Susana Molina rompe el silencio tras su sonada boda con Guillermo Valle para aclarar la polémica filtración de su vestido por parte de Anabel Pantoja, mientras responde con firmeza a las críticas de Fani Carbajo y Amor Romeira por no haber sido invitadas.

 

Susana Molina rompe su silencio sobre la polémica de Anabel Pantoja y su  vestido de novia: "Estaba como súper nerviosa por si lo veía y me  fastidiaba el día"

 

La influencer Susana Molina, conocida en las redes como Susana Bicho, ha reaparecido en público tras su reciente boda con Guillermo Valle, un evento que se celebró el pasado 13 de junio y que ha dado mucho que hablar.

El enlace, que tuvo lugar en una finca cerca de Madrid, congregó a un nutrido grupo de rostros conocidos del mundo del entretenimiento: desde Dulceida, Melyssa Pinto y Nagore Robles, hasta la polifacética Anabel Pantoja. Sin embargo, lo que debía ser una celebración única y personalizada, se convirtió en el epicentro de varias polémicas que han generado titulares y debates en redes y medios del corazón.

El foco mediático se centró en una filtración que desveló detalles del vestido de novia de Susana.

La responsable fue, según contó la propia influencer, su amiga Anabel Pantoja, quien publicó una foto en redes —por error— que mostraba, de fondo, el ansiado diseño antes de la publicación oficial en la revista que tenía los derechos de la exclusiva.

A pesar de que el incidente se coló en la narrativa de “la polémica del vestido”, Susana fue tajante al respecto: “Si no hay polémica, no hay vida”, puntualizó con indiferencia.

En su opinión, la filtración no fue motivo de escándalo ni daño alguno real, aunque sí reveló la tensión que se pudo vivir tras bambalinas.

 

Susana Molina zanja la polémica por la filtración de Anabel Pantoja de su  vestido de novia - Infobae

 

Durante el preestreno en Madrid de la película Jurassic World: Renacer, celebrado el 25 de junio, la influencer quiso zanjar el asunto.

Ante los micrófonos, Susana narró cómo se enteró de la filtración: estaba en la fiesta posterior a la boda, distraída, cuando alguien de su entorno le mostró la imagen filtrada. “Me lo tomé como una tontería”, aseguró.

Precisó que no se enfadó con Anabel y que, aunque esta se mostró nerviosa —temiendo herirla—, la relación entre ambas permanece intacta.

“Nosotras no hemos hablado del tema; para nosotras hay cosas más importantes”, enfatizó, dando a entender que el traspié no empaña su vínculo ni sus sentimientos.

A este incidente se sumaron otros desencuentros notorios. Fani Carbajo y Amor Romeira, ambas conocidas por su paso por realities como La Isla de las Tentaciones, manifestaron públicamente su enfado por no haber sido invitadas al enlace.

Susana no dudó en dejar claro cuál era la realidad: “Con Fani compartí tres semanas en un reality y nunca fue mi apoyo; a Amor le tengo cariño porque es amiga de una amiga, pero no es de mi círculo íntimo”.

En un tono distendido y casi risueño, explicó que no estaban en la lista de invitados porque simplemente no son parte de su entorno cercano, afirmación que ha cerrado la puerta a especulaciones sobre supuestas enemistades.

 

Susana Molina zanja la polémica por la filtración de Anabel Pantoja de su  vestido de novia - Infobae

 

Otro capítulo curioso es la presencia —y posterior aclaración— del ex novio de Susana, Gonzalo Montoya. Participante junto a ella en Gran Hermano 14, su relación finalizó tras su paso por La Isla de las Tentaciones, pero con el tiempo alcanzaron una amistad sólida.

A pesar de ser invitado a la boda, Gonzalo no asistió; sin embargo, destacó que su relación sigue siendo maravillosa. “Estoy súper contento por ellos”, afirmó, dejando entrever que entre ellos hoy reina la complicidad y el cariño mutuo, más allá del pasado sentimental.

El entorno del evento también era digno de mención. El enlace de Susana y Guille se celebró en una finca donde se han rodado series como Los Protegidos, con música en directo y una puesta en escena que hizo las delicias de los invitados.

Estas circunstancias contribuyeron a que la prensa se interesara no solo por los invitados y sus atuendos, sino también por el ambiente y los posibles romances en ciernes: por ejemplo, surgieron rumores sobre un acercamiento entre Melyssa Pinto y el actor Mario Casas, captados por las cámaras durante el acto y corroborados por vídeos compartidos en redes.

 

Anabel Pantoja filtra por error con esta foto el vestido de novia de Susana  Molina... y acaba borrándola

 

Y hablando de tendencias, el maquillaje de Anabel Pantoja en la boda también desató un huracán de comentarios en redes.

Su elección de un vestido negro con detalles blancos de la firma Rocío Osorno, sin sujetador y con un bolso y sandalias a juego, provocó una oleada de críticas severas.

Anabel no quedó impasible y en sus historias de Instagram se mostró dolida y reflexiva: calificó los comentarios negativos como “una guerra con bombas y metralletas” y pidió un respiro.

“¿Sabéis lo afortunados que sois con tener salud, vida, familia? Disfrutadla y dejad de soltar veneno en perfiles que ni siquiera seguís”.

Su mensaje, contundente, puso de relieve cómo el escrutinio estético y las críticas fáciles afectan emocionalmente, incluso a figuras acostumbradas al foco mediático.

Volviendo a Susana, estos días posteriores al enlace han sido intensos: la influencer ha confesado vivir un “bajón postboda”, algo habitual tras meses de preparación para que todo salga perfecto en un solo día.

También anunció que la luna de miel queda pospuesta para noviembre o enero, ya que prefiere disfrutar del verano en destinos nacionales, escapando del calor madrileño.

Con su agenda como trabajadora autónoma, lo importante para ella es saborear cada etapa sin prisa, con la tranquilidad que tanto ansía tras una boda tan mediática.

 

Susana Molina zanja la polémica por la filtración de Anabel Pantoja de su  vestido de novia - Infobae

 

Así, esta boda se ha convertido en un microcosmos de la actualidad del universo ‘influencer’: alianzas fraternales, gestos de lealtad, momentos de tensión y humor, triángulos de afecto con ex parejas, filtraciones no maliciosas, críticas crueles y, al final, decisiones conscientes: a quién invitas, a quién no, hacia dónde vas después del ‘sí, quiero’.

Todo ello con un trasfondo muy español: el peso de la exclusividad, el valor de la amistad, y la presión de un entorno digital donde cada imagen, gesto o prenda es susceptible de ser diseccionada.

En definitiva, Susana Bicho ha querido recuperar el pulso tras una boda de alta vistosidad y momentos polémicos: ha hecho una lectura positiva del evento, ha confirmado que priman los afectos reales frente al ruido mediático y se muestra consciente del actual entorno online.

Su mensaje final, para quienes esperan más detalles o respuestas, es claro: las cosas importantes no residen en una filtración acumulada de likes, sino en los vínculos que te sostienen, mucho más allá del glamour y las cámaras.

 

susana molina con un top blanco con flores rojas y vaqueros