Anoche un toque de humor abrió paso a una historia que hiela la sangre.

 

Iker Jiménez y Carmen Porter: noviazgo universitario, dos empresas  millonarias y casa en La Moraleja

 

Un ladrón pidió “lo más caro” y recibió los recibos de luz, agua e hipoteca.

 

Así comenzó el testimonio de una mujer cuya denuncia ha sacudido a toda España.

 

Porque lo que sigue no es un chiste, sino una auténtica pesadilla vivida en carne propia.

 

Hablamos de cadáveres amontonados.

 

Y no es una metáfora.

 

Es la frase literal de una víctima directa de la DANA que devastó Valencia.

 

Una mujer que, en medio del barro, el dolor y el abandono, ha decidido hablar claro.

 

Y sus palabras no dejan indiferente a nadie.

 

“Nos sentimos hasta el cuello de barro”, dice mostrando un frasco con tierra recogida esa misma mañana.

 

Una imagen poderosa que simboliza no solo la catástrofe natural, sino el abandono institucional.

 

Carmen Porter, al descubierto: de su vida como pareja de Iker Jiménez a sus  empresas e intento de secuestro

 

Ella misma tuvo que buscar a su sobrino y cuñada desaparecidos.

 

Nadie la llamó, nadie la asistió psicológicamente, ningún ente oficial le informó.

 

Tuvo que ir con sus padres a distintos lugares para encontrar los cuerpos.

 

Y fue en la Feria de Muestras de Valencia donde lo descubrieron.

 

Allí estaban los cadáveres.

 

Amontonados.

 

Sí, cientos de cuerpos sin identificar ni clasificar.

 

Y según su entorno, ya suman más de 200 fallecidos conocidos personalmente.

 

Iker Jiménez, de la parapsicología al delirio de la conspiración |  Televisión | EL PAÍS

 

Una cifra muy lejana a la que manejan los medios.

 

¿Error? ¿Ocultamiento? ¿Incompetencia?

 

Esta mujer no está sola.

 

Muchas otras personas también están denunciando lo mismo.

 

 

Y están organizándose para crear un registro real de víctimas.

 

¿Será esta la punta del iceberg?

 

¿Estamos ante un caso de negligencia masiva?

 

Mientras tanto, en redes, Iker Jiménez no se queda callado.

 

El periodista ha dado visibilidad a este estremecedor caso desde su programa Horizonte.

 

Y lo ha hecho sin tapujos.

 

Llama a su comunidad a no tener miedo, a investigar, a buscar la verdad.

 

Para él, Horizonte se ha convertido en un “tribunal de investigación” con pruebas y testimonios.

 

Algo más grande que la televisión convencional.

 

Iker Jiménez: "A veces me pregunto si he madurado" - Cuarto Milenio

 

Es una ola de resistencia frente a lo que él llama “la intoxicación mediática”.

 

Y sus seguidores lo respaldan con fervor.

 

No se trata de un simple programa.

 

Es una comunidad.

 

Una hermandad milenaria que no se deja manipular.

 

“Nos quieren con miedo, asustadas y autocensuradas”, denuncia también una eurodiputada en otro fragmento viral.

 

Después de agredir verbalmente a ciudadanos, se justifica apelando a la violencia de género en redes.

 

Pero muchos cuestionan si esto no es simplemente una maniobra para desviar la atención.

 

¿Realmente se protege a las mujeres o se protege a las élites del escrutinio ciudadano?

 

Estas preguntas flotan mientras el barro sigue empapando las calles… y las conciencias.

 

Y mientras tanto, Horizonte sigue creciendo.

 

No solo en audiencia, sino en afecto, en credibilidad, en valor simbólico.

 

Es el refugio para quienes se sienten abandonados por las instituciones.

 

Un punto de encuentro para los que buscan justicia, respuestas, y sobre todo, verdad.

 

“No subestimen a esta comunidad”, advierte Iker.

 

Porque cuando alguien intenta atacar, se encuentra con una ola imparable.

 

Carmen Porter, mujer de Iker Jiménez, rompe su silencio: 'Pensé que era…'

 

No es solo televisión.

 

Es un movimiento social espontáneo.

 

Una respuesta emocional y racional a un sistema que parece haber fallado.

 

El hallazgo de cuerpos sin identificación no puede quedar en la sombra.

 

España merece saber qué ha pasado realmente en Valencia.

 

¿Quién responde por esos cadáveres?

 

¿Quién investiga?

 

¿Quién decide qué se muestra y qué se oculta?

 

La mujer denunciante tiene claro su objetivo: justicia.

 

Y aunque algunos ya tilden su relato de exageración o bulo, muchos sí le creen.

 

Porque ha estado allí.

 

Porque ha perdido.

 

 

Porque está luchando.

 

Y porque su historia se suma a muchas otras.

 

Quizá ha llegado el momento de mirar más allá del barro.

 

Y preguntarse cuántos secretos más están enterrados bajo sus capas.

 

La DANA arrasó con todo, pero no con la voluntad de quienes aún claman por la verdad.

 

Y tú, ¿te atreves a escuchar lo que nadie quiere contar?

 

Compartir este testimonio puede ser el primer paso para que no se repita.

 

Porque cuando la verdad duele, lo peor es callarla.