Santiago Abascal protagoniza un tenso y encendido enfrentamiento en el Congreso con Francina Armengol y lanza duras acusaciones contra Pedro Sánchez, agitando aún más el clima político en España.

 

Confrontación en el Congreso: Abascal desafía a Armengol sobre sus  declaraciones y recibe críticas por su actitud - Demócrata

 

En una jornada marcada por la tensión y la confrontación, Santiago Abascal, líder del partido VOX, volvió a sacudir los cimientos del Congreso de los Diputados en Madrid.

La escena se desarrolló el miércoles por la tarde, cuando Abascal se enfrentó con dureza a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, quien intentó contener sus ataques incisivos dirigidos hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La atmósfera en el hemiciclo era electrizante, y los ecos de los discursos resonaban en las paredes del histórico edificio.

Abascal, conocido por su estilo directo y provocador, no se detuvo ante la resistencia de Armengol. Con una retórica afilada, comenzó a despedazar las políticas del Gobierno, señalando la ineficacia de las medidas adoptadas en los últimos años.

“La España que ustedes han creado es un barco pirata que se hunde”, afirmó, mientras los miembros del Gobierno se miraban entre sí, visiblemente incómodos.

Su discurso, cargado de críticas, apuntó a la gestión de la crisis económica, la inseguridad y la inmigración descontrolada, temas que han resonado en la opinión pública y que han sido bandera de su partido.

 

 

La escena se tornó aún más dramática cuando Abascal, en un tono desafiante, lanzó una serie de preguntas retóricas a Sánchez, quien se encontraba en la sala, visiblemente atónito.

“¿Dónde están las promesas de empleo? ¿Acaso creen que los ciudadanos no ven el caos que han generado?”, exclamó.

La tensión fue palpable, y se podía sentir el sudor en la frente de algunos ministros, quienes comenzaron a salir apresurados del hemiciclo, incapaces de encontrar una respuesta adecuada a las acusaciones lanzadas por el líder de VOX.

El momento culminante llegó cuando Abascal, con una voz firme y decidida, se dirigió a Armengol: “Usted no puede silenciar la verdad.

El pueblo español merece escuchar lo que realmente está sucediendo”. Su intervención provocó un efecto dominó en el Congreso, con los taquígrafos atónitos ante la contundencia de sus palabras.

La presidenta del Congreso, visiblemente desbordada, intentó recuperar el control de la sesión, pero las palabras de Abascal habían calado hondo en la sala.

 

 

Este enfrentamiento no es un hecho aislado. En los últimos meses, VOX ha ido ganando terreno en el panorama político español, capitalizando el descontento de una parte significativa de la población.

Las encuestas apuntan a un aumento en la intención de voto hacia el partido de Abascal, lo que ha llevado al Gobierno a reaccionar con mayor nerviosismo ante sus intervenciones en el Congreso.

La oposición, especialmente VOX, ha encontrado en este escenario una oportunidad para cuestionar la legitimidad del actual Gobierno y sus políticas.

Mientras tanto, las redes sociales ardían con comentarios sobre el enfrentamiento. Los partidarios de VOX celebraban la actuación de Abascal como un acto de valentía y honestidad, mientras que los detractores lo acusaban de demagogia y falta de propuestas concretas.

“No se trata solo de criticar, sino de ofrecer soluciones”, argumentaban algunos en Twitter, evidenciando la polarización que este tipo de debates genera en la sociedad española.

 

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Este episodio en el Congreso no solo refleja la lucha de poder entre los partidos políticos, sino también el profundo desencanto de los ciudadanos con la política tradicional.

La figura de Abascal ha emergido como un símbolo de resistencia para muchos, mientras que el Gobierno de Sánchez enfrenta una creciente presión por parte de la oposición y de la sociedad civil.

En conclusión, lo ocurrido en el Congreso es un claro indicativo de la turbulenta situación política en España. Con un Abascal decidido a desmantelar las narrativas del Gobierno y un Sánchez que lucha por mantener la estabilidad, el futuro del país parece cada vez más incierto.

La pregunta que queda en el aire es: ¿podrá el Gobierno encontrar una respuesta efectiva a las críticas de VOX, o seguirá el barco pirata hundiéndose en las aguas turbulentas de la política española?

 

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