RTVE anuncia una profunda transformación del Benidorm Fest 2026, con un premio de 150.000 euros y un nuevo equipo organizativo, como respuesta a la polémica elección de Melody en Eurovisión 2025 y con el objetivo de recuperar la confianza del público y fortalecer la presencia de España en el certamen europeo.

Lo que parecía un simple concurso musical se ha convertido en el epicentro de una tormenta política, mediática y cultural.

RTVE, tras recibir una oleada de críticas por la polémica elección de Melody como representante española en Eurovisión 2025, ha decidido dar un giro radical al futuro del Benidorm Fest.

Y no es un simple lavado de cara: la corporación pública prepara una edición completamente reformada para 2026, con un nuevo equipo, nuevas normas y, por primera vez, un premio económico de 150.000 euros para el ganador.

Una cifra nunca antes vista que busca reforzar el compromiso con la calidad artística y garantizar una verdadera carrera internacional al representante español.

Este anuncio no es casual. En la memoria de muchos aún está presente la controversia que envolvió a Melody, una artista con años de carrera, que tras ganar el Benidorm Fest 2025 fue elegida para representar a España en Malmö.

Su elección fue criticada desde varios frentes, desde quienes la consideraban una candidata impuesta por el jurado hasta quienes denunciaban una presunta falta de transparencia en el proceso.

A pesar de su carisma y energía en el escenario europeo, Melody no logró conectar con el televoto internacional y terminó en una posición decepcionante.

Este resultado no solo alimentó la frustración de los eurofans, sino que desató un vendaval en RTVE que, hasta ahora, no había mostrado señales de autocrítica.

José Pablo López, director de Contenidos Generales de RTVE, ha sido claro: el nuevo Benidorm Fest buscará reconectar con el público y con la esencia del certamen.

A partir de 2026, el ganador recibirá un respaldo financiero para producir y promocionar su carrera, un paso inédito que puede marcar un antes y un después en el panorama musical español.

El objetivo es profesionalizar el festival, hacerlo más competitivo a nivel internacional y, sobre todo, que el representante de España llegue a Eurovisión con una infraestructura sólida detrás.

Este cambio estratégico también viene acompañado de un relevo interno: habrá nuevo equipo de dirección artística, nuevas bases y criterios de selección, y un compromiso más férreo con la pluralidad musical.

RTVE asegura que quiere abrir las puertas a todos los estilos y artistas, sin distinciones, y fomentar una verdadera igualdad de oportunidades. Para muchos, esta transformación era urgente.

El Benidorm Fest nació en 2022 como una alternativa moderna al extinto proceso interno, pero pronto comenzó a generar tensiones por sus decisiones internas, sus dinámicas de voto y su desconexión con las expectativas de una parte del público.

Además, RTVE ha abierto un debate que va más allá de nuestras fronteras: el peso del televoto en Eurovisión.

Tras los resultados de 2025, en los que países como Israel fueron catapultados por el voto popular a pesar de las críticas diplomáticas y las tensiones geopolíticas, la corporación española ha expresado públicamente su intención de proponer una revisión del sistema de votación ante la UER.

Consideran que el desequilibrio entre el jurado profesional y el televoto puede distorsionar el espíritu del festival, convirtiéndolo más en un fenómeno mediático que en una competencia musical justa.

Todo esto se da en un contexto de fuerte competencia europea. Mientras otros países invierten recursos y talento en sus selecciones nacionales, España parecía haber perdido impulso en los últimos años.

Aunque Chanel alcanzó un histórico tercer puesto en 2022, las siguientes ediciones no han logrado repetir ese impacto.

RTVE quiere recuperar esa chispa, y el nuevo enfoque para 2026 apunta claramente en esa dirección. Se busca no solo un buen resultado en Eurovisión, sino también consolidar el Benidorm Fest como un evento cultural relevante dentro y fuera de nuestras fronteras.

Melody, por su parte, se ha mantenido en silencio desde su regreso de Malmö. La artista, que en su momento fue una estrella infantil y que había logrado relanzar su carrera con su participación en el festival, ha evitado entrevistas y declaraciones polémicas.

Algunos medios apuntan a un posible distanciamiento con RTVE tras la presión mediática que vivió, mientras otros aseguran que ya está trabajando en nuevos proyectos musicales.

Lo cierto es que su paso por Eurovisión ha dejado huella: tanto por su entrega en el escenario como por las heridas que dejó el proceso en la opinión pública.

En definitiva, el Benidorm Fest 2026 se presenta como una edición clave. La suma de dinero prometida no solo representa una apuesta por el talento, sino también una declaración de intenciones: RTVE no está dispuesta a repetir los errores del pasado.

El camino hacia una Eurovisión más justa, más potente y más representativa parece haberse iniciado.

Ahora queda por ver si los cambios serán suficientes para convencer a un público cada vez más exigente, y si los artistas estarán a la altura de este nuevo reto.

Porque más allá del espectáculo, hay algo que está en juego: la credibilidad de todo un país en el mayor escenario musical del mundo.