Los vecinos de la zona tienen en la imagen de Carolina un referente de superación y metas

 

La campeona del mundo de badminton Carolina Marin, en el barrio de La Orden  de Huelva - ABC de Sevilla

 

Esta noche, a las 22:00 horas, el popular programa de TVE ‘Grand Prix’ celebra su primera semifinal de la temporada con un duelo vibrante entre Cubas de la Sagra (Madrid) y Urduliz (Vizcaya).

Pero todas las miradas estarán puestas en la madrina de la localidad madrileña: Carolina Marín, la campeona de bádminton más laureada de la historia de España y Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024.

A sus 32 años, Marín no solo es un icono del deporte, sino también el orgullo de un barrio humilde de Huelva que la vio crecer: La Orden.

Nacida el 15 de junio de 1993, hija de Gonzalo, un administrativo fallecido en 2020, y de Toñi, ama de casa, Carolina creció en un entorno donde el trabajo duro y el apoyo mutuo eran la norma.

“En La Orden todos nos conocemos, y ver a Carolina triunfar es como si ganáramos todos”, comenta Paco, un vecino que la recuerda corriendo por las calles con su raqueta en la mochila.

El barrio, con unos 40.000 habitantes, surgió en los años 60 para acoger a familias procedentes de zonas mineras del Andévalo y el Condado. Se divide en La Orden Alta y Baja, y es conocido por su carácter obrero, su devoción a la Virgen de la Cinta y su pasión por el flamenco.

 

Así es La Orden: el humilde barrio de familias trabajadoras en el que  creció la campeona de bádminton Carolina Marín, madrina en el 'Grand Prix'

 

De hecho, el flamenco fue la primera gran pasión de Carolina. Desde los tres años, asistía a clases de baile en la Asociación de Vecinos, donde se la podía ver zapateando con una energía que ya entonces dejaba entrever su carácter competitivo.

Todo cambió cuando una amiga, casualmente, la invitó a un partido de bádminton en el modesto Polideportivo Municipal Diego Lobato, situado a pocos metros de su casa. “Ese día me enamoré del bádminton.

Fue como un flechazo”, ha confesado en más de una ocasión. La decisión de dejar el flamenco no fue fácil, pero la joven se volcó por completo en su nuevo deporte, entrenando horas extras y mostrando una intensidad poco común para su edad.

En el Diego Lobato, Carolina se ganó el apodo de “la McEnroe del bádminton” por su temperamento en la pista, rompiendo raquetas cuando las cosas no salían como quería.

Su madre, Toñi, recuerda entre risas: “Tenía carácter, pero eso también le dio la fuerza para llegar a donde está”.

Allí comenzó un camino que la llevaría, años después, a conquistar tres campeonatos del mundo, seis europeos y un oro olímpico en Río 2016, convirtiéndose en una de las mejores jugadoras de todos los tiempos.

 

Así es La Orden: el humilde barrio de familias trabajadoras en el que  creció la campeona de bádminton Carolina Marín, madrina en el 'Grand Prix'

 

La infancia de Carolina estuvo marcada también por las limitaciones de un barrio que, aunque hoy cuenta con planes de asfaltado y campamentos de verano, en décadas pasadas sufría carencias notables.

“Antes aquí no entraban autobuses ni taxis, todo era arena y quien trabajaba en el centro tenía que ir andando”, recuerda Manuela, vecina de La Orden de toda la vida.

En ese contexto, el colegio jugó un papel crucial. Carolina estudió en el Colegio Diocesano Sagrado Corazón de Jesús, una institución centrada en la promoción humana y cultural de los jóvenes con menos recursos.

Allí aprendió valores como la disciplina, la perseverancia y el trabajo en equipo, que luego aplicaría en su carrera deportiva.

A los 14 años, su talento la llevó a dejar Huelva para ingresar en un Centro de Alto Rendimiento en Madrid, una decisión que supuso un sacrificio familiar importante. “Fue duro verla marchar tan joven, pero sabíamos que su futuro estaba ahí”, explica Toñi.

El esfuerzo dio frutos y, en 2016, tras conquistar el oro olímpico, su ciudad natal le rindió un homenaje histórico: el pabellón deportivo de La Orden fue renombrado como Pabellón Carolina Marín.

El acto, celebrado el 5 de septiembre de ese año, contó con la presencia de la alcaldesa y cientos de vecinos que aplaudieron emocionados.

“Este es y siempre será mi barrio, y llevar su nombre en un pabellón es el mayor honor que me han hecho”, dijo entonces Carolina, con lágrimas en los ojos.

 

Así es La Orden: el humilde barrio de familias trabajadoras en el que  creció la campeona de bádminton Carolina Marín, madrina en el 'Grand Prix'

 

Más allá de sus éxitos, Carolina mantiene un fuerte vínculo con su tierra. Cada vez que su calendario lo permite, regresa a Huelva para visitar a su familia y entrenar en el pabellón que lleva su nombre.

También colabora en programas locales como ‘Huelva son sus Barrios’, que promueve el orgullo y la identidad de las comunidades de la ciudad.

En La Orden, su historia se cuenta a los más jóvenes como ejemplo de superación: una niña que cambió los zapatos de flamenco por una raqueta y que, a base de sacrificio, disciplina y pasión, llegó a lo más alto del deporte mundial.

Esta noche, cuando aparezca en el plató del ‘Grand Prix’ animando a Cubas de la Sagra, Carolina no solo representará a un equipo, sino también a todo un barrio y a miles de personas que se ven reflejadas en su esfuerzo.

El público podrá verla sonreír y bromear, pero detrás de esa imagen hay años de lucha, de madrugones para entrenar, de lesiones superadas —como la grave rotura de ligamento cruzado en 2019— y de una mentalidad de hierro que no se rinde ante nada.

En La Orden, ya se preparan para verla en televisión. En bares y casas, la cita está marcada: “Esta noche la vemos todos juntos, porque es como si fuera una de nosotros en la tele”, dice entre risas Mari Carmen, vecina del bloque donde creció Carolina.

Y es que, aunque hoy brille bajo los focos de la televisión nacional, en su corazón sigue siendo aquella niña que jugaba en las calles polvorientas de un barrio trabajador de Huelva, soñando con un futuro que, contra todo pronóstico, logró alcanzar.

 

Así es La Orden: el humilde barrio de familias trabajadoras en el que creció  la campeona de bádminton Carolina Marín, madrina en el 'Grand Prix'