Sabel Pardo de Vera, ex presidenta de Adif, revela que en 2020 informó a Félix Bolaños sobre las presiones de Koldo García para favorecer empresas, poniendo en duda la versión oficial del Gobierno de Pedro Sánchez y desatando una crisis política que podría cambiar el panorama político español.

Sabel Pardo de Vera, ex presidenta de Adif, ha desatado una tormenta política al preparar su defensa en el caso Koldo, poniendo en entredicho el relato oficial del Gobierno de Pedro Sánchez.

En una serie de declaraciones que han dejado a Moncloa en una situación insostenible, Pardo ha confesado que ya en 2020 informó a Félix Bolaños, actual ministro de Justicia, sobre las presiones ejercidas por Koldo García, quien intentaba favorecer a empresas cercanas mientras José Luis Ábalos, entonces ministro de Transportes, hacía la vista gorda.

Según Pardo, Koldo no solo se comportaba como si fuera el dueño del despacho, sino que también utilizaba los nombres del presidente Sánchez y de Ábalos para justificar sus acciones.

Describió la atmósfera en el Ministerio como “impresentable”, afirmando que Koldo se presentaba sin previo aviso, presionando a contratistas y empresas como LIC y Murías, advirtiendo que “si se hunden, el PSOE pierde votos”.

Este testimonio no solo revela la dinámica interna del ministerio, sino que también plantea serias dudas sobre la veracidad de las afirmaciones de Sánchez, quien ha sostenido que se enteró del caso Koldo a través de la UCO en 2024.

Pardo ha relatado con claridad que elevó sus quejas a Ábalos, quien, según ella, se hacía el desentendido mientras Koldo se movía libremente entre los pasillos del poder.

La ex presidenta ha insistido en que, aunque nunca ha presenciado actos de corrupción directa, el ministerio estaba lleno de contratistas que utilizaban a Koldo para intentar influir en las adjudicaciones.

Su declaración pone en tela de juicio la gestión de Bolaños, quien, según Pardo, “lo sabía todo” pero ha intentado hacerse el sorprendido ante la situación actual.

En un encuentro que tuvo lugar en Moncloa, Bolaños invitó a Pardo a tomar un café, donde, según ella, discutieron la situación con Koldo, describiéndola como un “circo” que “faltaba al respeto a la institución”.

Esta conversación, que tuvo lugar meses antes de que Ábalos fuera cesado, sugiere que Pardo podría haber influido en el cambio de liderazgo en el ministerio.

La ex presidenta de Adif ha dejado claro que, si se confirman los registros de visitas, mensajes y correos, la versión oficial de Sánchez quedaría completamente desmantelada, abriendo la puerta a posibles acusaciones de encubrimiento.

Pardo se prepara para testificar ante el juez, afirmando que ha advertido sobre las irregularidades desde hace casi cuatro años, mientras en Moncloa optaban por mirar hacia otro lado para mantener el poder.

Este giro en la trama del caso Koldo no solo podría derribar el relato de Pedro Sánchez, sino que también podría convertir la situación en un escándalo aún mayor, atrapando a Bolaños y al núcleo del Gobierno en sus propias mentiras.

La gravedad de las acusaciones y la posibilidad de que se revelen más detalles en el juicio han generado un clima de incertidumbre en el panorama político español.

Las reacciones de los principales líderes políticos no se han hecho esperar.

Isabel Díaz Ayuso, Santiago Abascal, y otros figuras destacadas han comenzado a comentar sobre la situación, intensificando el debate público sobre la corrupción y la transparencia en la administración pública.

La implicación de personajes como Koldo García y la falta de acción por parte de figuras clave del Gobierno han encendido la indignación en la oposición, que exige respuestas claras y contundentes.

La situación se complica aún más con la aparición de nuevos actores en la narrativa política, como los partidos VOX, PP, Ciudadanos, PSOE, Podemos, y otros, quienes han comenzado a utilizar el caso Koldo como un arma política en sus campañas.

La posibilidad de que este escándalo se convierta en un tema central en las próximas elecciones es inminente, y los ciudadanos están cada vez más atentos a los desarrollos de este caso.

En un contexto donde la confianza en las instituciones está en un mínimo histórico, la revelación de Pardo de Vera podría ser el catalizador que impulse una mayor demanda de rendición de cuentas en el Gobierno.

La presión sobre Sánchez y su equipo aumentará a medida que se acerque la fecha de su testimonio, y la opinión pública espera respuestas claras sobre las acusaciones que han surgido.

La trama del caso Koldo se sigue desarrollando, y con cada nuevo detalle que emerge, se intensifica la especulación sobre el futuro de los implicados.

Pardo de Vera ha lanzado un desafío directo a la narrativa oficial, y su testimonio podría marcar un punto de inflexión en la política española.

La atención ahora se centra en cómo reaccionará el Gobierno ante estas acusaciones y qué implicaciones tendrá esto para la estabilidad política del país.