El velatorio, donde se velan sus restos mortales, se convirtió en un punto de encuentro para familiares y amigos, quienes llegaron para rendir homenaje a su vida.

Entre los asistentes, el clan de Ortega Cano estuvo presente, incluyendo a José Fernando, Gloria Camila y Rocío Flores, quienes mostraron su apoyo en este momento tan difícil.

La madre de Michu, visiblemente afectada, se tomó un momento para hablar con los medios y aclarar algunas informaciones erróneas que circulaban sobre la custodia de la hija de Michu, una niña de apenas 8 años.

En medio de la tristeza, la madre desmintió rumores sobre la posibilidad de que la niña fuera a vivir con Ortega Cano, afirmando con firmeza que la pequeña se quedará a su lado.

“Es lo que Michu hubiera querido”, expresó, subrayando el profundo amor que la joven tenía por su hija.

El encuentro en el tanatorio, aunque marcado por el dolor, también fue un momento de reflexión y unidad familiar.

Ortega Cano, quien llegó al velatorio con una expresión de profunda tristeza, no se detuvo a hablar con los medios, optando por mantener un perfil bajo y respetar el duelo de la familia.

La situación se tornó aún más emotiva cuando la madre de Michu compartió detalles sobre la salud de su hija, revelando que había estado esperando un marcapasos debido a una enfermedad congénita.

Ella estaba en la espera de un procedimiento médico que, lamentablemente, no llegó a tiempo.

“Era una joven llena de vida que estaba haciendo planes para el futuro”, comentó la madre, recordando cómo Michu se preparaba para un viaje a Marbella justo antes de su repentina muerte.

La familia se encuentra devastada, y la pequeña Rocío, que ahora enfrenta la realidad de perder a su madre, ha mostrado una fortaleza admirable.

“Me he estado apoyando en ella, y ella en mí”, dijo la madre, destacando la importancia de mantenerse unidas en este momento tan complicado.

Rocío, con su inocencia, ha hecho preguntas difíciles, tratando de entender por qué la gente le dice “lo siento”.

La madre, con ternura, le explicó que su mamá ahora es una estrella en el cielo, y juntas han encontrado consuelo en sus recuerdos.

El apoyo de la familia de Ortega Cano también ha sido significativo, y aunque no se han reunido directamente, la presencia de José Fernando y Gloria Camila ha sido un aliciente en medio del dolor.

“Es un momento en el que todos necesitamos estar unidos”, comentó la madre, refiriéndose a la importancia de la familia en tiempos de crisis.

La llegada al tanatorio fue un momento de gran carga emocional, y las imágenes de la madre de Michu consolando a su nieta han tocado los corazones de muchos.

La comunidad ha respondido con amor y apoyo, enviando mensajes de condolencias y recordando a Michu como una persona maravillosa que siempre será recordada.

El próximo paso para la familia es el responso, que se llevará a cabo en la iglesia de Santa María, donde se espera que amigos y familiares se reúnan para rendir un último homenaje a la joven.

La madre de Michu ha sido clara en que la niña permanecerá con ella, reafirmando su compromiso de cuidar y proteger a su nieta en este difícil camino.

“Quiero ser la abuela que Michu hubiera querido que fuera”, declaró, mostrando su determinación de mantener viva la memoria de su hija a través de su nieta.

En medio del dolor, también hay un reconocimiento de la vida que Michu vivió y de las huellas que dejó en aquellos que la conocieron.

La madre ha sido elogiada por su valentía y sinceridad al hablar sobre la situación, desmintiendo rumores y aclarando la verdad sin rodeos.

“Es un momento delicado, y creo que todos debemos ser respetuosos”, enfatizó, pidiendo a los medios que manejen la situación con sensibilidad.

La historia de Michu es un recordatorio de la fragilidad de la vida, y su legado vivirá en los corazones de quienes la amaron.

A medida que la familia navega por este mar de emociones, el apoyo de la comunidad y la familia se convierte en un faro de esperanza.

La madre de Michu ha demostrado una fortaleza admirable, y su deseo de cuidar a su nieta refleja el amor incondicional que siempre tuvo por su hija.

Mientras se preparan para el responso, la familia busca consuelo en los recuerdos felices y en el amor que siempre unió a esta familia.

La historia de Michu, aunque trágica, es también una celebración de la vida y del amor que perdura más allá de la muerte.

En estos momentos difíciles, la comunidad se une para rendir homenaje a una joven que dejó una huella imborrable en todos los que la conocieron.

La memoria de Michu seguirá viva en cada sonrisa de su hija y en cada lágrima que se derrame en su nombre.

Así, el legado de amor y fortaleza que dejó Michu será un faro de luz en la vida de su familia, guiándolos en el camino hacia la sanación.