Detrás de los protocolos estrictos, los saludos oficiales y los vestidos de gala, la infanta Sofía ha cumplido 18 años y comienza a escribir su propia historia.

Su vida, llena de decisiones inesperadas y pasiones poco comunes para alguien de la realeza, esconde detalles que pocos conocen.

Hoy te revelamos 15 datos sorprendentes que probablemente no sabías sobre la hija menor de los Reyes de España.

En primer lugar, Sofía ha tomado una decisión que rompe con las expectativas tradicionales.

A diferencia de su hermana, la princesa Leonor, ella no seguirá el camino de la formación militar.

Esto marca un antes y un después en su trayectoria, ya que hasta ahora ambas compartían un camino casi idéntico en cuanto a educación y protocolo.

La infanta Sofía comienza a trazar su propio destino, tomando distancia de las estrictas normas que impone la realeza.

Aunque tiene más libertad personal por ser la segunda en la línea de sucesión, no puede desviarse demasiado de la norma.

Su rol sigue implicando compromisos y responsabilidades, especialmente en temas como medio ambiente, derechos humanos y cooperación internacional.

Sofía podrá construir una identidad propia, pero siempre dentro del marco que exige su posición real.

Otro dato curioso es su nombre singular.

A diferencia de otros miembros de la realeza con nombres extensos y complejos, Sofía lleva un nombre más simple, en homenaje a su abuela paterna, la reina emérita Sofía.

Además, su Documento Nacional de Identidad (DNI) es especial y personalizado.

Los números asignados a la familia real van del 10 al 99, evitando el 13 por superstición.

A Sofía le tocó el número 17, un dato curioso que pocos conocen.

En cuanto a su físico, la infanta Sofía nació midiendo 50 centímetros y pesando 3,310 kilos, siendo más alta que su hermana Leonor desde el nacimiento.

Hoy mide 1,85 metros, heredando la altura de su padre, el rey Felipe VI, reconocido como el monarca más alto del mundo.

Un detalle poco conocido es que Sofía tiene una pequeña marca de nacimiento en su pierna izquierda.

Lejos de ocultarla, la infanta la ha mostrado con naturalidad en actos oficiales, recordándonos que, pese a su estatus, es humana como cualquiera.

En contraste con su hermana, Sofía no se perforó las orejas para llevar pendientes.

Prefiere mantener su estilo sencillo y cómodo, reflejando una personalidad auténtica y sin artificios.

En cuanto a sus padrinos, la tradición real fue rota.

Mientras que Leonor tuvo como padrinos a los reyes Juan Carlos y Sofía, Sofía fue apadrinada por su abuela materna Paloma Rocasolano y Constantin de Bulgaria, un amigo cercano de la familia sin título real vigente.

Sofía es además políglota.

Habla español, inglés, francés y ha recibido formación en árabe y chino.

También ha estudiado gallego, euskera y catalán, las lenguas oficiales de España, demostrando su amplio talento lingüístico.

Un misterio rodea su vista.

En 2011 fue vista usando gafas azules redondas, pero desde entonces no se le ha vuelto a ver con ellas.

Nadie sabe si fue algo temporal o una simple elección personal.

Su primera aparición pública con voz propia fue en abril de 2020, durante el confinamiento por la pandemia.

Junto a su hermana, leyó fragmentos del Quijote en un acto simbólico que marcó su debut oficial.

Las pasiones de Sofía son poco comunes para una royal.

Es una fanática del fútbol y apoya al Atlético de Madrid, en contraste con su hermana que es seguidora del Real Madrid.

Además, tiene un fuerte interés por el teatro, la música y la pintura, áreas donde ha demostrado talento.

Su primer acto oficial en solitario fue para entregar premios de fotografía, mostrando su lado artístico.

También es una amante de la ciencia ficción, compartiendo con su padre el gusto por Star Wars.

En el ámbito musical, Sofía es una adolescente más.

Adora a Harry Styles y ha asistido a conciertos junto a su familia.

También disfruta de artistas nacionales como Rosalía y Amaya Romero, reflejando su conexión con la cultura contemporánea.

En cuanto a estilo, Sofía es un referente de moda juvenil.

Prefiere un look relajado y sencillo, con marcas como Kate Woman, The Air y Moisés Nieto, alejándose del glamour excesivo.

Finalmente, su plato favorito es el Pan Trucu, un embutido tradicional asturiano similar a la morcilla.

Un gusto poco glamuroso pero muy auténtico que muestra su lado más cercano y humano.

En conclusión, la infanta Sofía es mucho más que una figura protocolaria.

Detrás de su imagen pública, se esconde una joven con gustos propios, decisiones valientes y una personalidad única.

Su camino comienza a diferenciarse claramente del de su hermana, marcando un nuevo capítulo en la historia de la monarquía española.

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