Lonnie K.Anderson, nacida el 5 de agosto de 1945 en St.Paul, Minnesota, fue una actriz cuyo talento, carisma y belleza atemporal conquistaron el corazón de millones.

Su nombre quedará para siempre asociado a su icónico papel como Jennifer Marlo, la recepcionista glamorosa y astuta de la querida comedia de situación de CBS, *WKRP in Cincinnati*.

El 3 de agosto de 2025, a dos días de cumplir 80 años, Lonnie falleció en Los Ángeles, dejando un legado imborrable de risas, fortaleza y elegancia.

 

Creció en Roseville, Minnesota, hija de Clayton Carl Andy Anderson, un químico ambiental dedicado, y Maxine Hazel, una exmodelo con el glamour clásico de Hollywood.

Desde pequeña, Lonnie destacó por su luz y presencia. En 1963, siendo estudiante en Alexander Ramsay High School, fue coronada reina del baile de invierno de San Valentín, un anticipo del brillo que la esperaba en su futuro.

 

Aunque sus padres inicialmente pensaron en llamarla Leilani, su padre optó por simplificar el nombre a Lonnie, convencido de que le iría mejor a medida que creciera.

Su historia personal, llena de ingenio y corazón, quedó plasmada en su autobiografía de 1995, *My Life in High Heels*.

 

Lonnie comenzó su carrera en la actuación con un pequeño papel en la película *Nevada Smith* (1966), junto a Steve McQueen.

Sin embargo, el camino hacia el estrellato no fue inmediato. Durante casi una década, trabajó de manera intermitente en series de televisión como *SWAT*, *Phyllis*, *Policewoman* y *Harry O*.

Incluso audicionó para el papel de Chrissy en *Three’s Company*, sin lograr obtenerlo.

El destino le tenía reservado algo aún mejor. En 1978, consiguió su gran oportunidad al interpretar a Jennifer Marlo, la recepcionista encantadora y deslumbrante de *WKRP in Cincinnati*.

Los productores quedaron cautivados por un póster suyo en traje de baño rojo, que evocaba la famosa imagen de Farrah Fawcett.

El creador del programa, Hugh Wilson, comentó que su figura le recordaba a Jane Mansfield, mientras que su aura inocente y cautivadora era similar a la de Marilyn Monroe.

Así, Lonnie se convirtió en la querida “novia de América”.

 

Su interpretación le valió tres nominaciones al Globo de Oro y dos al Emmy.

Aunque el programa tuvo una audiencia modesta, fue muy querido por adolescentes, jóvenes adultos y DJs de radio, en gran parte gracias a la presencia entrañable de Lonnie.

 

La vida amorosa de Lonnie fue tan fascinante como sus papeles en pantalla. Se casó cuatro veces.

Su primer esposo fue Bruce Hasselberg, un desarrollador inmobiliario, con quien tuvo una hija llamada Dedra.

Luego estuvo casada con el actor Ross Pickle y durante ese periodo mantuvo un breve romance con su compañero de *WKRP*, Gary Sandy.

Quizás su relación más conocida fue con la leyenda Bert Reynolds, con quien se casó en 1988 y adoptó a un hijo llamado Quinton.

Aunque se divorciaron en 1994, su relación fue objeto frecuente de la prensa rosa, convirtiéndolos en una de las parejas más comentadas de Hollywood.

 

En un giro romántico, Lonnie volvió a encontrar el amor con Bob Flick, miembro de la banda folk The Brothers 4, a quien había conocido en un estreno de película en 1963.

Se casaron en 2008, demostrando que el amor verdadero a veces tarda en llegar.

 

Aunque *WKRP* la hizo famosa, Lonnie continuó explorando su carrera con papeles en telefilmes y series durante los años 80 y 90.

Destacó en la interpretación de Jane Mansfield en *The Jane Mansfield Story* (1980), realizada mientras renegociaba su contrato con *WKRP*.

También participó en comedias como *Stroker Ace* junto a Bert Reynolds y prestó su voz al dulce collie “Flow” en el clásico animado *All Dogs Go to Heaven*.

 

Colaboró con Linda Carter en *Partners in Crime* y apareció en *Easy Street*, aunque ambos programas tuvieron corta duración.

En 1991, recibió elogios por su papel dramático como Thelma Todd en *White Hot: The Mysterious Murder of Thelma Todd*.

A pesar de algunos contratiempos, como no conseguir coprotagonizar con Bird en *Evening Shade* o no obtener el salario solicitado para *Designing Women*, Lonnie mantuvo su espíritu resiliente y esperanzado.

 

Regresó a su icónico papel de Jennifer Marlo en la nueva versión de *WKRP* y participó en la tercera temporada de la comedia *Nurses*.

En sus últimos años, protagonizó la serie web *My Sister is So Gay* (2016-2020), mostrando su talento cómico y su presencia en pantalla intacta.

En 2023, formó parte del elenco de *Ladies of the 80s: A Diva’s Christmas*, un encantador filme de Lifetime que celebra la amistad y el espíritu navideño.

 

El éxito profesional le brindó libertad financiera y un estilo de vida elegante. Al momento de su fallecimiento, su patrimonio neto se estimaba en 12 millones de dólares.

Sus decisiones inmobiliarias reflejaban su buen gusto y astucia: en 1994, tras divorciarse de Bert Reynolds, compró una mansión estilo francés en Moleholland Estates por 2.275 millones de dólares, que vendió en 2007 por 5.7 millones.

Ese mismo año adquirió una casa en Sherman Oaks por 1.9 millones, que vendió en 2015 por 2.1 millones, demostrando su habilidad para invertir inteligentemente.

Criada en un hogar donde ambos padres fumaban, Lonnie fue testigo del impacto devastador de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Esto la motivó a convertirse en portavoz apasionada de la concienciación sobre esta enfermedad en 1999, colaborando con la organización COPD Together para promover la educación y apoyo a afectados.

 

Su belleza era indiscutible, pero su corazón y compasión brillaban aún más.

A través de su activismo y sus inolvidables papeles, Lonnie usó su voz para hacer una diferencia.

 

El 3 de agosto de 2025, el mundo despidió a una de sus estrellas más brillantes.

Lonnie Anderson falleció pacíficamente en un hospital de Los Ángeles tras una larga enfermedad, dejando un legado que seguirá iluminando a generaciones.

 

Desde la pequeña chica de Minnesota hasta convertirse en un símbolo dorado de fuerza y gracia en Hollywood, Lonnie vivió una vida llena de amor, risas y legado.

Nos enseñó que la belleza puede ser suave y fuerte, que la risa es sanadora y que siempre es posible reinventarse.

Ya sea iluminando la pantalla con su papel en una comedia, defendiendo causas de salud o abrazando el amor en la madurez, Lonnie vivió con propósito, pasión y elegancia.

 

Aunque ya no está entre nosotros, su luz seguirá brillando cada vez que alguien sonría recordando el encanto de Jennifer Marlo o disfrute de sus deslumbrantes actuaciones en las repeticiones clásicas.

 

Lonnie Anderson fue mucho más que un rostro bonito. Fue una mujer de sabiduría, calidez y resiliencia inquebrantable. Por eso, el mundo la recordará siempre con una sonrisa dulce y sincera.

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