Vicente Fernández, conocido como “El Charro de Huentitán”, fue una leyenda viva de la música ranchera mexicana. Amado por millones de seguidores, su voz y presencia trascendieron generaciones.

Sin embargo, hacia el final de su vida, Vicente sorprendió a muchos al revelar una verdad poco conocida: había cinco cantantes a los que simplemente no podía perdonar.

The life of the mariachi king Vicente Fernández (Spanish text)
Esta confesión, lejos de ser un acto de rencor, reflejaba heridas profundas y cicatrices emocionales que marcaron su carrera y sus relaciones dentro del mundo musical.

 

Vicente no habló con rabia, sino con el peso de años de experiencias y decepciones. La música ranchera, para él, no era solo un género, sino una forma de vida que implicaba dolor, orgullo y autenticidad.

En este contexto, algunos artistas que intentaron acercarse o incursionar en el género no lograron ganarse su respeto, dejando una marca que nunca pudo olvidar.

 

Uno de los nombres más sonados fue el de Luis Miguel. Vicente criticó abiertamente a Luis Miguel por no saber cantar rancheras de manera auténtica, y por lo que percibía como un ego inflado y un enfoque más comercial que artístico.

Esta opinión fue un factor clave que llevó a la cancelación de la gira conjunta entre Luis Miguel y Alejandro Fernández en 2015, un proyecto ambicioso que prometía unir el mariachi con el bolero.

 

Luis Miguel lanzó en 2004 su disco “México en la piel”, y aunque Vicente inicialmente mostró una bienvenida aparentemente cálida, también destacó críticas hacia el estilo y vestuario poco tradicional de Luis Miguel.

Estas palabras provocaron una herida en el orgullo del Sol de México, quien luego respondió con ironía y determinación para demostrar su valía en el género ranchero.

Vicente Fernández | Artist | LatinGRAMMY.com

La cancelación de la gira no solo afectó a Luis Miguel, sino también a Alejandro Fernández, quien enfrentó pérdidas económicas y daños a su reputación.

Vicente reprochó duramente a su hijo por confiar en Luis Miguel, a quien consideraba inestable y poco respetuoso con la tradición de la ranchera.

 

Otra figura con la que Vicente tuvo una relación tensa fue Juan Gabriel. Los dos iconos mexicanos nunca se llevaron bien, y su enemistad se hizo pública tras un almuerzo fallido en el rancho de Vicente.

Durante la comida, un comentario de Juan Gabriel sobre la fe ofendió profundamente a la familia Fernández, especialmente a la esposa de Vicente, Cuquita.

 

El choque de personalidades y valores culturales profundizó la brecha entre ambos artistas.

Vicente representaba la tradición, la masculinidad y el respeto hacia las raíces mexicanas, mientras que Juan Gabriel era extravagante y teatral, transformando la vulnerabilidad en espectáculo.

A pesar de la animosidad, Vicente reconoció el genio de Juan Gabriel y le rindió homenaje tras su muerte en 2016, mostrando un respeto profundo aunque distante.

 

Pepe Aguilar, hijo de Antonio Aguilar, también estuvo en la lista de Vicente Fernández. La rivalidad entre ellos fue menos explosiva pero igual de significativa.

Legendary Mexican singer Vicente Fernandez dies at 81
Vicente criticó a Pepe por modernizar la ranchera con elementos pop y colaboraciones internacionales, algo que para Vicente era una traición a la esencia del género.

 

A pesar de las diferencias, Vicente mostró admiración por Pepe en privado, regalándole trajes y caballos.

Su relación fue una paradoja de respeto y distancia, marcada por un silencio que decía más que mil palabras.

Cuando Vicente murió en 2021, Pepe Aguilar lloró su partida como la de un mentor y una leyenda insustituible.

 

La rivalidad con Antonio Aguilar, otro pilar de la música mexicana, tuvo un origen peculiar: un sastre.

Ambos cantantes valoraban la indumentaria tradicional como símbolo de identidad.

Vicente logró contratar al sastre que Antonio había confiado durante años, lo que provocó un distanciamiento entre ellos.

 

Aunque compartieron escenario en ocasiones especiales, nunca lograron una amistad profunda.

Representaban dos visiones distintas de México y la ranchera: Antonio, la elegancia y el espectáculo; Vicente, la autenticidad y la crudeza del pueblo.

Texans Mourn the Death of “El Rey,” Vicente Fernández – Texas Monthly
A pesar de la tensión, ambos se respetaban públicamente y se reconocían como leyendas.

 

Cristian Castro, conocido por su carrera en el pop latino, intentó incursionar en la ranchera, pero para Vicente su estilo era superficial, carente del dolor y las cicatrices que definen el género.

Vicente lo veía más como un modelo que como un verdadero charro.

 

A pesar de esta percepción, Cristian siempre mostró admiración y respeto hacia Vicente, a quien consideraba una figura paterna.

En 2021, cuando Vicente sufrió un accidente, Cristian fue uno de los primeros en enviar mensajes de apoyo.

Su relación fue un ejemplo de respeto mutuo a pesar de las diferencias artísticas.

 

Finalmente, Vicente expresó su desaprobación hacia Cristian Nodal, un joven cantante que mezclaba la ranchera con el rap y la música urbana, lo que Vicente consideraba una confusión más que una fusión.

Para Vicente, la ranchera debía mantenerse fiel a sus raíces, sin experimentar con estilos modernos que diluyeran su esencia.

 

Nodal, por su parte, idolatraba a Vicente y le rindió homenaje tras su fallecimiento, mostrando que aunque sus visiones diferían, compartían un profundo amor por la música mexicana.

Vicente Fernandez Dead: Mexican Music Icon Dies at 81

Vicente Fernández murió en diciembre de 2021 después de una larga batalla contra complicaciones de salud.

Su legado es inmenso: más de 100 discos grabados, millones de copias vendidas, y un lugar insustituible en la cultura mexicana.

 

Su vida estuvo marcada por la pasión por la música y la defensa férrea de la tradición ranchera.

Las heridas que dejó en su corazón con respecto a ciertos artistas reflejan la complejidad de un hombre que amó profundamente su arte y su país.

 

Aunque nombró a cinco cantantes que no pudo perdonar, Vicente Fernández también mostró respeto y cariño hacia muchos otros, dejando una enseñanza clara: la ranchera es más que música, es historia, alma y orgullo mexicano.

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