El funeral será privado, mientras que el velatorio tendrá lugar en el Armani/Teatro de Milán, abierto al público durante el fin de semana.

Con profundo pesar, el mundo de la moda se despide de uno de sus titanes más emblemáticos: Giorgio Armani.

A los 91 años, el icónico diseñador italiano falleció el 5 de septiembre de 2025, dejando atrás un legado que transformó la industria y redefinió el concepto de elegancia y sofisticación.

Armani, conocido por su enfoque innovador y su maestría en la sastrería, falleció en paz, rodeado de sus seres queridos, según informaron fuentes cercanas a su familia.

El velatorio se llevará a cabo en el Armani/Teatro, ubicado en Via Bergognone 59, Milán, desde el sábado 6 de septiembre hasta el domingo 7 de septiembre, de 9:00 a 18:00 horas.

En cumplimiento de la voluntad del diseñador, el funeral se celebrará de manera privada, un cierre íntimo para un hombre que siempre valoró la discreción y la elegancia.

Nacido en Piacenza, Italia, Armani comenzó su carrera en el mundo de la moda en la década de 1960, tras abandonar sus estudios de medicina y un breve paso por el ejército italiano.

Su primer trabajo como escaparatista en La Rinascente le abrió las puertas a una carrera que rápidamente despegó.

En 1973, junto a su socio Sergio Galeotti, fundó Armani S.p.A., y en 1975 presentó su primera colección de ropa masculina y femenina. Desde entonces, su estilo único, caracterizado por líneas limpias y una paleta de colores neutros, capturó la atención de críticos y consumidores por igual.

“Giorgio Armani no solo fue un diseñador, sino un visionario que entendió la moda como una forma de expresión personal”, comentó el periodista especializado en moda Tim Blanks.

“Su capacidad para reinventarse y adaptarse a los cambios del mercado lo convirtió en un verdadero ícono”.

A lo largo de su carrera, Armani se destacó por sus chaquetas de traje deconstruidas, que revolucionaron la forma en que los hombres se vestían, y por su línea de fragancias, que solidificó su presencia en el mundo del lujo.

A medida que su marca crecía, también lo hacía su fortuna.

Según el índice Bloomberg Billionaires, se estima que la fortuna de Armani asciende a aproximadamente 9.500 millones de euros, lo que le permitió mantener su independencia en una industria donde muchos han sido absorbidos por conglomerados.

Esta independencia fue un pilar fundamental de su filosofía de diseño, que siempre buscó la autenticidad y la calidad sobre la producción masiva.

Armani fue también un pionero en la expansión de su marca más allá de la moda.

En 1989, lanzó su primera colección de decoración para el hogar, y en 2004, estableció una asociación con Emaar Properties PJSC para construir una serie de hoteles y resorts de la marca Armani en todo el mundo.

Estos proyectos reflejan su visión de un estilo de vida que combina lujo y comodidad, un legado que perdurará en el tiempo.

La relación de Armani con su socio y amigo Sergio Galeotti fue fundamental en su trayectoria. Galeotti, quien falleció en 1985, fue una figura clave en la creación de la marca y en el desarrollo de la estética de Armani.

“Sin Sergio, no estaría aquí hoy”, solía decir Armani en entrevistas, reconociendo la influencia que Galeotti tuvo en su vida y carrera.

A pesar de su éxito, Armani siempre mantuvo un perfil bajo y una vida privada discreta. Sin hijos y con pocos amigos fuera de su círculo cercano, su vida se centró en su trabajo y en su pasión por la moda.

En los últimos años, se dejó influir por la nueva generación de diseñadores y colaboradores, encontrando en la hija pequeña de uno de sus empleados una nueva forma de amor y vulnerabilidad.

El impacto de Armani en el mundo de la moda es incuestionable. A lo largo de su carrera, recibió numerosos premios y reconocimientos, y su trabajo ha sido celebrado en exposiciones en museos de renombre.

Su legado no solo se mide en términos de éxito financiero, sino en la manera en que transformó la percepción de la moda, haciéndola accesible y relevante para todos.

Armani dejó un mensaje claro sobre la importancia de la individualidad y la autoexpresión en la moda. “La moda es una forma de vida”, afirmaba.

“No se trata solo de lo que llevas puesto, sino de cómo te sientes al respecto”. Este enfoque ha resonado en generaciones de diseñadores y amantes de la moda, quienes continúan inspirándose en su obra.

Con su partida, el mundo de la moda pierde a uno de sus grandes maestros, pero su influencia perdurará en cada costura, en cada diseño y en cada pasarela que lleve su nombre.

Giorgio Armani no solo fue un diseñador; fue un ícono que dejó una huella indeleble en la historia de la moda, un legado que seguirá vivo en el corazón de aquellos que aman la elegancia y la innovación.