Juan Pardo nació en 1942, en Palma de Mallorca, en un sanatorio de la marina española, donde su padre trabajaba como almirante.

 

La vida actual de Juan Pardo a los 81 años

 

Desde joven, su vida estuvo marcada por el movimiento constante y una pasión temprana por la música.

 

Al trasladarse con su familia a Galicia, fue allí donde Juan desarrolló su amor por el arte sonoro, al participar en el coro escolar.

 

Aunque su padre quería verlo en la Armada, un problema de daltonismo truncó esa posibilidad.

 

Este rechazo militar sería, paradójicamente, el impulso definitivo que lo llevó a abrazar la música con todo el corazón.

 

A los 18 años, se muda a Madrid decidido a construir una carrera artística, justo cuando España vivía el auge de los grupos musicales.

 

Su primer paso lo dio con el grupo “Los Vándalos”, aunque por poco tiempo.

 

Pronto fue llamado al servicio militar, y al regresar, sus primos lo invitaron a formar parte de “Los Teleco”.

 

Pero una nueva oportunidad llegó con “Los Pekenikes”, quienes buscaban vocalista.

 

Juan fue inicialmente elegido, pero la discográfica lo rechazó en el último momento, dándole el puesto a Junior (Antonio Morales).

 

Este revés no lo detuvo.

 

En 1963, grabó un EP con su conjunto bajo el nombre de “Juan Pardo”, aunque sin mucho éxito.

 

No se rindió y regresó a “Los Pekenikes”, donde logró reconocimiento con canciones como “América” y “La Bamba”.

 

Su siguiente paso fue aún más decisivo: cofundó el dúo “Juan y Junior” junto a Antonio Morales.

 

Aunque duraron poco tiempo, sus canciones se convirtieron en clásicos del pop español.

 

Mientras tanto, Juan no solo brillaba en el escenario, sino también detrás de él como compositor y productor.

 

Compuso para artistas como Marisol, Fórmula V, Daniel Velázquez, Mochi, y especialmente para Camilo Sesto, cuando este aún no era conocido.

 

 

La fe de Pardo en el talento de Camilo fue clave para su posterior éxito.

 

En 1969, inició su carrera como solista con un sencillo grabado en gallego, una apuesta arriesgada en esos tiempos.

 

Pero el experimento resultó ser un rotundo éxito, y pronto firmó para grabar su primer LP titulado simplemente “Juan Pardo”.

 

Lejos de encasillarse, Juan buscó siempre innovar.

 

Su segundo álbum, “Soledades”, fue completamente en inglés, una rareza para la época.

 

Le siguieron discos como “My Guitar” y “Conversation With Myself”, que afianzaron su popularidad.

 

Ya consolidado, a mediados de los 70 regresó al castellano con el álbum “Hotel Tóvazo”, demostrando una madurez artística notable.

 

Cada disco era una nueva aventura sonora, y el público lo respaldaba con entusiasmo.

 

Además, fue productor de artistas emergentes como el dúo juvenil “Pecos”, aumentando así su influencia en la industria musical.

 

Su vida personal fue más discreta que la de muchos colegas.

 

Se casó en 1970 con la cubana Emi delacal, matrimonio que duró hasta 1983, y del cual nacieron dos hijas: Deva y Liz Pardo.

 

Lejos de los escándalos, Juan fue un trabajador incansable y un genio creativo.

 

A lo largo de los años, produjo decenas de discos, tanto propios como ajenos, llenos de sensibilidad y belleza.

 

El tiempo, como siempre, fue dejando huella, y desde hace algunos años se ha mantenido alejado de los escenarios.

 

Sin embargo, sigue componiendo y apoyando nuevas generaciones, como a su hija Liz, con quien ha colaborado musicalmente.

 

Juan Pardo es el ejemplo de un artista completo, que prefirió el arte antes que la fama vacía.

 

Un talento que tal vez no recibió en vida el reconocimiento que merecía por parte del gran público español.

 

Pero cuya obra permanece viva, tocando corazones y alimentando memorias.

 

Hoy, su historia nos invita a reflexionar sobre cuánto valoramos a nuestros propios genios.

 

¿Será que España olvidó a Juan Pardo, o simplemente no lo supo entender?

 

Una cosa es cierta: su música es eterna.

 

Déjanos en los comentarios cuál es tu canción favorita de este inmenso cantautor.

 

Y no dejes que su legado caiga en el olvido.