La televisión pública española está en el ojo del huracán tras una decisión judicial que ha dejado en jaque a todo el

sistema mediático.

 

Wife of Spanish PM investigated for alleged corruption

 

El programa que prometía revolucionar la parrilla de TVE ha sido arruinado a tan solo seis días de su estreno.

 

Y no es cualquier programa: se trata del regreso de figuras como María Patiño, Belén Esteban, Kiko Matamoros y otros personajes del

antiguo “Sálvame”.

 

Una apuesta arriesgada por parte del gobierno que ahora está siendo duramente criticada.

 

La razón del escándalo: la implicación del programa en la polémica operación “Deluxe”, un caso judicial de filtraciones ilegales de datos

personales de celebridades.

 

El juez ha aceptado las acusaciones particulares de famosos como Isabel Pantoja, Omar Montes, Kiko Rivera y Maite Zaldívar.

 

Según los documentos judiciales, se filtraron fichas policiales, pinchazos telefónicos y datos privados para utilizarlos en televisión.

 

Ahora, la indignación es máxima, pues el nuevo programa sería financiado con dinero público, es decir, con los impuestos de todos los

españoles.

 

La polémica no termina ahí.

 

La familia de Pedro Sánchez: Begoña Gómez, sus hijas, sus padres y su  hermano

 

Muchos ven en esta decisión una muestra más de la corrupción que estaría impregnando tanto a la televisión pública como al propio

gobierno.

 

Mientras tanto, se intensifican los cuestionamientos contra Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez.

 

Una investigación judicial abierta contra la primera dama ha puesto a temblar a Moncloa.

 

Se sospecha que Begoña Gómez podría haber participado en presuntas irregularidades relacionadas con la gestión de fondos públicos.

 

El juez Peinado ha convocado incluso a ministros como testigos en el marco de este caso que no para de crecer.

 

Pero lo más sorprendente es el paradero de Begoña Gómez.

 

Según fuentes cercanas, habría salido del país y estaría actualmente en República Dominicana.

 

 

Al parecer, estaría gestionando una residencia habitual en dicho país, lo cual ha encendido todas las alarmas.

 

¿Está huyendo de la justicia?

 

Isabel Pantoja: ¿Quién la defenderá?

 

Las malas lenguas dicen que sí, y que su salida responde al temor de posibles consecuencias legales inminentes.

 

En medio de este escándalo, la periodista Silvia Chaurrondo ha denunciado que la televisión pública blanquea la imagen de la esposa del

presidente.

 

Una acusación que no ha dejado indiferente a nadie y que ha sido respaldada por varios sectores mediáticos.

 

Todo esto se suma a una oleada de violencia verbal y política que ha alcanzado niveles peligrosos.

 

El activista Vito Quiles ha sido blanco de ataques en un mitin político donde se incitó directamente a la violencia contra su persona.

 

Las palabras pronunciadas en ese evento han sido calificadas por muchos como incitación al odio.

 

“Vamos a comenzar a lanzar micrófonos”, decían con nombre y apellido, en referencia directa a Quiles.

 

La polarización es tal que algunos comparan la situación actual con la de los años 30, justo antes de una guerra civil.

 

Desde el ámbito político y social se está generando una tensión sin precedentes.

 

Y lo más grave es que estas situaciones parecen estar normalizándose.

 

Para colmo, otro escándalo ha surgido en el corazón del gobierno.

 

La gran petición de Isabel Pantoja aceptada por Supervivientes 2019 y  telecinco - YouTube

 

Una supuesta relación de Begoña Gómez con el rescate millonario de Air Europa ha puesto la lupa sobre sus vínculos económicos.

 

Las revelaciones de la Guardia Civil son demoledoras.

 

Se habla de fiestas, viajes, mansiones y hasta prostitutas, todo financiado con dinero público.

 

El propio José Luis Ábalos, mano derecha de Sánchez, está salpicado por estas investigaciones.

 

La imagen del presidente está más deteriorada que nunca, y su silencio desde China no ha ayudado en nada.

 

Ni siquiera sus más fieles defensores se atreven a justificar lo que está saliendo a la luz.

 

Mientras tanto, en España, el pueblo observa cómo se desmorona la confianza en las instituciones.

 

La corrupción, el enchufismo y el uso indebido de los medios públicos generan una sensación de asco generalizado.

 

La pregunta ahora es: ¿hasta dónde llegará esta tormenta?

 

 

¿Se avecinan nuevas detenciones?¿Habrá consecuencias reales o todo quedará en el olvido?

 

Por el momento, lo único seguro es que estamos ante uno de los mayores escándalos de la democracia española.

 

Un episodio donde política, medios, dinero y poder se entrelazan de forma explosiva.

 

Y que ha dejado claro que, en este país, nada es lo que parece.