Manuel Rodríguez Sánchez, conocido mundialmente como Manolete, es una de las figuras más emblemáticas y legendarias de la tauromaquia española.

Su nombre no solo representa la historia de un torero excepcional, sino también el símbolo de una época marcada por la posguerra española, donde la sociedad buscaba en el toreo un escape a las penurias y tristezas que dejó la Guerra Civil.

Manuel Rodríguez Sánchez - EcuRed
En este artículo, exploramos la vida, obra y legado de Manolete, visitando su Córdoba natal, su casa antes de morir y finalmente su tumba en Linares, donde su leyenda permanece viva.

 

Manolete nació el 4 de julio de 1917 en Córdoba, en una familia taurina que marcó desde sus primeros días su destino en el mundo del toreo.

Su padre, también llamado Manuel Rodríguez Sánchez y apodado Manolete, fue torero, y su madre, Doña Angustias, provenía de una familia con vínculos taurinos.

En las calles empedradas de Córdoba, Manuel dio sus primeros pasos y comenzó a soñar con ser figura del toreo.

 

Desde pequeño, Manolete mostró una pasión inquebrantable por los toros.

A pesar de ser un niño físicamente débil, su determinación lo llevó a ingresar a la escuela de tauromaquia de Montilla de Bujalance a los 12 años, donde comenzó a actuar como becerrista en festivales benéficos.

La plaza de La Lagunilla, donde jugaba con sus amigos y primos, se convirtió en el escenario donde empezó a forjarse la leyenda que sería Manolete.

 

Además de su pasión por el toreo, Manolete destacó en la escuela por sus buenas notas, especialmente en dibujo, donde siempre plasmaba toros y toreros, mostrando ya desde joven su conexión profunda con el arte taurino.

Manuel Laureano Rodríguez Sánchez - Historia Hispánica

La carrera profesional de Manolete comenzó en plena Guerra Civil Española, un contexto difícil que no impidió que el joven torero se presentara en diversas plazas de la provincia de Córdoba.

En 1938, debutó en la Real Maestranza de Sevilla, donde logró un gran triunfo.

Poco después, ese mismo año, tomó la alternativa en Sevilla a manos de Manuel Jiménez “Chicuelo”, consolidando su nombre en el mundo taurino.

 

Pero sería en Madrid, en la Plaza de Toros de Las Ventas, donde alcanzaría la gloria definitiva.

El 6 de julio de 1944, en la corrida de la prensa, Manolete protagonizó una actuación memorable junto al toro “Ratón”, que le valió tres vueltas al ruedo y el reconocimiento absoluto del público y la crítica.

 

En 1946, Manolete decidió torear en España y México, país donde se convirtió en una auténtica leyenda.

Fue el primer extranjero en conseguir una oreja en la Plaza de Toros de México, y su relación con el público mexicano fue tan profunda que soñaba con retirarse allí una vez terminada su carrera.

La inauguración de la Plaza de Toros México, conocida como la plaza más grande del mundo, fue un momento histórico para Manolete, compartiendo cartel con figuras como Luis Castro “El Soldado” y Luis Procuna “El Barrenito de San Juan”.

Manolete, la storia del torero di Alessandra Giardini | Gazzetta.it

Antes de su muerte, Manolete vivió en una casa ubicada en la Avenida de Cervantes número 5, en Córdoba, que hoy en día es un prestigioso restaurante conocido como “La Casa de Manolete Bistró”.

Esta vivienda, construida en 1942 y adquirida por Manolete a la familia Cruz Conde, fue el lugar donde se instaló su capilla ardiente tras su fallecimiento en 1947.

 

El restaurante conserva detalles originales de la casa, incluyendo el despacho y el dormitorio donde Manolete descansaba.

Visitar estos espacios permite adentrarse en la vida cotidiana del torero, imaginar sus pensamientos y sentir la atmósfera que lo rodeaba en sus últimos días.

En el patio, destaca una fuente icónica junto a una fotografía de Manolete con sus gafas de sol, símbolo de su personalidad innovadora y carismática.

 

El 28 de agosto de 1947, Manolete realizó su última corrida en la plaza de toros de Linares.

Aquel día, el torero estaba visiblemente cansado y debilitado, tanto física como psicológicamente.

A pesar de las advertencias y la preocupación de su equipo y familiares, Manolete decidió darlo todo en el ruedo.

 

El toro “Islero”, de la ganadería de Miura, fue el encargado de marcar el final de su carrera y su vida.

Manuel Sánchez Rodríguez
Durante la faena, Manolete sufrió una grave cornada que lo llevó a la enfermería de la plaza.

Aunque inicialmente respondió a las transfusiones de sangre, la herida fue mortal.

Falleció al día siguiente, el 29 de agosto de 1947, a la edad de 30 años.

 

Su muerte conmocionó a España y al mundo taurino.

Fue un golpe duro para una sociedad que veía en Manolete no solo a un torero, sino a un símbolo de esperanza y fortaleza en tiempos difíciles.

Sus últimas palabras reflejaban su preocupación por su madre: “Qué disgusto se va a llevar mi madre”.

 

Manolete fue enterrado en el Cementerio de La Salud en Linares, donde su tumba se ha convertido en un lugar de homenaje para aficionados y admiradores.

La escultura que corona su sepulcro es imponente, reflejando la grandeza del torero y el respeto que sigue despertando décadas después de su muerte.

 

La tumba de Manolete no solo recuerda a un hombre, sino a una leyenda que trascendió el toreo para convertirse en un icono cultural.

YouTube Thumbnail Downloader FULL HQ IMAGE
Su historia, llena de éxitos, tragedias y pasión, sigue inspirando a nuevas generaciones.

 

Manolete no fue solo un torero; fue un mito que encarnó la esencia de una época y la pasión de un pueblo.

Su vida estuvo marcada por el sacrificio, la valentía y el amor por el toreo, pero también por la fragilidad humana y la tragedia.

Su legado perdura en Córdoba, en Linares y en el corazón de todos aquellos que admiran la tauromaquia.

 

Visitar su casa natal, recorrer los lugares donde creció y conocer su tumba es adentrarse en la historia de un hombre que, a pesar de su muerte prematura, logró inmortalizarse como uno de los grandes íconos de España y del mundo taurino.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.