Reconocida por su discreción, su amor por la música y su labor como profesora, decidió retirarse de los actos oficiales en 2002 y llevó una vida más reservada lejos del foco público.

 

Muere a los 92 años la duquesa de Kent, la mujer del príncipe Eduardo, primo  de Isabel II

 

Con gran pesar, el Palacio de Buckingham ha confirmado el fallecimiento de la duquesa de Kent, Katharine Lucy Mary Worsley, quien murió pacíficamente en el Palacio de Kensington, rodeada por su familia.

Este triste suceso ocurre a casi tres años de la muerte de la reina Isabel II, marcando un nuevo capítulo de luto para la familia real británica.

La duquesa, esposa del duque de Kent y primo de la reina Isabel II, dejó un legado significativo a través de su compromiso con diversas organizaciones y su amor por la música.

La noticia de su muerte fue recibida con profundo dolor por parte de la familia real, incluido el rey y la reina, quienes recordaron su dedicación y empatía hacia la juventud y su contribución a la sociedad.

La duquesa, conocida por su carácter reservado, desempeñó un papel destacado en numerosos actos oficiales a lo largo de su vida. Sin embargo, en 2002, decidió retirarse de sus funciones oficiales y dejó de utilizar el tratamiento de Su Alteza Real, aunque mantuvo su título.

Se especuló que un posible trastorno mental le había dificultado cumplir con sus responsabilidades, lo que llevó a su decisión de alejarse del ojo público.

 

 

A lo largo de su vida, la duquesa enfrentó momentos complicados, incluyendo dos abortos que le provocaron una depresión severa. En 1997, compartió que estas experiencias la hicieron más comprensiva con quienes han enfrentado pérdidas similares.

Su pasión por la música la llevó a trabajar como profesora de música en una escuela de Yorkshire, donde su identidad era desconocida, permitiéndole disfrutar de una vida más tranquila y alejada de los escándalos que a menudo rodean a la familia real.

Los duques de Kent fueron una de las parejas más reservadas de la familia real británica. En 1994, la duquesa se convirtió al catolicismo, un acto que fue respetado por la reina Isabel y que no afectó los derechos sucesorios de su esposo.

Tuvieron tres hijos: George, Nicholas y Helen. George, el mayor, es el heredero al título de duque de Kent y está casado con una canadiense divorciada, con quien tiene tres hijos.

Nicholas, por su parte, fue el primer miembro de la realeza en convertirse al catolicismo desde Carlos III, lo que le hizo perder su derecho al trono; contrajo matrimonio en el Vaticano y tiene tres hijos.

Helen, la única hija, ha trabajado en el ámbito artístico y está casada, con cuatro hijos.

 

Muere la duquesa de Kent, mujer del príncipe Eduardo y prima política de Isabel  II, a los 92 años

 

La duquesa destacó por su dedicación a la familia y su discreto rol dentro de la monarquía. A pesar de su estatus, siempre buscó contribuir y expresarse a través de la música y la enseñanza, sin buscar protagonismo.

Su legado perdura en sus hijos y nietos, así como en la sensibilidad que mostró hacia quienes la rodearon.

La familia real, que ha enfrentado varios desafíos en los últimos años, siente profundamente la pérdida de una figura tan querida y respetada.

El Palacio de Buckingham confirmó la noticia mediante un comunicado oficial, aunque no ofreció muchos detalles sobre las circunstancias de su fallecimiento.

La duquesa de Kent murió a los 92 años tras una larga enfermedad, dejando un vacío en el corazón de quienes la conocieron y apreciaron. Sus contribuciones a la música y su labor altruista serán recordadas por todos aquellos que tuvieron el privilegio de cruzarse en su camino.

 

Convertida al catolicismo, profesora de incógnito: Muere la duquesa de Kent,  prima de Isabel II de Inglaterra

 

La familia real británica, que ha estado bajo el escrutinio público constante, ahora enfrenta una nueva etapa de duelo.

La duquesa de Kent, con su carácter amable y compasivo, siempre será recordada no solo como una figura de la realeza, sino como una mujer que supo conectar con la gente a través de su amor por la música y su dedicación a la enseñanza.

Su legado perdurará en las memorias de quienes la conocieron y en las vidas que tocó a lo largo de su vida.

Este trágico evento nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada momento. La duquesa de Kent deja atrás un legado de amor, compasión y dedicación que continuará inspirando a futuras generaciones.

La familia real, aunque marcada por la tristeza, encontrará consuelo en los recuerdos y en el impacto positivo que la duquesa tuvo en la sociedad.

 

Fallece la duquesa de Kent a los 92 años en Londres