🚨 “¡Ya se está haciendo!”: Óscar Puente destruye a Feijóo con una sola frase y lo deja en ridículo ante toda España 📉🔥

Las cuatro palabras con las que Óscar Puente remata a Feijóo por lo de las  vacaciones

La escena era previsible: una oleada de incendios arrasa varias regiones de España y la oposición busca rápidamente capitalizar el momento.

Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, publica en sus redes un mensaje “exigiendo” la intervención urgente del ejército para combatir las llamas.

Se menciona a los zapadores, a los helicópteros militares, a la maquinaria pesada… un discurso que, en apariencia, suena firme, patriótico y comprometido.

Pero había un problema: todo lo que Feijóo pedía… ya estaba ocurriendo.

En menos de una hora, Óscar Puente, ministro de Transportes, respondió con un tuit fulminante.

Sin alzar la voz, sin insultos, solo con una frase cargada de ironía: “Todo esto que pide ya se está haciendo, pero a él le da igual.

” Lo acompañó de una imagen oficial del Ejército de Tierra, mostrando a los zapadores de la brigada Guzmán el Bueno saliendo hacia León de madrugada para apoyar las labores de extinción.

El golpe fue quirúrgico.

En segundos, el mensaje se viralizó.

Feijóo, en cambio, quedó atrapado en una contradicción difícil de maquillar.

Lo que parecía un gesto de liderazgo se convirtió en una evidencia de improvisación.

No solo porque la Unidad Militar de Emergencias (UME) ya estaba desplegada —como dicta el protocolo—, sino porque las peticiones de Feijóo mostraban un alarmante desconocimiento de la realidad operativa.

Y en la era digital, donde todo se verifica al instante, ese tipo de errores no se olvidan fácilmente.

Óscar Puente atija a Feijóo por lo que ha dicho del SMI y lo llama  “caradura”

Las redes ardieron, pero no con fuego, sino con ironía.

El mensaje de Puente circuló por miles de perfiles, acompañado de memes, capturas y comentarios que oscilaban entre el sarcasmo y el bochorno ajeno.

Mientras tanto, medios de comunicación recogían la historia: el ministro había dejado en evidencia al líder de la oposición… con sus propias palabras.

Este rifirrafe digital es mucho más que una simple disputa entre dos políticos.

Es un espejo de cómo se juega hoy la política en España.

El tuit de Feijóo intentaba mostrar proactividad, liderazgo y firmeza.

Pero la respuesta de Puente fue un recordatorio brutal de que la política ya no se libra solo en ruedas de prensa o entrevistas.

Se gana o se pierde en 280 caracteres.

Feijóo no solo fue desmentido, fue humillado públicamente.

No por una agresión, sino por la frialdad de un dato verificado.

La intervención del ejército no era una idea suya.

Era una realidad en marcha.

Óscar Puente escucha las palabras de Feijóo sobre la declaración de Sánchez  ante el juez y le responde con estas imágenes | Sociedad | Cadena SER

Su mensaje llegó tarde, mal informado y, lo más grave, evidenciando una estrategia de desgaste basada en repetir críticas vacías aunque contradigan los hechos.

Puente no improvisó su respuesta.

La preparó como quien lanza una flecha sabiendo exactamente dónde está el punto débil del adversario.

La imagen del ejército en acción no solo reforzó la veracidad del mensaje, sino que conectó emocionalmente con una ciudadanía cansada de discursos vacíos y promesas huecas.

La UME representa compromiso, eficacia, respuesta.

Y Feijóo quedó como alguien que no sabía —o no quiso saber— que ya estaban en el terreno.

Pero esta pelea va mucho más allá de un mal tuit.

Es una advertencia para la clase política.

En la era de la inmediatez, no basta con parecer activo.

Hay que serlo.

Y probarlo.

Porque la credibilidad hoy se mide en pantallazos, y las mentiras o errores quedan inmortalizados en capturas que circulan durante semanas.

El episodio también desnudó un patrón de la oposición: pedir acciones que ya están en curso para poder luego acusar al gobierno de inacción.

Un juego peligroso que esta vez fue desenmascarado al instante.

Feijóo intentó proyectar imagen de líder preocupado, pero terminó expuesto como un político más interesado en el relato que en la realidad.

Y en política, cuando te acusan de eso, y no puedes desmentirlo… estás perdido.

Óscar Puente responde a Feijóo como solo él sabe sobre los incendios: 'Pero  a él le da igual'

La frase de Puente, “pero a él le da igual,” fue mucho más que una ironía.

Fue un juicio político.

Fue decirle a todo el país: este líder opositor no está aquí para construir, está para ensuciar.

Y cuando los incendios se convierten en excusa para hacer política, el daño a la imagen puede ser devastador.

El estilo Puente —breve, sarcástico, demoledor— ha demostrado ser eficaz en la guerra del relato.

Enfrentado a un Feijóo más institucional y rígido, la diferencia de ritmo es brutal.

Mientras uno apunta a viralizar, el otro aún juega en tiempos de nota de prensa.

Y eso, en un entorno dominado por las redes, marca la diferencia entre controlar el debate o perderlo en tiempo récord.

Este episodio también reabre un debate más profundo: ¿es tolerable que los incendios se conviertan en campo de batalla político? ¿Hasta qué punto los partidos deben priorizar el relato en lugar de trabajar juntos

por la prevención y la respuesta? Porque mientras los bosques se queman, los líderes discuten por Twitter.

Y eso, para muchos ciudadanos, es una burla.

Feijóo quedó tocado.

Intentó liderar un relato y fue fulminado por una realidad que no había chequeado.

Óscar Puente retrata a Feijóo tras su "humilde" discurso: "Les pide un acto  de fe”

Puente capitalizó el momento, pero también asumió un riesgo: el de convertir cada réplica en espectáculo.

El reto será transformar ese talento comunicativo en acción política estructural.

Porque, al final, los incendios no se apagan con tuits.

Pero esta batalla ya tiene ganador.

Y fue el que usó una sola frase, una imagen oficial y la verdad en el momento exacto.

Feijóo no lo vio venir.

Y lo peor: no tuvo cómo responder.

Y así, en pleno verano, con el país en alerta por el fuego, el tuit más caliente no fue el del clima… fue el que sentenció un relato político en segundos.

Porque en política, como en la vida, la verdad con pruebas siempre arde más que la retórica vacía.