El programa volvió a registrar un mínimo histórico de audiencia, reduciéndose a la mínima expresión.

Tras un enésimo cambio que ha horrorizado tanto a los pocos telespectadores como a los fans que aún quedaban, el programa parece estar en caída libre.

Lo que en un principio se vendía como el éxito de la temporada, hoy es un reflejo de decadencia.

Con 15 colaboradores, 40 escenarios diferentes y más de 20 cámaras en plató, la producción parecía prometedora.

Pero los datos de audiencia son demoledores y confirman que Radio Televisión Española (RTVE) ha tirado la toalla con este espacio.

Solo mantienen a los tres presentadores principales para cumplir con el contrato, mientras que el resto de colaboradores ya ni siquiera aparecen en pantalla.

Los telespectadores están visiblemente enfadados y decepcionados.

Por otro lado, “La revuelta de Broncano” también sufre un nuevo mínimo histórico.

Estrena junio con una caída de más de cuatro décimas respecto a su principal rival, Pablo Motos, quien sigue disparado en audiencia.

Mientras tanto, María Patiño y Lucía Chevarría protagonizan un enfrentamiento que ha dejado a muchos boquiabiertos.

Si aún no estás suscrito a nuestro canal, te invitamos a hacerlo y activar la campanita para no perderte ninguna actualización.

Los datos digitales reflejan el terror que se vivió ayer en términos de audiencia.

El programa alcanzó solo un 6,2% de cuota, a pesar de haber eliminado todo lo que visualmente podía molestar en el plató.

El espacio fue minimizado hasta la mínima expresión, con solo María Patiño apareciendo en pantalla.

Un vídeo reciente muestra a María Patiño incómoda, casi fuera de plano, mientras el resto de presentadores intentaban sostener el programa.

Ella aparece airada y visiblemente enfadada por la situación.

La audiencia no llega ni a los 560,000 espectadores, una cifra alarmante para un espacio de estas características.

Los seguidores más incondicionales han criticado ferozmente el programa, que fue superado por todos sus competidores.

De hecho, fue la quinta opción de la tarde, por detrás incluso de documentales como los osos panda en La 2.

La cuota solo comenzó a crecer cuando se incorporaron los espectadores de “Valle Salvaje”, que pese a ello registró un pésimo 8%.

Esta serie había tenido datos mucho mejores anteriormente, lo que evidencia la crisis que atraviesa la programación.

En la franja nocturna, “MasterChef” se impuso con un 12,4% de audiencia.

Sin embargo, “La revuelta de Broncano” no logró superar ni siquiera el 12,1%.

El programa de Pablo Motos generó un impresionante 16,7%, dejando en evidencia la distancia entre ambos espacios.

Si se tratara de un contrato, “La revuelta de Broncano” y “La familia de la tele” estarían cancelados hace tiempo.

La exigencia contractual de audiencia no se cumple y los números son vergonzosos.

Además, la audiencia que antes apoyaba estos contenidos ha descendido notablemente.

Un vídeo reciente de María Patiño ilustra perfectamente la crisis.

En él, aparece fuera de plano, mirando sus uñas y sin interactuar con sus compañeros.

Mientras, Inés y Aitor intentan remar a favor del programa, pero la renovación parece insuficiente.

Los propios fans del programa reconocen que “renovarse o morir” es el refrán que mejor define la situación.

Solo queda esperar que se anuncie el fin definitivo del espacio.

El ambiente en el plató es tenso y la actitud de María Patiño airada fuera de plano es un reflejo claro de ello.

Kiko Matamor y Belén Esteban ya no aparecen en pantalla, evidenciando que no quieren ni saber nada del programa.

El espacio está hundido en lo que se podría llamar la más absoluta miseria.

No es el único problema en RTVE.

El presidente José Pablo López acusa a ciertos medios de tener intereses políticos para “reventar” la televisión pública.

Sin embargo, esta acusación parece desconectada de la realidad.

Culpar a la ultraderecha de la caída del programa es una explicación poco creíble.

Lo cierto es que el programa se maltrata a sí mismo con constantes cambios que confunden a los espectadores.

De un día para otro, “La familia de la tele” pasó de ser un espacio prometedor a un socialité sin esencia.

Los presentadores van cada uno a su bola y no hay cohesión en el equipo.

María Patiño, por ejemplo, desaparece del plano en varias ocasiones.

La falta de colaboradores confirma que el programa tiene los días contados.

Además, la politización constante del espacio genera rechazo.

Se critica abiertamente al emérito, a Victoria Federica y a otros miembros de la casa real.

Incluso se ha llegado a comparar a Melody con una folclórica, en un tono que ha indignado a muchos.

La audiencia está harta de este tipo de contenido y se refleja en los números.

Belén Esteban también ha sido retirada del programa, lo que ha generado polémica.

Ella publicó un mensaje emotivo en redes sociales dedicado a su hija Andrea Janeiro, lo que algunos interpretan como un intento de ganar audiencia.

El texto, lleno de errores gramaticales, ha sido criticado por su falta de coherencia.

Lucía Chevarría, por su parte, ha lanzado duras críticas contra María Patiño, acusándola de no ser consciente del rechazo que enfrentan.

La situación es grave y parece que el programa está en una cuenta regresiva.

Se ha extendido su emisión hasta final de año, pero la audiencia sigue cayendo.

Las cadenas generalistas como La Sexta, Antena 3 y Telecinco superan ampliamente a RTVE en audiencia.

Los espectadores están cansados y buscan alternativas.

La crisis de “La familia de la tele” es un reflejo de un problema mayor en la televisión pública.

Los cambios constantes, la falta de cohesión y la politización excesiva han alejado a la audiencia.

Queda por ver si RTVE podrá recuperar la confianza de sus espectadores o si este será el fin de una era.