🔥 😱 Pablo Motos: “Me dijeron que era muy Feo para salir en Televisión”

Pablo Motos nació en Requena, Valencia, el 31 de agosto de 1965, y desde su adolescencia soñaba con conectar con el público a través de la radio y la televisión.

Su carrera despegó como locutor y director en emisoras locales, hasta llegar a Onda Cero Valencia, pero el camino no fue nada fácil.

En sus primeros pasos, escuchó una crítica que aún hoy le martillea la memoria: “Eres muy feo, tu cara no tiene personalidad, no vales para la tele”.

Esa frase no brotó de un fan atropellado por sus palabras, sino de alguien con voz de autoridad, un jefe que creyó leer el rostro de Motos como obstáculo para el éxito televisivo.

En lugar de hundirse, Pablo lo convirtió en combustible para su ambición.

Aquel rechazo hizo que se replanteara qué era realmente necesario para triunfar: no bastaba la apariencia, sino la autenticidad, el ingenio y la capacidad de reinventarse.

Con esa mentalidad, creó El Hormiguero, un formato fresco que mezcla humor, ciencia, entrevistas y espectáculo.

Muchos recuerdan cómo, año tras año, enfrentó rivales mediáticos, críticas por su estilo chispeante y también acusaciones de misoginia o excesivo protagonismo.

Pero Pablo continuó avanzando, aferrado a su intuición y al equipo que construyó a su lado.

En el podcast “Tengo un Plan”, relató con sinceridad lo difícil que fue aquel inicio, con deudas enormes, un ojo tembloroso, tics en la boca y noches en vela, pensando que su carrera podía desvanecerse en un error.

Reconoció que su fracaso no habría sido solo suyo, sino de toda su familia, y que cada paso adelante requería audacia y resiliencia.

Admitió que lo arruinaron dos veces: una por una estafa en la radio, que lo dejó con una deuda de 35 millones de pesetas, y otra por inversiones fallidas en la bolsa.

Sin embargo, cada tropiezo lo hizo más fuerte, más consciente de que su talento no residía en su apariencia, sino en su capacidad para reinventarse y conectar.

Hoy conduce uno de los programas más vistos de España, ha recibido premios nacionales y ha entrevistado a celebridades mundiales.

Su éxito no oculta heridas: sigue escuchando aquella voz que lo llamó feo, pero ya no lo detiene, solo le recuerda cuánto ha crecido.

En una entrevista con Juan Domínguez, confesó que su mujer, Laura, fue su pilar entonces, quien lo convenció de seguir adelante cuando él dudaba.

Ella le devolvió la convicción en sí mismo cuando el mundo lo había desahuciado.

El Hormiguero no surgió por casualidad, sino por necesidad: tras separarse de Gestmusic, Pablo apostó por su audacia, sabiendo que si fracasaba pondría en riesgo el sustento de su familia.

Y ganó, porque convirtió un formato arriesgado en una fórmula poderosa, un equilibrio entre entretenimiento, emoción, divulgación y espectáculo.

Pero el éxito tampoco lo ha eximido de la polémica: ha tenido fricciones con otros presentadores y agrupaciones mediáticas, como la reciente pelea con David Broncano y su equipo en La Revuelta.

En esas aguas turbulentas, el estilo incisivo y directo de Motos no pasó desapercibido.

Él respondió públicamente, denunciando intereses ocultos, “cortinas de humo” y ataques velados hacia su programa, y aseguró que siempre intenta proteger a su equipo de arbitrariedades.

Su trayectoria refleja un carácter, una personalidad forjada en la adversidad y un temperamento firme que crece bajo presión.

Después de décadas al frente de la televisión, sigue estando en constante evolución, enfrentando críticas, aprendiendo y adaptándose.

Ha contado que incluso pensó en retirarse, pero entusiasmado por los retos que aún quedan, redobló esfuerzos para innovar y mantener la frescura de El Hormiguero.

Hoy, su rostro sigue siendo reconocible, quizás ya no cumpla los cánones de belleza tradicionales, pero su presencia transmite autoridad, experiencia y autenticidad.

A sus 59 años, no necesita el halago del espejo, porque la mirada del público le devuelve su valor cada noche.

Ese mismo público que lo sigue, aplaude y respalda pese a que hubo quienes creyeron que era “feo para televisión”.

La historia de Pablo Motos es la de alguien que transformó una crítica personal en su motor de vida.

Es la historia de perseverancia, reinvención y valentía.

Y por si alguien lo duda, cada entrega de El Hormiguero demuestra que aquello que lo llamaban “feo” se hizo irrelevante frente a su ingenio y pasión.

Podrá haber momentos grises, roces mediáticos o polémicas, pero ha demostrado que puede vivir en el ojo del huracán sin perder el temperamento ni la ilusión, que es, al fin y al cabo, la mejor respuesta contra los prejuicios.