Hablamos con Joaquín Prat ante su salto a las tardes de Telecinco con ‘El tiempo justo’ y su nueva rivalidad con su amiga Sonsoles Ónega.

Este lunes 8 de septiembre de 2025 marcó el inicio de una nueva etapa en la carrera de Joaquín Prat, quien después de 17 años trabajando en

las mañanas de Telecinco, primero como copresentador de ‘El programa de Ana Rosa’ y posteriormente como conductor de ‘Ya es mediodía’ y ‘Vamos a ver’, dio el salto a las tardes de la cadena con su nuevo programa ‘El Tiempo Justo’.

El espacio, producido por Unicorn Content, se emite de lunes a viernes de 15:45 a 18:30 horas y cuenta con la colaboración de María Ruiz y César Muñoz.

Joaquín, conocido por su trayectoria sólida en la televisión española, asumió el reto con ilusión y responsabilidad, consciente de que enfrentarse a la franja vespertina conlleva una competencia feroz y exige creatividad y rigor periodístico.

En conversación exclusiva con este medio, Joaquín confiesa que, aunque no siente presión por las audiencias, sí es consciente de la dificultad de la franja horaria y de la necesidad de hacer un programa que conecte con la ciudadanía.

“No tengo presión, intento liberarme de la presión de las audiencias todos los días.

Un mal dato me afecta más que un buen dato me alegra”, asegura el presentador, destacando su experiencia previa en ‘Cuatro al día’ y su capacidad para adaptarse a nuevos formatos. Para él, la clave es ofrecer contenido de calidad sin perder la esencia de su estilo periodístico.

‘El Tiempo Justo’ representa para Joaquín un regreso a la política, un tema que le apasiona aunque reconoce que entrevistar a políticos puede resultar tedioso: “No pido que contesten lo que quiero, pido que me contesten lo que pregunto.

La política está en un momento que necesita un poquito de pausa y análisis calmado”. Su objetivo es acercar al público a las preocupaciones reales de los ciudadanos, darles voz y aportar información veraz y útil, algo que considera fundamental en la televisión actual.

“Echo en falta directo, calle, gente, piel, ciudadanos, sus preocupaciones, sus problemas. A veces muchos se olvidan de la ciudadanía que tiene mucho que enseñarnos”, añade.

El presentador también se muestra consciente de que en su anterior programa ‘Vamos a ver’ había perdido parte de la ilusión y la motivación:

“Estaba un poco en piloto automático, llevaba dos horas y media hablando de desgracias y diez entrevistas exigentes desde el punto de vista humano me agotaban”.

Esta nueva etapa representa, según él, una oportunidad para recuperar la pasión por su trabajo y conectar con el público de una manera más cercana y dinámica.

Sobre su enfrentamiento profesional con Sonsoles Ónega, Joaquín lo plantea con claridad y respeto: “Sonsoles es mi amiga, ahora eso sí, en lo profesional le quiero ganar.

Vamos a cenar a su casa, su pareja es amigo mío, pero en lo profesional queremos competir con armas periodísticas”.

La estrategia de Joaquín se centra en ofrecer contenido temprano, comenzando el programa antes que la competencia directa para abordar ciertos temas con ventaja, sin sacrificar rigor ni honestidad.

Joaquín también analiza su relación con las críticas y las redes sociales: “No me ‘googleo’, miro X porque es útil, pero es un basurero abonado a los extremistas.

Las críticas negativas ya no me afectan, no me pagan la nómina”. Su enfoque está en el contenido, en la información veraz y en mantener un estilo coherente con sus valores periodísticos.

La autocensura es uno de sus límites, priorizando siempre la sensatez y el rigor sobre el sensacionalismo: “Todo lo que no sea contenido contrastado, vender humo o primicias falsas no me interesa. Primero honestidad y después rigor”.

En su nueva etapa, Joaquín busca también conciliar su vida personal con el trabajo. A sus 43 años y con un hijo pequeño, destaca la importancia de llegar a casa a tiempo para compartir momentos con su familia:

“Termino a las 18:30, vivo cerca y a las 18:45 ya estoy en casa, puedo hacer los deberes con mi hijo y cenar con él. Eso es clave”.

La experiencia y madurez adquirida tras años en televisión le permiten abordar la franja vespertina con serenidad y profesionalidad, consciente de los retos que implica competir con otros formatos como los de Jesús Cintora, Marta Flich o el propio Risto Mejide.

Prat reconoce que uno de los puntos fuertes de su programa es la cercanía con la audiencia y el contacto directo con la realidad:

“Lo más bonito que hicimos el año pasado fue cubrir los cuatro días de la DANA en Paiporta en directo. La gente necesita ser escuchada desde la más dramática desesperación, y esa es nuestra labor de servicio público”.

Para él, la televisión no es solo entretenimiento, sino un medio para informar y conectar con los ciudadanos, transmitiendo contenidos relevantes de manera honesta y profesional.

A nivel personal, Joaquín refleja en ‘El Tiempo Justo’ un equilibrio entre pasión y responsabilidad, utilizando su experiencia como presentador para ofrecer un programa que mezcla actualidad, política y cercanía con el público.

La combinación de rigor, honestidad y cercanía ciudadana, junto a la competencia directa con Sonsoles Ónega y otros presentadores de la tarde, marcará el rumbo de esta nueva etapa en Telecinco,

consolidando a Joaquín Prat como una figura clave en la franja vespertina de la cadena y demostrando que la experiencia y la autenticidad siguen siendo armas poderosas en la televisión española.