Froilán comienza a practicar el Ramadán en Abu Dabi para empatizar con sus compañeros de trabajo, demostrando su madurez y deseo de integrarse a su nuevo entorno, lejos de su vida pública en España.

 

Froilán en una foto de archivo.

 

Froilán, el nieto del Rey Juan Carlos, ha comenzado a practicar el Ramadán, una de las tradiciones más importantes del islam, y lo hace con un propósito claro: empatizar con sus compañeros de trabajo.

Desde el 28 de febrero, el joven de 25 años ha decidido unirse al ayuno durante este mes sagrado, aunque no sea musulmán, como un acto de solidaridad con aquellos que lo practican.

Según el periodista Aurelio Manzano, Froilán ha compartido su motivo personal de sumarse a esta tradición: “Si todos están haciendo el Ramadán, él no va a llegar y se va a sacar una comida”, explicó Manzano.

Este gesto de empatía con sus colegas en Abu Dabi ha sido un tema de conversación y admiración.

Esta es la tercera vez que Froilán observa el Ramadán, un mes en el que los musulmanes ayunan desde el amanecer hasta el atardecer, en un esfuerzo por acercarse a Dios y mejorar su comportamiento.

El joven, quien vive en Emiratos Árabes Unidos desde 2023, ha logrado integrarse bien en su entorno laboral y social, y esta acción es prueba de su deseo de adaptarse a su nueva vida en este país.

Según fuentes cercanas, Froilán se siente más conectado con la gente que le rodea en Abu Dabi y valora la cercanía que ha ido cultivando, no solo a través del trabajo sino también al mostrar respeto por las creencias y costumbres locales.

 

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El Ramadán, además de ser un acto religioso, es un periodo de reflexión y unión familiar. Froilán no solo se une al ayuno, sino que también ha adoptado otras costumbres, como el Iftar, la comida que rompe el ayuno al atardecer, y el Suhoor, que se realiza antes del amanecer.

Aunque no es musulmán, su participación activa en este rito cultural ha sido vista como una forma de comprender y respetar la vida de aquellos que comparten su entorno.

La vida de Froilán en Abu Dabi ha dado un giro importante desde su mudanza. En los primeros días de su llegada a Emiratos Árabes Unidos, se alojó en un hotel de lujo debido a la falta de tiempo para encontrar un hogar definitivo.

Sin embargo, en los últimos dos años, el hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar ha encontrado una residencia más estable, viviendo junto a un amigo en un sencillo piso.

Froilán ha mostrado en diversas ocasiones que, aunque sigue siendo parte de la familia real, disfruta de una vida relativamente discreta en comparación con su época en España.

Su trabajo en una multinacional especializada en logística, marketing y relaciones públicas, aunque no le otorga un sueldo millonario, le permite vivir de manera tranquila y estable, mientras se dedica también a estudiar un máster en una universidad estadounidense.

Froilán ha dejado atrás su faceta más rebelde y fiestera, adoptando una vida más juiciosa y comprometida con su futuro profesional. Fuentes cercanas aseguran que ha madurado considerablemente desde que se mudó a Abu Dabi, siendo más responsable y enfocado en su carrera.

En cuanto a su relación con su abuelo, el Rey Juan Carlos, Froilán sigue siendo un apoyo cercano, acompañándolo a eventos importantes y manteniendo una relación de complicidad y afecto.

Esta cercanía con su abuelo, a quien apoya en diversos momentos, muestra un cambio significativo en su vida, evidenciando un vínculo familiar que permanece fuerte a pesar de la distancia.

 

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En su nuevo entorno, Froilán también ha dejado de lado las fiestas privadas y la vida nocturna, que en su momento fueron un tema recurrente en los medios de comunicación.

En Abu Dabi, ha encontrado un equilibrio entre su vida personal y profesional, mostrando un lado más reservado que se aleja de la atención mediática a la que estuvo acostumbrado en España.

Este cambio ha sido positivo para su bienestar, y el joven parece estar disfrutando de una vida más tranquila en el extranjero.

A pesar de su alejamiento de la vida pública española, Froilán sigue siendo un personaje mediático y sigue siendo noticia por sus acciones.

Esta participación en el Ramadán ha demostrado que, más allá de ser el nieto del rey, Froilán es un joven con sus propias convicciones y deseos de integrarse en su entorno, buscando empatizar con las personas a su alrededor.

Con el apoyo de su familia y su propio crecimiento personal, Froilán sigue buscando su lugar en el mundo y, al mismo tiempo, aprovecha la oportunidad para aprender y crecer como individuo.

Este gesto de solidaridad y empatía con los musulmanes de su entorno refleja el deseo de Froilán por ser una mejor persona y adaptarse a su nueva vida, un cambio importante para alguien que en el pasado fue conocido por sus actitudes rebeldes y su deseo de llamar la atención.

Ahora, el joven parece estar buscando un propósito más profundo y significativo, y este es solo un ejemplo de su evolución.