El hijo de Carmina Ordóñez ha sufrido un accidente mientras entrenaba que le ha obligado a cancelar sus compromisos profesionales.

Cayetano Rivera vuelve a estar en el centro de todas las miradas. El pasado sábado, mientras realizaba un entrenamiento rutinario en su finca situada en Ronda, el torero sufrió una aparatosa caída montando a caballo que le ha dejado con una contusión lumbar y fuertes dolores

musculares, obligándolo a cancelar de inmediato todos sus compromisos taurinos, incluyendo la esperada corrida del 2 de agosto en Huelva, donde estaba anunciado como cabeza de cartel.

El accidente ocurre tan solo unos días después de que Rivera protagonizara un controvertido enfrentamiento con la Policía Local de Sevilla, en un altercado que terminó con una denuncia por parte de los agentes por “desobediencia y falta de respeto a la autoridad”.

Aunque el torero no ha querido hacer declaraciones públicas sobre este suceso, fuentes cercanas confirman que el incidente ha dejado huella en su estado anímico y que su entorno más cercano está preocupado por la acumulación de tensión en su vida personal y profesional.

Su equipo ha emitido un breve comunicado para confirmar la cancelación de la corrida: “Cayetano se encuentra en reposo absoluto tras el accidente sufrido durante un entrenamiento.

Por recomendación médica, deberá guardar descanso durante al menos dos semanas, lo que impide su participación en los eventos previstos”.

La noticia ha caído como un jarro de agua fría entre sus seguidores y entre los organizadores de las ferias taurinas de verano, que contaban con su presencia como uno de los grandes reclamos de la temporada.

Fuentes médicas aseguran que, aunque el golpe no ha provocado lesiones óseas graves, sí ha generado inflamación en la zona lumbar y dificultades para caminar con normalidad.

Rivera, según quienes han podido visitarlo, se encuentra “dolido, frustrado y con muchas ganas de volver cuanto antes al ruedo”, aunque está consciente de que debe respetar los tiempos de recuperación.

El torero, hijo de Carmina Ordóñez y hermano de Francisco Rivera, arrastra desde hace tiempo una presión mediática intensa.

La sombra de su familia, su divorcio con Eva González en 2022 y las continuas comparaciones con su hermano mayor no han facilitado un entorno de tranquilidad.

“Está viviendo un año muy difícil, con demasiada exposición y demasiadas exigencias”, comenta un amigo cercano que prefiere mantenerse en el anonimato.

El incidente con la Policía Local, ocurrido el pasado martes en una céntrica calle de Sevilla, ha sido ampliamente comentado en redes sociales.

Según los informes preliminares, Cayetano habría reaccionado de manera airada ante una petición de documentación durante un control rutinario de tráfico.

Aunque no hubo detención formal, el cruce de palabras fue suficientemente tenso como para que los agentes decidieran denunciarlo por falta de respeto.

Este cúmulo de eventos ha generado una ola de comentarios entre sus seguidores. Algunos expresan su apoyo incondicional, destacando su profesionalidad y su entrega al mundo del toro, mientras otros critican lo que consideran una actitud arrogante.

La tensión también ha sido evidente en sus redes sociales, donde Cayetano ha permanecido en completo silencio desde hace más de una semana.

En cuanto a su regreso a los ruedos, todo dependerá de su evolución física. Los médicos han programado una revisión para el próximo 5 de agosto, donde se evaluará si puede retomar los entrenamientos.

Si la recuperación es favorable, podría reaparecer en la plaza de Málaga a finales de mes, aunque esta posibilidad aún es incierta.

Mientras tanto, los organizadores de las ferias han comenzado a buscar sustitutos para las fechas comprometidas.

La ausencia de Cayetano representa una pérdida importante, no solo por su renombre, sino también porque su presencia garantiza una fuerte venta de entradas en plazas clave del circuito veraniego.

En este contexto, el nombre de Cayetano Rivera vuelve a generar titulares no por sus triunfos en la arena, sino por un cúmulo de adversidades que parecen perseguirlo en un año particularmente convulso.

El público espera con expectación su regreso, y muchos se preguntan si este será un punto de inflexión en su carrera o el comienzo de un repliegue más prolongado.

Lo que es seguro es que Cayetano tendrá que enfrentar no solo la recuperación física, sino también la emocional y reputacional, en un mundo, el del toreo, que no perdona la debilidad.