El miércoles 23 de abril, se vivió un momento crítico en la televisión española, especialmente en La 1 de Televisión Española y Mediaset.

 

 

Los datos de audiencia de Broncano fueron alarmantes, alcanzando su peor cifra histórica desde que comenzó su programa.

 

Con una caída del 10%, el programa apenas logró atraer a 122,000 espectadores.

 

Esto contrasta drásticamente con el éxito de “El Hormiguero” de Pablo Motos, que superó el 14% de share y logró más de un millón y medio

de espectadores.

 

La situación se complicó aún más por la reciente controversia relacionada con el fallecimiento del Papa Francisco.

 

El gobierno español decretó tres días de luto, lo que llevó a la cancelación de varios programas, incluido el estreno de uno protagonizado por

Inés Hernán.

 

Esto desató críticas hacia Pedro Sánchez por su decisión de no asistir a los actos conmemorativos.

 

Belén Esteban, una figura polémica en la televisión, se mostró molesta por la cancelación del estreno.

 

A pesar de ser una católica conservadora que ha criticado abiertamente al gobierno del PSOE y a Pedro Sánchez, ahora se enfrenta a un

dilema.

 

 

¿Qué hará en Televisión Española, donde las tensiones políticas son palpables?

 

Miguel Temprano, comentarista, planteó una pregunta crucial: ¿cómo se adaptará Belén a un entorno donde la izquierda, que siempre ha

criticado, tiene más poder?

 

La izquierda, según Temprano, es más fuerte y mejor organizada, lo que podría poner a Esteban en una situación complicada.

 

A lo largo de su carrera, Belén ha criticado abiertamente la gestión del COVID-19 por parte del gobierno.

 

Sin embargo, ahora se encuentra en una posición donde debe lidiar con la misma administración que ha criticado.

 

“Por dinero, baila el perro”, dijo Temprano, sugiriendo que la lealtad de Esteban está en juego.

 

Con el cambio a Televisión Española, Esteban podría sentirse sola y abandonada.

 

Los colegas y periodistas de la cadena no tienen la misma lealtad hacia ella.

 

“Te van a dejar en la estacada”, advirtió Temprano, enfatizando que su discurso podría no ser bien recibido.

 

El futuro de Belén Esteban en Televisión Española es incierto.

 

¿Seguirá defendiendo a la monarquía mientras trabaja con un equipo que podría no compartir sus valores?

 

 

La presión de la audiencia y de sus compañeros podría llevarla a un callejón sin salida.

 

La situación destaca la hipocresía de la televisión, donde las figuras públicas son juzgadas por sus creencias.

 

Belén ha criticado la falta de apoyo del gobierno a los enfermos, mientras que su propio salario proviene de los impuestos de los ciudadanos.

 

Esto ha generado un debate sobre la ética de pagar a celebridades con fondos públicos.

 

Además, la tensión entre las hermanas Campos se intensifica.

 

La competencia por el protagonismo en los medios ha llevado a un conflicto que promete ser explosivo.

 

Mientras una hermana busca destacarse, la otra podría quedar en la sombra, creando un drama que seguramente atraerá la atención del

público.

 

 

La televisión española parece estar atrapada en un ciclo de controversia y drama.

 

Las figuras como Belén Esteban y las Campos están dispuestas a hacer lo que sea necesario para mantenerse en el centro de atención.

 

“¿Cómo hacemos pasta?” se convierte en la pregunta clave en un entorno donde la fama y el dinero son primordiales.

 

La situación actual en Televisión Española es un reflejo de la complejidad del mundo del espectáculo.

 

Las alianzas se rompen, las lealtades son cuestionadas y la búsqueda de audiencia puede llevar a decisiones inesperadas.

 

 

Con un panorama tan volátil, los espectadores están ansiosos por ver cómo se desarrollará esta saga en los próximos días.

 

La televisión, como siempre, se alimenta del drama, y esta vez no será diferente.