Entre fiestas, festivales y una vida alejada de Marivent, los hermanos Borbón y Grecia han construido un perfil propio que mezcla rebeldía, glamour e inevitables polémicas.

En un mundo donde la familia real española ha sido objeto de atención mediática constante, Froilán y Victoria Federica, nietos de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía, han logrado captar la atención del público por razones que van más allá de su linaje.

Estos dos jóvenes, a menudo descritos como los “enfants terribles” de la realeza, han estado en el centro de múltiples controversias, lo que ha llevado a un debate sobre el futuro de su imagen pública y su relación con la monarquía.

Froilán, de 25 años, ha sido conocido por su comportamiento rebelde y su estilo de vida despreocupado. Desde sus primeros años, ha estado involucrado en una serie de incidentes que han dejado huella en la prensa.

Uno de los episodios más notorios fue un accidente con una escopeta en 2012, donde accidentalmente se disparó en el pie, un hecho que rápidamente se convirtió en tema de conversación en las redes sociales y los tabloides.

A pesar de estos contratiempos, Froilán ha intentado distanciarse de la vida pública, mudándose a Abu Dabi, donde se ha concentrado en proyectos relacionados con la comunidad española y ha buscado una vida más tranquila.

Por otro lado, su hermana, Victoria Federica, de 23 años, ha tomado un camino diferente. Abandonó sus estudios para dedicarse por completo a su carrera como influencer.

Con un enfoque en la moda y los eventos sociales, ha sabido construir una imagen que, aunque reservada, ha atraído a un gran número de seguidores en las redes sociales.

Sin embargo, su deseo de mantenerse alejada de los medios ha generado críticas y especulaciones sobre su vida privada.

“No estoy aquí para ser un personaje público, solo quiero vivir mi vida”, ha declarado en varias ocasiones, lo que ha llevado a la prensa a cuestionar su verdadero deseo de permanecer en la sombra.

El festival Aquasella, celebrado en Asturias en agosto de 2025, fue un evento clave donde ambos hermanos hicieron una aparición notable.

A pesar de los rumores que rodeaban su asistencia, Froilán y Victoria Federica decidieron disfrutar del ambiente festivo. “La música es una forma de escapar, de ser quien realmente somos”, comentó Froilán a un grupo de amigos durante el evento.

Sin embargo, su presencia no estuvo exenta de incidentes, ya que se reportaron altercados menores que involucraron a Froilán, lo que reavivó las críticas hacia su comportamiento.

La ausencia de Froilán y Victoria Federica en Marivent, la residencia de verano de la familia real en Mallorca, ha generado especulaciones sobre el estado de su relación con la monarquía.

Se ha informado que la familia real está preocupada por la imagen pública de los jóvenes, especialmente tras las críticas que han recibido en los últimos años.

Un amigo cercano a la familia comentó: “La familia real está en una encrucijada. Quieren apoyar a Froilán y Victoria, pero también saben que su comportamiento puede afectar la percepción del público sobre la monarquía”.

A pesar de las controversias, ambos hermanos han encontrado formas de mantenerse relevantes en el ojo público.

Froilán ha sido visto participando en eventos comunitarios en Abu Dabi, donde ha intentado mostrar un lado más serio y comprometido. “Quiero que la gente vea que hay más en mí que solo escándalos”, afirmó en una entrevista reciente.

Por su parte, Victoria Federica ha colaborado con varias marcas de moda y ha sido invitada a desfiles importantes, donde ha demostrado su talento y su capacidad para influir en las tendencias.

Sin embargo, la presión mediática sigue siendo intensa. Los paparazzi no pierden la oportunidad de capturar cada movimiento de los hermanos, lo que ha llevado a Froilán a expresar su frustración en redes sociales:

“Es agotador vivir bajo el microscopio. Solo quiero ser un joven normal”. Este deseo de normalidad contrasta con las expectativas que la sociedad tiene sobre ellos como miembros de la realeza.

En resumen, Froilán y Victoria Federica son dos figuras complejas que continúan desafiando las normas de la familia real española.

Su comportamiento y decisiones han suscitado tanto admiración como críticas, lo que plantea la pregunta sobre el futuro de su imagen pública.

Con cada aparición y cada decisión, estos jóvenes están escribiendo su propia narrativa, una que podría cambiar la percepción de la monarquía en España para siempre.