, pero que en su caso se amplificaron hasta convertirlo en una figura mítica de la crónica negra.

Durante la década de los 80, El Vaquilla fue declarado enemigo público número uno en España.

Su especialidad eran los robos de vehículos y los atracos, pero lo que realmente lo hizo legendario fueron sus fugas espectaculares y su capacidad para desafiar a las autoridades en un momento en que el país intentaba redefinir su identidad democrática.

Fue perseguido y temido, pero también seguido con morbo por una sociedad que lo veía como el reflejo de una España rota y olvidada.

Delincuente, víctima y actor: El cine quinqui y José Antonio de la Loma

El Vaquilla: el quinqui que temía ser libre

Paradójicamente, mientras estaba en prisión, El Vaquilla se convirtió en protagonista involuntario del cine español.

El director José Antonio de la Loma se inspiró en su vida para crear el subgénero conocido como cine quinqui, donde jóvenes delincuentes interpretaban versiones de sí mismos en películas como Perros callejeros y Yo, el Vaquilla.

El propio Juan José Moreno Cuenca llegó a actuar en una de estas películas, algo que consolidó su leyenda pero también desató el debate sobre si se estaba glamurizando la delincuencia o denunciando el abandono social.

Como muchos jóvenes de su generación, El Vaquilla cayó en las garras de la heroína, una droga que devastó a miles de familias en los barrios humildes de España.

Pese a varios intentos por rehabilitarse, su salud se deterioró gravemente. Pasó gran parte de su vida entre cárceles y hospitales penitenciarios, y falleció en 2003, a los 42 años, víctima del SIDA y de una vida que nunca le dio tregua.

El legado de El Vaquilla: ¿Criminal o mártir?

Se cumplen 40 años de la fuga de 'El Vaquilla', una de las huidas más  sonadas de la historia de España

Hoy, más de dos décadas después de su muerte, la figura de Juan José Moreno Cuenca sigue generando controversia. Para algunos fue un criminal sin redención; para otros, una víctima de un sistema que castigó en lugar de ofrecer alternativas.

Lo que es innegable es que El Vaquilla se convirtió en símbolo de una España que prefería esconder a sus marginados antes que rescatarlos.

Su historia ha sido analizada en documentales, libros y series, y continúa siendo objeto de estudio en contextos sociales, culturales y políticos.

Su vida refleja la cara más cruda de la marginalidad, pero también el potencial humano que se desperdicia cuando no existen oportunidades reales de cambio.