Neto ha acudido a ‘First Dates’ en busca de una pareja, pero le ha dejado claro a su cita que él no es ninguna ONG

En la noche del 4 de agosto de 2025, los estudios de *First Dates* vivieron uno de esos momentos que dejan huella entre los espectadores.

Neto, un agente logístico de 39 años residente en Barcelona, protagonizó una cita cargada de tensión, comentarios polémicos y un rechazo frontal que sorprendió incluso al equipo del programa.

Su actitud con Lucas Mariano, un estilista argentino de 48 años afincado en Málaga, ha sido uno de los momentos más comentados de la edición.

Desde el primer segundo quedó claro que no había conexión. “No me pone. No me despierta el demonio que llevo dentro”, dijo Neto a las cámaras en cuanto vio a Lucas, dejando sin margen a la imaginación.

Su crítica no se limitó al físico o a la primera impresión. Aseguró que le hubiese gustado que su cita fuera “más normalito, que pasara desapercibido”.

A pesar de esa declaración, accedió a sentarse a cenar con él. Y lo que siguió fue una conversación llena de excusas, diferencias y momentos incómodos que desvelaron mucho más que simples incompatibilidades.

Lucas, que había trabajado durante tres décadas como estilista y tuvo su propio salón en Florida, explicó que cerró esa etapa para dedicarse a viajar por el mundo. “Tenía una relación con mi trabajo, pero un día me levanté y sentí que era hora de hacer otra cosa”, contó con serenidad.

Buscaba a alguien con quien compartir experiencias, ideas y libertad. “Me da igual si es un pijo o un hippie, lo que quiero es que sea sincero y de alma”, explicó, convencido de que en Neto podía encontrar esa conexión.

Pero Neto tenía otras ideas. Durante la cena, fue directo: “Cuando me enamoro soy muy cariñoso y necesito a una persona cerca.

Todo lo que me estás contando, que viajas mucho… ya lo he vivido antes y no es el perfil que busco”, le dijo, justificando su falta de interés con la distancia física entre ellos.

Lucas no estuvo de acuerdo: “En la distancia puede haber mucho cariño. Yo tenía sexo con mi novio por teléfono y cuando nos veíamos, lo pasábamos muy bien”. Pero las razones de Neto iban más allá.

“Prefiero que tenga sus ingresos y su trabajo en un lugar fijo, con estabilidad”, le soltó sin rodeos. Y más tarde, ante las cámaras, dejó una de las frases más duras de la noche: “Yo no soy una ONG. Cada uno que se busque su vida y sus ingresos”.

Lucas, con una actitud mucho más abierta y conciliadora, intentaba hacerle entender que llevaba más de un año en Málaga y que tenía libertad para adaptarse a nuevas circunstancias.

“Yo me reacomodo donde sea”, aseguró con esperanza, pero Neto ya había cerrado la puerta: “Si me hubiera gustado, me habría hecho el tonto y la distancia me habría importado poco”.

A pesar del rechazo evidente, ambos compartieron confesiones personales que mostraron un lado más vulnerable de sus vidas. Neto reveló que tuvo que enfrentar una adolescencia marcada por el peso de la religión.

“Hasta los 18 años, mi familia era protestante. Íbamos a la iglesia, a retiros… Tuve novia. Como que no podía ser yo. Estuve 10 años sin hablar con mis padres, pero el tiempo lo pone todo en su sitio. Hoy en día me aceptan y han dejado la religión de lado”, relató con cierta emoción.

Lucas también compartió su historia. “En Argentina no había una comunidad abierta en la que pudiera ser yo. Por eso decidí irme. Hoy viajo por el mundo. Se puede hacer mucho con poco si eres creativo.

Sales a la calle, cantas, y te vuelves a casa con dinero”, contó. Neto no pudo evitar burlarse: “Pensé que este estará cantando por las calles con el gorrito delante. No tengo nada en contra, pero no busco eso. Yo quiero estabilidad y no mantener a nadie”.

Uno de los momentos más tensos fue cuando Lucas, en un intento por conectar, se animó a cantar durante la cena. Neto lo elogió con un “cantas bien”, aunque ante las cámaras dijo lo contrario: “No creo que sea cantante”.

A pesar de todo, Lucas no cerró la puerta: “Me parece agradable. Creo que podríamos tener otra charla sin ataduras”. Neto, con una risa forzada, volvió a refugiarse en su excusa favorita: “Por la distancia, sería un no. No me voy a abrir y no va a pasar nada”.

La cita ha dejado dividida a la audiencia. Mientras algunos han criticado duramente la frialdad y exigencias de Neto, otros han alabado la paciencia y sinceridad de Lucas.

Lo cierto es que *First Dates* volvió a demostrar que el amor, o su ausencia, puede sacar a relucir lo mejor y lo peor de cada uno. En este caso, más de uno se quedó con un sabor amargo… y muchas preguntas sin responder.