Laura Ann Branigan nació el 3 de julio de 1952 en el estado de Nueva York, en el seno de una familia con ascendencia irlandesa e italiana.

Su infancia y juventud estuvieron marcadas por una situación económica precaria que la obligó a luchar desde muy joven para salir adelante.

Laura Branigan was 52, not 47, when she died | Page Six
Mientras estudiaba en la prestigiosa American Academy of Dramatic Arts de Nueva York, Laura compaginaba sus estudios con trabajos como mesera para sostenerse.

A pesar de las dificultades, su pasión por la música y el arte la llevaron a convertirse en cantante de respaldo para artistas reconocidos, entre ellos Leonard Cohen, una experiencia que le abrió puertas en el mundo musical.

 

En 1979, Laura Branigan firmó su primer contrato como cantante solista con Atlantic Records, gracias a la gestión de Helmet Ergun, un ejecutivo de la compañía.

Tres años después, en 1982, lanzó su álbum debut titulado *Branigan*, que incluía la canción “Gloria”.

Este tema se convirtió en un éxito internacional que marcó su carrera y la catapultó a la fama.

“Gloria” fue una canción emblemática de la década de los 80, alcanzando ventas que le valieron discos de oro y platino en varios países.

La potente voz de Laura y su estilo único la convirtieron en una figura destacada del pop de esa época.

 

En 1983, Laura lanzó su segundo álbum llamado *Branigan 2*, donde destacó el sencillo “Solitary”, una versión en inglés adaptada por Michael Bolton de una canción francesa.

theeightiesrule | In Loving Memory- Laura Branigan July 3rd 1952 - August 26th 2004 #the80srule #80s #80snostalgia #80sthrowback #rip #lovingmemory... | Instagram
Este disco consolidó su carrera con un estilo pop definido que le permitió alcanzar niveles de fama aún mayores.

En 1984, su tercer álbum *Self Control* fue un éxito rotundo a nivel mundial, con la canción homónima que se convirtió en un himno de los 80.

Su música cruzó fronteras y llegó a todos los rincones del planeta, ganándose el reconocimiento tanto del público como de la crítica.

 

En 1985, con su cuarto álbum *Hold Me*, Laura buscó expandir su popularidad en regiones donde aún no era muy conocida, como Oceanía y América del Sur.

Su presencia se hizo más fuerte en América Latina, especialmente en Chile, donde fue invitada al prestigioso Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en 1986, un evento que marcó un antes y un después en su carrera en la región.

 

A finales de los años 80, Laura Branigan comenzó a diversificar su carrera.

En 1987 lanzó el álbum *Touch*, que incluía su versión de “The Power of Love”, originalmente interpretada por Jennifer Rush.

Además de su trabajo musical, incursionó en la televisión participando en series populares como *CHiPs*, *Knight Rider* y *Automan*.

Laura Branigan's 1982 hit 'Gloria' attracting new fans -- many unaware that singer died in 2004 | Fox News
En esta última, incluso interpretó canciones como “Hot Night”, “Glory” y “Satisfaction”, que formaron parte de la banda sonora de la película *Ghostbusters* (Los Cazafantasmas) de 1984.

 

Durante los años 90, la madurez personal y artística de Laura se reflejó en su álbum de 1993 *Over My Heart*, en el que abordó temas profundos y emotivos como la pérdida de un ser querido.

Este disco mostró una faceta más introspectiva y sensible de la cantante, que se encontraba atravesando momentos difíciles en su vida personal.

 

En ese periodo, Laura decidió alejarse del mundo musical para dedicarse a cuidar a su esposo Larry, quien padecía un cáncer de colon tras haber sufrido un derrame cerebral.

Lamentablemente, Larry falleció en 1996, un golpe duro que afectó profundamente a Laura.

Durante esos años, la cantante tampoco tuvo hijos, un aspecto de su vida personal que siempre mantuvo en privado.

 

A finales de los 90 y principios de los 2000, Laura Branigan intentó regresar al escenario con renovadas fuerzas.

Aunque su popularidad había disminuido, su imagen y su voz seguían siendo valoradas por el público.

Laura Branigan - The Lucky One (Official Music Video)
Sin embargo, su retorno se vio empañado por un grave accidente: una caída por una escalera que le provocó fracturas en ambos fémures.

Esta lesión la obligó a someterse a seis meses de terapia intensiva para recuperarse.

 

En 2002, Laura logró volver a la escena artística interpretando a Janis Joplin en un musical de Broadway, recibiendo elogios por su actuación.

Además, sus canciones “Self Control” y “Glory” fueron incluidas en populares videojuegos ambientados en los años 80, como *Grand Theft Auto: Vice City* y *Grand Theft Auto: Vice City Stories*, lo que ayudó a que nuevas generaciones descubrieran su música y legado.

 

El triste desenlace de la vida de Laura Branigan llegó el 26 de agosto de 2004, cuando falleció a los 52 años debido a un tumor cerebral que no había sido diagnosticado previamente.

Según se informó, Laura había sufrido dolores de cabeza persistentes durante varias semanas antes de su muerte, pero no buscó atención médica, lo que impidió un diagnóstico oportuno.

 

Su fallecimiento conmocionó a sus seguidores y al mundo de la música, que perdió a una voz poderosa y a una artista que había marcado una época con su talento y carisma.

MORE THAN JUST A MEMORY - Laura Branigan - LETRAS.COM
Laura Branigan fue cremaba y sus cenizas fueron esparcidas en Long Island, Nueva York, lugar ligado a sus raíces y a sus primeros años de vida.

 

Aunque su vida terminó de manera prematura y triste, el legado de Laura Branigan permanece vigente.

Su voz inconfundible y sus canciones emblemáticas continúan siendo un referente del pop de los años 80, y su historia inspira a quienes enfrentan adversidades para perseguir sus sueños.

Laura demostró que, a pesar de las dificultades personales y profesionales, la pasión por la música puede dejar una huella imborrable en la cultura popular.

 

Su carrera, que abarcó desde ser cantante de respaldo hasta estrella internacional, refleja la perseverancia y el talento de una mujer que supo conquistar al mundo con su voz potente y emotiva.

La historia de Laura Branigan es un recordatorio de la fragilidad de la vida y del poder transformador del arte.

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