Queda poco para uno de los fenómenos astronómicos más importantes del año. El eclipse lunar de septiembre será espectacular y hará que las emociones de los signos se disparen, porque tendrá lugar sobre la constelación de Piscis.

El cielo prepara uno de los espectáculos más esperados del año y España será testigo privilegiado. El próximo domingo 7 de septiembre de 2025, el firmamento se teñirá de misterio con un eclipse lunar total que coincidirá con la célebre Luna de la Cosecha.

Este fenómeno, cargado de simbolismo y energía, será visible desde gran parte del mundo, pero tendrá un impacto muy especial en la península ibérica, donde miles de curiosos y aficionados a la astronomía ya se preparan para observarlo con expectación.

El Instituto Geográfico Nacional ha confirmado que el eclipse será total en casi todo el territorio español, con excepción de algunas zonas de Galicia y de las Islas Canarias, donde la Luna saldrá justo después de que finalice la totalidad.

En el resto del país, bastará con alzar la vista al cielo para disfrutar de este evento que no requiere ningún instrumento especial para su observación.

El calendario marca con precisión las horas clave: el eclipse parcial comenzará a las 18:27 y se extenderá hasta las 21:56, mientras que la fase total tendrá lugar entre las 19:31 y las 20:53, alcanzando su punto máximo a las 20:11.

Los eclipses lunares, que han fascinado a la humanidad desde tiempos ancestrales, se producen cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, proyectando su sombra sobre el satélite.

En este caso, la protagonista será la Luna de la Cosecha, asociada tradicionalmente a la abundancia, los ciclos agrícolas y la preparación para el otoño.

Antiguas civilizaciones como los mayas o los babilonios interpretaban estos sucesos como mensajes divinos, y aún hoy la astrología otorga un papel fundamental a estos fenómenos, cargándolos de significados emocionales y espirituales.

La astrología ha puesto el foco en la posición en la que se dará este eclipse: bajo la constelación de Piscis, el último signo del zodiaco.

Según los astrólogos, este detalle no es menor, pues Piscis está relacionado con la espiritualidad, la intuición, los sueños y los cierres de ciclos que dan paso a nuevas etapas.

La energía del 7 de septiembre no será únicamente un espectáculo visual, sino también un potente catalizador de emociones y cambios personales.

Algunos especialistas señalan que este eclipse podría sentirse con más intensidad que otros recientes. “Piscis nos invita a soltar lo que ya no sirve y a conectar con lo más profundo de nosotros mismos.

No es casualidad que muchas personas sientan nostalgia, inquietud o una necesidad imperiosa de cerrar etapas durante este tipo de fenómenos”, explican desde varias asociaciones de astrología en España.

Cada signo del zodiaco vivirá este evento de forma diferente. Aries deberá aprender a descansar y liberarse de cargas emocionales, mientras Tauro podría enfrentar cambios en su círculo de amistades.

Géminis notará un giro profesional importante, y Cáncer descubrirá nuevas facetas espirituales o filosóficas.

Para Leo, el eclipse pondrá sobre la mesa asuntos económicos relacionados con bienes compartidos, mientras que Virgo verá alterada su vida sentimental con posibles transformaciones en su relación de pareja.

Libra experimentará modificaciones en su rutina o salud, y Escorpio podría vivir revelaciones amorosas inesperadas.

Sagitario enfrentará movimientos en su vida familiar, Capricornio se verá sorprendido con noticias que cambiarán sus vínculos cercanos, y Acuario ajustará su economía liberándose de deudas o ingresos inestables.

Piscis, protagonista de este eclipse, vivirá el impacto más directo, con una sensación de renovación personal que podría expresarse incluso en un cambio de imagen o una redefinición de identidad.

El interés por los eclipses no se limita al terreno de la astrología. En ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia ya se organizan eventos colectivos para contemplar el fenómeno.

Asociaciones astronómicas han preparado telescopios, aunque aclaran que no serán necesarios para la observación, mientras bares y terrazas planean veladas especiales bajo el cielo nocturno.

El turismo astronómico, que ha ganado terreno en los últimos años, encuentra en estas fechas una oportunidad de oro para reunir tanto a expertos como a curiosos que simplemente quieren vivir la experiencia.

Más allá de lo espiritual, el eclipse del 7 de septiembre será también un fenómeno científico fascinante. La Luna, al entrar en la sombra de la Tierra, se teñirá de tonos rojizos y anaranjados en lo que se conoce popularmente como “Luna de Sangre”.

Este efecto se debe a la refracción de la luz solar en la atmósfera terrestre, que filtra los rayos azules y deja pasar los rojos.

Astrónomos de distintos observatorios ya se preparan para registrar el evento con cámaras de alta resolución y compartir imágenes que darán la vuelta al mundo.

La expectación crece, y no faltan voces que comparan este eclipse con otros históricos.

El último eclipse total visible en España se produjo en mayo de 2022, y antes de eso, en enero de 2019, cuando miles de personas salieron a las calles pese al frío invernal para contemplar el espectáculo. Sin embargo, este de septiembre de 2025 llega con un añadido:

su coincidencia con la Luna de la Cosecha y el tránsito bajo Piscis lo convierten en un evento doblemente especial, tanto para los amantes de la ciencia como para quienes creen en la influencia de los astros sobre la vida cotidiana.

El 7 de septiembre, cuando el reloj marque las 20:11, el cielo regalará una imagen inolvidable. La Luna teñida de rojo se elevará como testigo de un fenómeno que mezcla la ciencia con la magia, lo tangible con lo espiritual.

Y aunque el espectáculo durará apenas unas horas, sus resonancias emocionales y simbólicas podrían acompañar a muchos durante semanas.

Así, España se prepara para una noche única en la que el cielo será protagonista y cada persona podrá decidir cómo vivirla:

como un evento científico, como una experiencia estética o como un poderoso recordatorio de que, más allá de la vida cotidiana, hay fuerzas cósmicas que nos conectan con algo más grande y misterioso.