La política española vuelve a encenderse con un enfrentamiento directo entre Cayetana Álvarez de Toledo y el ministro Félix Bolaños.

 

 

La diputada del Partido Popular no se contuvo y lanzó acusaciones explosivas desde el Congreso que han dejado a más de uno sin aliento.

 

Según sus palabras, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero estaría negociando a espaldas del Parlamento un plan para reconocer a

Cataluña como una nación.

 

Esto, en contra del artículo 2 de la Constitución española.

 

Cayetana no se anduvo con rodeos y exigió respuestas claras al ministro Bolaños.

 

¿Está el Gobierno trabajando para modificar la estructura del Estado sin consultar al Congreso?

 

La polémica crece, y con ella la preocupación sobre la estabilidad institucional de España.

 

Las revelaciones de Álvarez de Toledo apuntan a que Zapatero estaría actuando como emisario del Ejecutivo.

 

Su misión: avanzar hacia el reconocimiento plurinacional de España y conceder nuevas competencias a Cataluña.

 

Esto incluiría, según Cayetana, la cesión de competencias en inmigración y quizás futuras concesiones en temas arancelarios.

 

Pero eso no es todo.

 

 

La diputada denunció que Zapatero debería estar “proscrito de la vida pública” por su relación con la dictadura venezolana y por actuar como

“lobista y cínico”.

 

Una acusación de alto voltaje que reaviva viejos fantasmas del zapaterismo.

 

Lejos de dar respuestas directas, el ministro Bolaños desvió el debate acusando a Cayetana de estar anclada en el pasado.

 

La acusó de ser nostálgica del conflicto catalán y de no aceptar la “normalidad institucional” que, según él, vive hoy Cataluña.

 

Pero Cayetana insistió.

 

“¿Forma parte de ese plan la reciente cesión de competencias?” preguntó.

 

“¿Habrá más cesiones después del verano?”

 

Ante el silencio del ministro, la duda se convierte en alarma.

 

Con una contundencia poco habitual en el Congreso, Álvarez de Toledo advirtió que la amnistía no se aplicará.

 

 

Asegura que será bloqueada por el Tribunal Supremo en España y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

 

Incluso si el Gobierno disfraza el referéndum como una “consulta no vinculante”, la diputada advierte que el intento caerá por su propio peso.

 

Y dispara contra Bolaños directamente: “¿Va a llamar prevaricador al juez Peinado a la cara?”

 

Comparó la estrategia del Gobierno con la de Trump: atacar a los jueces para gobernar sin ley.

 

Desde las filas de Vox también llegaron duras críticas al Ejecutivo.

 

Acusan al Gobierno de secuestrar las instituciones y de usar cualquier excusa –pandemia, guerra, aranceles– para consolidar su poder.

 

Critican el acercamiento a China, Venezuela y Rusia, y acusan al Gobierno de traicionar los intereses nacionales.

 

Según Vox, se está abriendo la puerta a una cadena de decisiones que perjudican gravemente a España: impuestos altos, competencia desleal

de Marruecos, y restricciones a sectores clave como la pesca o la automoción.

 

Vox fue aún más lejos y aseguró que los responsables del Ejecutivo empezarán a “desfilar por los tribunales”.

 

 

Aseguran que se avecina una ola de imputaciones que podría alcanzar incluso al propio ministro del Interior.

 

Y señalan que el Gobierno “ya no gobierna, detenta el poder y se sirve de él”.

 

La réplica del ministro no se hizo esperar.

 

Acusó a Vox de responder a intereses externos y de no ser verdaderos patriotas.

 

Ironizó con que solo buscan la “palmadita” de festivales ultras en Washington.

 

Y cerró con una frase demoledora: “La ultraderecha española ni para ser patriota vale”.

 

Mientras tanto, la ciudadanía asiste perpleja a un cruce de declaraciones donde se mezclan nacionalismo, poder judicial, corrupción y

tensiones internas.

 

¿Está el Gobierno jugando con fuego al negociar con el separatismo?

 

 

 

¿Se está fraguando en silencio un ataque contra la monarquía parlamentaria?

 

¿Logrará la justicia frenar posibles excesos del Ejecutivo?

 

Las piezas del tablero político se mueven.

 

Y lo que viene puede cambiar el rumbo de la democracia española para siempre.