Rocío Carrasco vuelve a estar en el ojo del huracán.

El 7 de mayo de 2025 quedará marcado como el día en que estalló el conflicto definitivo entre los grandes nombres del entretenimiento.

Las imágenes y declaraciones que han salido a la luz lo confirman: la familia de la tele está más dividida que nunca.

Todo comenzó con la incorporación de Rocío Carrasco al programa “La familia de la tele”.

La noticia cayó como una bomba entre los colaboradores.

Muchos se enteraron en directo, al mismo tiempo que el resto del público.

Las reacciones no se hicieron esperar.

Algunos compañeros no pudieron ocultar su incomodidad.

La frase que más se escuchó esa noche fue demoledora: “Es que esta era mi familia”, en referencia a que la llegada de Rocío alteraba el equilibrio del grupo.

Pero, ¿por qué tanta tensión?

La respuesta está en los nombres que se han posicionado abiertamente en contra de Rocío Carrasco.

Kiko Matamoros, Lidia Lozano y Belén Esteban lideran el bando de los críticos.

No quieren ver a Rocío ni en pintura.

Sus diferencias vienen de lejos, especialmente tras el documental de Rocío Carrasco que dividió opiniones en toda España.

Kiko Matamoros nunca ha ocultado su rechazo.

Lidia Lozano, por su parte, ha dejado claro que no comparte plató con Rocío por nada del mundo.

Y la sorpresa llegó cuando se confirmó que Belén Esteban también forma parte del grupo que le ha declarado la guerra.

Belén Esteban, una de las figuras más queridas y poderosas de la televisión, ha dado un paso al frente.

La tensión se palpa en cada pasillo de la cadena.

El ambiente es irrespirable.

Los rumores apuntan a que estos tres pesos pesados acusan a Rocío Carrasco de ser la responsable del hundimiento de Telecinco y la desaparición de “Sálvame”.

Una acusación muy grave.

La polémica se agrava con la reciente condena judicial a Rocío Carrasco por impago de la pensión de su hijo David Flores.

Antonio David Flores, exmarido de Rocío, no ha perdido la oportunidad de cargar contra ella.

En sus últimas declaraciones, la acusa de no ser ejemplo para estar en televisión pública.

Se pregunta si los condenados deberían tener cabida en la pequeña pantalla.

El debate está servido.

Los periodistas también están en el punto de mira.

Algunos se preguntan si callan por miedo a represalias o por proteger intereses internos.

Mientras tanto, la audiencia no deja de comentar cada movimiento en redes sociales.

Las imágenes de Rocío Carrasco vestida de cabezudo, corriendo durante la cabalgata y volviendo al desfile, han generado todo tipo de teorías.

¿Fue una estrategia para sorprender?

¿O simplemente un intento de escapar de la presión mediática?

La llegada de Rocío ha provocado un terremoto en la estructura del programa.

Algunos colaboradores sienten que su espacio ha sido invadido.

Otros, como Carlota Corredera, defienden a Rocío con pasión.

Pero la grieta es cada vez más profunda.

La familia de la tele, que antes presumía de unidad, hoy está rota en bandos irreconciliables.

Los espectadores asisten atónitos a cada nuevo capítulo de esta guerra televisiva.

La tensión no se limita a los platós.

En los pasillos y camerinos, las miradas y los silencios lo dicen todo.

Hay quien asegura que la presencia de Rocío Carrasco es solo el principio de una nueva etapa llena de traiciones y alianzas inesperadas.

¿Podrán reconciliarse algún día?

¿O estamos ante el fin definitivo de la era dorada de la televisión del corazón?

El futuro es incierto.

Lo único claro es que la guerra total está servida.

Y los espectadores, expectantes, no quieren perderse ni un solo detalle.

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La batalla por el trono mediático acaba de empezar.