La tonadillera tenía todo preparado para mudarse fuera de España y preparar sus conciertos en Latinoamerica, pero sus planes se han visto frustrados debido a su deuda con Hacienda.

Isabel Pantoja tenía en mente un nuevo comienzo lejos de los focos mediáticos que la han acompañado durante décadas.

Tras varios meses de preparativos silenciosos y con el objetivo de relanzar su carrera musical en América Latina, la tonadillera había decidido

establecer su residencia en la República Dominicana, un destino que no solo le ofrecía tranquilidad y anonimato, sino también una base ideal para organizar una ambiciosa gira de conciertos por países como México, Colombia, Argentina y Chile.

Sin embargo, sus planes se han visto truncados por un asunto que arrastra desde hace años: su deuda con Hacienda.

La artista de 67 años había puesto todo en marcha para iniciar esta nueva etapa.

Según fuentes cercanas a su entorno, Isabel ya había iniciado los trámites de visado, había contactado con promotores latinos y contaba incluso con una villa apalabrada en Punta Cana, donde planeaba establecer su base operativa.

A finales de junio, se filtró que Pantoja había estado en contacto con varias agencias musicales en Santo Domingo, con quienes habría

discutido la posibilidad de grabar una colaboración con artistas locales para acercarse al mercado caribeño. Además, su equipo ya se había desplazado a América para estudiar los escenarios, auditorios y fechas más viables.

Pero justo cuando parecía que todo estaba encarrilado, una notificación de la Agencia Tributaria frenó en seco sus intenciones.

Isabel Pantoja aún mantiene una deuda fiscal con Hacienda que supera el medio millón de euros, y esta situación le impide formalizar legalmente su salida del país, ya que,

al encontrarse en proceso de embargo parcial y con restricciones judiciales activas, no puede cambiar su residencia fiscal sin cumplir primero con sus obligaciones tributarias. Esto ha generado una gran frustración no solo en ella, sino también en su entorno profesional.

“Está desolada, lo tenía todo listo para irse, sentía que por fin podría respirar aire nuevo, pero ahora se siente atrapada otra vez”, confiesa una fuente cercana a la artista.

Isabel habría intentado negociar un calendario de pagos para poder salir del país sin incurrir en nuevos problemas legales, pero según afirman expertos fiscales consultados, Hacienda se ha mostrado inflexible dada la reiteración de impagos en el pasado por parte de la cantante.

La situación se complica más aún por el contexto económico personal de Pantoja. A pesar del éxito mediático que aún conserva, los ingresos regulares de la artista han disminuido considerablemente en los últimos años.

Su última gran fuente de ingresos fue la gira “Enamórate” en 2023, con la que recorrió varias ciudades españolas, aunque con menor afluencia de público de lo esperado.

Asimismo, la venta de entradas para sus últimos conciertos no ha alcanzado las cifras millonarias de antaño, y algunos compromisos promocionales no llegaron a materializarse.

A esto se suma el peso emocional que arrastra desde la muerte de su madre, Doña Ana, en 2021, y el distanciamiento con varios miembros de su familia, como su hijo Kiko Rivera.

Aunque recientemente se rumorea una posible reconciliación, fuentes del entorno aseguran que la relación sigue siendo fría. Este aislamiento personal, unido a la presión fiscal, parece haber sido el detonante para buscar una nueva vida fuera de España.

La República Dominicana no era una elección aleatoria. La artista tiene amigos y conocidos en el país caribeño, entre ellos varios productores musicales con quienes ya había trabajado a distancia.

Además, se sentía atraída por el calor del público latino y la posibilidad de comenzar “desde cero”, como ella misma comentó en una conversación privada que trascendió esta semana.

“Solo quiero cantar, estar en paz y vivir tranquila. Ya he tenido demasiadas guerras”, habría dicho Isabel a su círculo íntimo.

Por el momento, sus planes internacionales han quedado en pausa indefinida. Isabel continúa residiendo en su finca Cantora, en Cádiz, donde se la ha visto en los últimos días algo decaída pero aún con ganas de seguir luchando.

“Es una mujer fuerte, no es la primera vez que la vida le da un revés y se vuelve a levantar”, añade su entorno.

Mientras tanto, sus fans se dividen entre la tristeza y la esperanza. Muchos esperaban con ilusión su regreso a los escenarios latinoamericanos, donde sigue siendo una figura icónica.

No obstante, otros se muestran más escépticos y temen que este nuevo revés acabe por apagar definitivamente su carrera.

De momento, lo único claro es que Isabel Pantoja sigue siendo una figura rodeada de luces y sombras, atrapada entre el deseo de renacer y los fantasmas de un pasado que aún le persigue.

La historia de su mudanza frustrada no es solo la de un plan fallido, sino también la de una artista que lucha por reinventarse en un mundo que ya no es el mismo que la encumbró.