Carmen Alcayde y Laura Cuevas se enfrentan en la Zona Parásita de Supervivientes 2025, donde deberán convivir en condiciones extremas mientras el público decide quién merece seguir en el concurso.

 

Nueva expulsión en 'Supervivientes' con un giro inesperado en el concurso:  "Hay una caseta flotante"

 

La última gala de Supervivientes 2025 ha dejado a la audiencia sin aliento con un giro inesperado: Carmen Alcayde, una de las concursantes más polémicas de esta edición, ha sido enviada a la temida Zona Parásita, donde deberá convivir con Laura Cuevas, expulsada la semana anterior.

Ambas se convierten así en protagonistas de un nuevo duelo cargado de tensión, estrategia y supervivencia, en el rincón más inhóspito del reality.

Carmen Alcayde, conocida por su trayectoria como presentadora y colaboradora televisiva, llegó a Honduras con la intención de darlo todo, y desde el primer momento no ha pasado desapercibida.

Su estilo directo, su constante opinión sobre los conflictos del grupo y su implicación emocional en las discusiones la han situado como una de las concursantes con más protagonismo dentro de la isla.

En la última votación del público, Carmen fue la expulsada por un ajustadísimo margen del 51%, frente al 49% de Koldo Royo, el chef vasco que continúa en la playa principal.

La expulsión de Carmen, sin embargo, no supuso su salida definitiva del concurso. Al igual que ocurre en otras ediciones, los concursantes eliminados tienen una segunda oportunidad en la llamada Zona Parásita, una plataforma flotante y aislada donde las condiciones de vida son aún más duras que en la playa habitual.

Allí ya se encontraba Laura Cuevas, hija de quien fuera mayoral de la finca Cantora y conocida por su enfrentamiento histórico con Isabel Pantoja.

Laura fue la última expulsada por decisión del público y desde entonces ha vivido sola, enfrentándose a la precariedad, el hambre y el aislamiento emocional.

 

Supervivientes 2025': Laura Cuevas inaugura la Zona Parásita tras ser  "expulsada" - FormulaTV

 

El reencuentro de Carmen y Laura en este espacio limitado promete ser una auténtica bomba. Aunque no han compartido muchos momentos en la isla principal, sus personalidades fuertes y su necesidad de mantenerse en el foco las convierten en candidatas perfectas para una convivencia tensa.

Carmen ya ha mostrado su capacidad para polarizar opiniones entre sus compañeros, especialmente por su actitud hacia Pelayo y Damián, a quienes acusó de no apoyar suficientemente a Montoya en momentos clave.

Por su parte, Laura ha protagonizado algunas de las críticas más duras hacia la organización del programa, asegurando que no se ha sentido tratada con justicia y llegando incluso a amenazar con abandonar voluntariamente.

En esta nueva etapa como “parásitas”, ambas concursantes dependen en parte de sus antiguos compañeros, quienes tienen la capacidad de enviarles comida, herramientas o incluso ignorarlas, lo que hace de la estrategia un factor clave.

Además, el público será el encargado de decidir, en futuras votaciones, cuál de las dos merece seguir luchando por un puesto en la final y quién abandonará definitivamente la aventura.

Este tipo de dinámicas en Supervivientes han dado lugar a giros inolvidables en ediciones pasadas, como ocurrió con Logan Sampedro o Palito Dominguín, que lograron regresar con fuerza desde esta misma zona de castigo.

El papel de la audiencia es crucial, no solo para determinar la continuidad de las participantes, sino también para marcar el ritmo del relato televisivo.

Carmen cuenta con un fuerte respaldo de una parte del público, que valora su espontaneidad y su carácter sin filtros. Sin embargo, también acumula detractores que la consideran excesivamente crítica y poco empática.

En el caso de Laura, su historia personal ligada a una de las familias más mediáticas de España y su evolución dentro del programa han generado opiniones divididas: algunos la ven como víctima de una estrategia de aislamiento, mientras que otros creen que no ha sabido integrarse en la convivencia del grupo.

 

Todo 'Supervivientes 2025' contiene la respiración: preocupación por Carmen  Alcayde por el contratiempo sufrido en plena expulsión

 

Esta situación coloca a Supervivientes 2025 en un punto álgido. La Zona Parásita, pensada como un espacio de redención o castigo, se transforma en un escenario de máxima tensión entre dos mujeres que no están dispuestas a rendirse fácilmente.

Ambas saben que están en una cuenta atrás en la que no hay margen para el error, y que cualquier paso en falso puede costarles la expulsión definitiva.

Por si fuera poco, la convivencia forzada, el hambre y la vulnerabilidad emocional pueden generar roces diarios, alianzas improvisadas o enfrentamientos abiertos.

La productora del programa ya ha anunciado que las imágenes que se emitirán en los próximos días serán decisivas para comprender el rumbo que tomará esta edición.

Y los espectadores, fascinados por esta nueva dinámica, aguardan expectantes cada gesto, cada palabra y cada estrategia de estas dos protagonistas inesperadas.

Mientras tanto, en la playa principal, los demás concursantes continúan con su rutina entre pruebas, discusiones y estrategias, sin olvidar que el regreso de alguna de las “parásitas” podría alterar el equilibrio del grupo.

En Supervivientes, todo puede cambiar en cuestión de minutos, y lo que hoy parece una derrota, mañana puede convertirse en una victoria épica.

Carmen Alcayde y Laura Cuevas no solo luchan por sobrevivir en condiciones extremas, sino también por mantenerse en el corazón del público. La batalla en la Zona Parásita ha comenzado, y promete ser uno de los capítulos más intensos de la edición.