Felipe González reaparece en “El Hormiguero” con duras críticas a Pedro Sánchez, alertando sobre la división del PSOE, la crisis del diálogo político en España y la incertidumbre global, en una entrevista que remueve el panorama político nacional.

El ex presidente del Gobierno español, Felipe González, hizo una aparición explosiva en el popular programa “El Hormiguero”, donde no solo cautivó a la audiencia, sino que también desató un torrente de críticas hacia la gestión del actual presidente Pedro Sánchez.

Un año después de su última intervención, González volvió a ser el centro de atención al abordar temas candentes de la política nacional e internacional, dejando a todos con la boca abierta.

Durante su conversación con Pablo Motos, González no escatimó en palabras al señalar la falta de dirección del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) bajo el liderazgo de Sánchez.

“No se puede gobernar levantando muros”, expresó, subrayando la división que considera prevalece tanto en el partido como en el panorama político español.

Su ironía fue palpable al mencionar que los políticos parecen llegar a consensos en el extranjero, pero al cruzar los Pirineos, se olvidan de cómo dialogar y llegar a acuerdos.

Uno de los momentos más impactantes de la entrevista fue cuando Motos le preguntó sobre su último encuentro con Sánchez. González respondió con una mezcla de nostalgia y resignación, recordando que probablemente fue en el Congreso de Valencia en 2021.

“Respeto las decisiones de aquel congreso, siempre que acepten que soy libre para expresar lo que pienso”, afirmó, reafirmando su independencia crítica respecto a la dirección actual del PSOE.

González también abordó la creciente preocupación por la seguridad internacional, haciendo hincapié en el aumento del gasto en defensa frente a la amenaza de Rusia bajo el mando de Vladímir Putin.

Aunque mostró su inquietud, también reconoció que “no tenemos alternativa”, reflejando la complejidad de la situación geopolítica actual.

Su comentario sobre el conflicto en Gaza, donde irónicamente mencionó que “Trump está solucionando lo de Gaza”, fue un claro indicativo de su descontento con la falta de soluciones efectivas en el ámbito internacional.

En un tono más personal, González hizo un llamado a la clase política española para que se tome un respiro de la polarización y los ataques personales.

“Solicito una tregua de insultos de al menos dos meses”, enfatizó, recordando que la política no debería ser un campo de batalla personal.

Su incomodidad ante la creciente polarización en el Congreso de los Diputados fue evidente, y su mensaje resonó fuertemente en un contexto donde el diálogo parece estar en peligro.

Pablo Motos, por su parte, expresó su preocupación por el estado actual de la sociedad y la política española, señalando que “los problemas se están acumulando, nada se resuelve y nadie rinde cuentas”.

González, con su vasta experiencia, amplió la perspectiva al señalar que esta situación no es exclusiva de España, sino que se observa en todo el mundo. “Es la primera vez que no puedo entender el mundo”, compartió, reflejando la incertidumbre que muchos sienten en la actualidad.

El ex presidente advirtió que la dificultad de los conflictos actuales, tanto a nivel nacional como internacional, hace que sea casi imposible prever las repercusiones de las decisiones políticas.

“No hay forma de saber qué sucederá mañana. Ni en España, ni en Europa, ni en ningún lugar”, afirmó, resaltando la naturaleza impredecible de la política contemporánea.

La charla concluyó con un agradecimiento de Motos, quien subrayó la importancia de contar con voces como la de González en tiempos de confusión.

Su análisis, lleno de crítica y experiencia, dejó un mensaje contundente: en épocas de tensión política y social, es más crucial que nunca restablecer el diálogo y el sentido común.

La presencia de González en “El Hormiguero” no solo fue un recordatorio de su legado político, sino también una llamada de atención a la clase política actual.

En un momento donde la polarización y la falta de diálogo son la norma, su voz se erige como un faro de sensatez y reflexión.

La audiencia, cautivada por sus palabras, se quedó reflexionando sobre el futuro de la política en España y la necesidad urgente de un cambio en la forma en que se aborda el debate público.

Con su regreso a la televisión, González reafirma su relevancia en el discurso político actual, desafiando a los líderes contemporáneos a reconsiderar sus enfoques y a trabajar hacia un futuro más cohesivo y dialogante.

El impacto de su intervención seguramente resonará en la política española durante mucho tiempo, dejando a muchos preguntándose qué vendrá a continuación.