La vida de Óscar Lozano ha cambiado mucho desde que decidió alejarse de la noche madrileña. Te contamos cómo le va ahora en sus nuevos negocios, en el amor y cómo es su relación con su hijo

Durante los años noventa y principios de los 2000, el nombre de Óscar Lozano estaba en boca de todos.

Empresario de éxito en el mundo de la noche madrileña, rostro habitual en fiestas, eventos y revistas del corazón, y protagonista de algunas de las relaciones sentimentales más comentadas de la época, Lozano parecía destinado a una vida bajo los focos.

Primero, fue su historia de amor con Carmen Morales, hija de Rocío Dúrcal, con quien tuvo a su único hijo, Christian.

Después, su mediático romance con Belén Esteban, en pleno apogeo televisivo de la colaboradora, lo convirtió en uno de los personajes más perseguidos por la prensa rosa.

Juntos acudían a discotecas, estrenos, posaban para las cámaras y no se ocultaban. Pero aquella relación acabó con un distanciamiento abrupto, del que Esteban llegó a declarar que no había terminado precisamente bien.

Años después, Lozano decidió dar un giro radical. Lejos del ruido, los focos y la exposición, se marchó en 2014 a vivir a República Dominicana.

El cambio fue total: dejó atrás la noche, el espectáculo y la vida mediática para dedicarse a la hostelería, abriendo su primer hotel en el Caribe.

Actualmente, gestiona siete establecimientos hoteleros en distintas zonas del país y, según ha afirmado recientemente, no descarta abrir alguno más.

“Me reinventé por completo”, confesó en una entrevista concedida a ‘El Español’, donde se mostró más sereno y satisfecho que nunca.

Pero la hotelería no es su único proyecto. Óscar también se ha volcado en su otra gran pasión: el mundo del motor.

En Madrid ha estado al frente de varios concesionarios, y en su perfil de Instagram se define como un profesional de la “Automoción y Dirección de empresas en ocio y restauración”.

Una combinación que refleja su capacidad empresarial y su alejamiento definitivo de la fama gratuita.

Más allá de lo profesional, Lozano también vive un momento pleno a nivel personal. Desde hace cuatro años mantiene una relación estable con una mujer ajena al mundo del espectáculo.

Ella tiene dos hijas, a quienes él considera como suyas, y juntos han formado una familia discreta, alejada de titulares.

“Con ella he encontrado el equilibrio emocional y espiritual”, declaró, explicando que, aunque fue criado en el cristianismo, actualmente se considera budista.

“Me aporta calma y una manera distinta de entender la vida”, explicó. El budismo ha sido su refugio y su guía en esta etapa de introspección.

A pesar de los años transcurridos y del cambio de vida, Óscar mantiene una relación excelente con su hijo Christian y con su expareja Carmen Morales. En su cuenta de Instagram, que mantiene activa pero sin excesos, se pueden ver mensajes emotivos dirigidos a su hijo.

Uno de los más comentados fue el que publicó con motivo de su 27º cumpleaños, donde escribió:

“El día 29 de octubre de 1996 a las 3:45 de la madrugada viniste a este mundo, han pasado 27 años y lo recuerdo como si fuera ayer, yo era muy joven y no era consciente de que iba a ser padre hasta que te vi nacer…

Es la cosa más bonita e importante que me ha pasado en la vida”. Un testimonio que muestra el orgullo y el cariño que siente por él.

También sorprendió el mensaje que publicó recientemente, el pasado mes de abril, para agradecer a Carmen Morales por organizar junto a Christian una celebración especial para su cumpleaños.

“También quería agradecer a mi hijo Christian y a su mamá Carmen por organizar un día tan especial para mí”, escribió, demostrando que, aunque su historia de amor terminó hace décadas, la relación de respeto y complicidad perdura.

Con respecto a su posible regreso a los medios, el propio Óscar ha dejado claro que no está en sus planes. “Me han ofrecido volver a la televisión muchas veces, pero no me interesa”, aseguró. Rechaza las exclusivas, los platós y cualquier tipo de exposición mediática.

Prefiere seguir compartiendo momentos esporádicos en Instagram, donde da pinceladas de su día a día sin entrar en detalles. Y aunque algunos seguidores sueñan con verlo regresar a la televisión, él lo tiene claro: ha encontrado su lugar, y ese lugar está lejos del ruido.

A sus 54 años, el que fuera uno de los nombres más cotizados de la noche madrileña vive ahora entre el silencio del Caribe, los negocios que le apasionan y una familia elegida. Sin escándalos, sin titulares estridentes, pero con la calma de quien ha aprendido a vivir a su manera.

Su historia es la de una transformación completa, que quizás muchos no habrían imaginado, pero que él ha llevado con la determinación de quien quiere empezar de nuevo, y esta vez, en paz.