El PSOE andaluz enfrenta una grave crisis interna con crecientes presiones para que María Jesús Montero renuncie como vicepresidenta del Gobierno, en medio de encuestas desfavorables y críticas de la militancia por su gestión y el desgaste del partido en la región.

 

María Jesús Montero dejará el Gobierno "en el momento oportuno" para  centrarse en Andalucía

 

En un contexto político cada vez más tenso, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en Andalucía se encuentra al borde de una crisis interna que podría marcar el rumbo del partido en las próximas elecciones autonómicas.

A tan solo un año de los comicios, voces críticas dentro de la propia federación andaluza han comenzado a exigir la renuncia de María Jesús Montero como vicepresidenta del Gobierno.

Esta presión surge en un momento en que el PSOE se enfrenta a un descenso alarmante en las encuestas, con el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que predice una caída de escaños, pasando de 30 a entre 24 y 26, mientras que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, consolida su mayoría absoluta.

 

 

Montero, que ha sido objeto de críticas por sus constantes contradicciones y promesas incumplidas, se encuentra en una posición delicada.

Su gestión ha estado marcada por el escándalo del cupo catalán, donde ha insistido en que no existen privilegios entre territorios, lo que ha generado un profundo malestar entre los militantes socialistas en Andalucía.

Muchos consideran que sus acciones han contribuido al desgaste del PSOE en la región, que históricamente ha sido un bastión del socialismo español.

La preocupación es palpable entre los cuadros socialistas, quienes temen que bajo su liderazgo, el partido enfrente una debacle histórica.

La situación se complica aún más con la sombra de antiguos escándalos de corrupción que han afectado al partido, como el caso de los ERE y las recientes investigaciones que involucran a Santos Cerdán y al entorno de José Luis Ábalos.

Estos incidentes han dejado a Montero sin autoridad para hablar sobre regeneración y transparencia, elementos que son fundamentales para recuperar la confianza de los votantes.

Su ausencia en eventos clave y su falta de respuesta ante las inquietudes de la militancia andaluza han avivado el descontento.

 

La opción de María Jesús Montero resucita en el PSOE andaluz a expensas de  Moncloa

 

Dirigentes del PSOE-A han comenzado a expresar su frustración públicamente. “El partido decidió y yo ahí no me posiciono en contra, pero esto no está funcionando”, advierten algunos, convencidos de que Montero se ha convertido en un lastre en lugar de una solución.

Este sentimiento se ha intensificado con el paso de los días, mientras las demandas de explicaciones y un plan claro para evitar un desastre electoral se hacen más urgentes.

La militancia andaluza, que ha sido históricamente leal al partido, exige un cambio radical en la dirección.

La presión sobre Montero no solo proviene de sus compañeros de partido, sino también del clima político general en Andalucía, donde la corrupción socialista ha dejado una huella profunda.

La comunidad ha sido la más afectada por los escándalos, y la percepción pública es cada vez más negativa. Si Montero no toma la decisión de renunciar pronto, el PSOE podría enfrentar una caída que quedaría grabada en la memoria colectiva de los andaluces durante años.

 

María Jesús Montero presenta este miércoles en Sevilla su precandidatura a  la Secretaría General PSOE-A

 

Mientras tanto, el panorama político en Andalucía se agita con las intervenciones de líderes de otros partidos, como Isabel Díaz Ayuso del Partido Popular y Santiago Abascal de VOX, quienes han capitalizado la debilidad del PSOE para ganar terreno en la opinión pública.

La competencia se intensifica, y cada declaración es analizada meticulosamente por los medios y la ciudadanía.

La presión sobre Montero se convierte así en un tema central, no solo para el PSOE, sino para el futuro político de Andalucía en su conjunto.

En este contexto, el futuro de María Jesús Montero pende de un hilo. Las voces que claman por su salida del Gobierno se multiplican, y la militancia del PSOE en Andalucía se enfrenta a una encrucijada:

¿será capaz Montero de revertir la situación y recuperar la confianza de su base, o será este el momento en que el partido deba buscar un nuevo liderazgo para evitar un descalabro electoral sin precedentes?

La respuesta a esta pregunta podría definir no solo el destino de Montero, sino también el futuro del socialismo en Andalucía.

 

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