La vida final de Isabel Pisano estuvo marcada por Alzheimer, precariedad y misterio sobre sus pertenencias, dejando al mundo literario consternado por su silencioso adiós.

 

Isabel Pisano, incinerada e inhumada en soledad: "No hubo ceremonia ni  lágrimas", cuenta Beatriz Cortázar

 

Isabel Pisano, una figura emblemática de la literatura española, ha dejado un legado que trasciende su obra, pero su vida final fue marcada por la soledad y la incapacidad.

A pesar de haber sido una escritora aclamada y viuda del famoso autor Waldo de los Ríos, su historia se ha visto ensombrecida por enfermedades y la pérdida de su patrimonio, lo que ha llevado a una despedida sin ceremonias ni lágrimas.

Nacida en Madrid, Isabel Pisano fue conocida no solo por su talento literario, sino también por su espíritu indomable. Sin embargo, su vida dio un giro trágico cuando fue diagnosticada con Alzheimer.

Este devastador diagnóstico la llevó a ser incapacitada legalmente tras un juicio, lo que la dejó bajo el cuidado de los servicios sociales de la Comunidad de Madrid.

A pesar de haber acumulado una considerable fortuna en su juventud, su situación económica se deterioró drásticamente debido a los fracasos en los negocios de su hermano Miguel, que estaban relacionados con minas y gasolineras.

Isabel, que una vez disfrutó de la vida, se encontró viviendo en un modesto apartamento de 40 metros cuadrados en el barrio de Chamberí, un espacio que, aunque decorado con buen gusto, era insuficiente para albergar la riqueza de su espíritu.

 

 

El apartamento, ubicado en una planta semisótano de la calle Miguel Ángel, era el último refugio de Pisano. La vivienda contaba con una cama, un baño y una cocina integrada al salón, pero su salud deteriorada hizo que fuera imposible para ella vivir sola.

Así, se tomó la difícil decisión de trasladarla a una residencia privada que tenía un convenio con la Comunidad, donde los costos se descontaban del valor de su vivienda.

En esta nueva etapa de su vida, Isabel pasó sus últimos años bien cuidada, aunque alejada de la vida pública que una vez había conocido.

A pesar de su situación, Isabel mantenía un círculo cercano de amigos y familiares que la visitaban. Solo cuatro personas tenían autorización para visitarla: su hermano Miguel, quien falleció hace tres meses, una amiga de Alicante, un amigo de Uruguay y la actriz Henar Frías.

Esta última, con quien Isabel compartía un vínculo especial, expresó su tristeza en redes sociales tras la partida de la escritora, recordando los momentos compartidos y la influencia que tuvo en su vida.

“Isabel fue una mujer adelantada a su tiempo, siempre generosa y llena de vida”, comentó Henar en un emotivo post.

 

Muere a los 81 años Isabel Pisano, la actriz y periodista que rompió moldes

 

Sin embargo, la vida de Isabel no estuvo exenta de controversias. Una de sus sobrinas apareció en un programa de televisión, “Y ahora Sonsoles”, denunciando que su tía estaba ilocalizable y preguntando por su patrimonio.

A pesar de las acusaciones, la realidad era que Isabel había vendido muchos años atrás los derechos de autor de su esposo a la discográfica Warner, incluyendo el famoso “Himno de la Alegría”.

Además, sus joyas habían sido empeñadas en el Monte de Piedad, y lo poco que le quedaba lo había gastado en ayudar a otros o en costosos tratamientos de un curandero cubano, quien le prometía un elixir de la vida a cambio de 2.000 euros.

Con el paso del tiempo, Isabel finalizó el manuscrito de un nuevo libro titulado “Yo gay”, una obra que quedó almacenada en la memoria de su ordenador en casa.

Sin embargo, tras una visita a la residencia, el manuscrito desapareció, al igual que un anillo que solía llevar. Este suceso ha generado especulaciones sobre lo que realmente ocurrió con sus pertenencias y su legado literario.

 

Isabel Pisano, incinerada e inhumada en soledad: "No hubo ceremonia ni  lágrimas", cuenta Beatriz Cortázar

 

Finalmente, Isabel Pisano falleció y sus restos fueron depositados en un nicho del cementerio La Paz de Coslada, Madrid. Los servicios sociales que la cuidaron se encargaron de este último trámite, que fue triste y sin ceremonias.

No hubo homenajes ni lágrimas, solo una profunda pena que embargó a quienes la admiraron y quisieron. Su partida dejó un vacío en el mundo literario, y muchos se preguntan qué legado real dejó tras de sí.

A medida que sus sobrinas se interesan por lo que pueda haber en su apartamento, se rumorea que hay manuscritos originales y recuerdos especiales que podrían dar luz a una vida que merece ser recordada.

La historia de Isabel Pisano es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de cómo a veces los grandes talentos son olvidados en la sombra de la soledad y la incapacidad.

Su vida, marcada por el sufrimiento y la lucha, es una historia que sin duda merece ser contada, tal vez en forma de una docuserie que explore su legado y su impacto en la literatura española.

 

Muere la periodista, escritora y actriz Isabel Pisano a los 81 años |  Actualidad | Kinótico