Jordi Hurtado pone fin a su legendaria etapa en “Saber y Ganar” tras 28 años, revelando por fin las verdaderas razones de su retirada y dejando un legado único en la televisión española.

Jordi Hurtado se despide de “Saber y Ganar” después de casi tres décadas siendo el rostro más emblemático de la cultura televisiva española.

A sus 67 años, el presentador ha decidido abandonar el mítico concurso de La 2, dejando tras de sí no solo una trayectoria impecable, sino también una huella imborrable en varias generaciones de espectadores.

La noticia, aunque anunciada con elegancia y calma, ha sacudido los cimientos de la televisión pública, y más aún después de conocerse los verdaderos motivos que hay detrás de su marcha.

Durante años, Hurtado fue objeto de bromas y memes sobre su aparente inmortalidad. Su presencia inalterable, su voz pausada y su conocimiento enciclopédico lo convirtieron no solo en un referente, sino también en una figura casi mitológica.

Por eso, cuando RTVE confirmó que este 2025 sería su último año al frente del programa, muchos se negaron a creerlo. Pero el propio Jordi ha aclarado las razones que lo han llevado a esta decisión, y son más profundas de lo que se pensaba.

En un comunicado sincero y sereno, Jordi Hurtado explicó que su marcha se debe a una necesidad personal de frenar, descansar y cerrar con dignidad un ciclo que ha marcado su vida.

Aseguró no tener problemas de salud y se mostró agradecido con el equipo, los concursantes y el público, dejando claro que su retirada es un gesto de responsabilidad y no una imposición externa.

Aun así, ha advertido con ironía que su jubilación no significa su desaparición: “No me vais a sacar tan fácilmente de la tele”, dijo con una sonrisa en una reciente entrevista.

“Saber y Ganar” se estrenó en 1997 y, desde entonces, ha emitido más de 5.000 programas, convirtiéndose en el concurso diario más longevo de la televisión en España.

Hurtado, junto a figuras como Juanjo Cardenal y Pilar Vázquez, logró convertir un formato cultural en un fenómeno de culto, combinando preguntas de alto nivel, presentaciones impecables y una cercanía que traspasaba la pantalla.

Su estilo sobrio, respetuoso y pedagógico ha sido elogiado tanto por espectadores como por profesionales del medio.

La salida de Hurtado no solo deja un vacío en el plató, sino también una incógnita sobre el futuro del programa. RTVE ha anunciado que el espacio continuará, y ya se especula con posibles nombres para sustituirlo.

Entre los más mencionados se encuentran Llum Barrera, actual copresentadora, y algún rostro nuevo que pueda aportar frescura sin romper la esencia del formato. No obstante, para muchos, “Saber y Ganar” sin Jordi no será lo mismo.

En paralelo, la figura de Hurtado será homenajeada con una serie de especiales en los que se repasarán momentos míticos del programa, anécdotas de concursantes históricos y recuerdos compartidos por colaboradores.

También se está preparando un documental sobre su carrera profesional, desde sus inicios en Ràdio Nacional y Televisión Española, hasta convertirse en un símbolo nacional de la divulgación cultural.

A lo largo de su carrera, Jordi Hurtado ha demostrado una capacidad única para adaptarse sin perder su esencia. En un mundo mediático cada vez más acelerado y superficial, él apostó siempre por la calma, la profundidad y el respeto por el conocimiento.

Su figura ha trascendido más allá de los platós, siendo invitado habitual en actos académicos, foros culturales y campañas educativas.

Lo curioso es que, pese a haber sido uno de los presentadores más vistos de España, Jordi ha mantenido siempre un perfil bajo en su vida personal.

Casado, con dos hijos, alejado de los focos y sin presencia en redes sociales, siempre defendió el valor de la discreción. Esta coherencia entre su vida profesional y personal es uno de los aspectos más valorados por quienes han trabajado con él.

Ahora, en esta nueva etapa, Jordi no descarta nuevos proyectos, pero con otro ritmo. Ha mencionado su deseo de dedicarse a la lectura, viajar y colaborar puntualmente en iniciativas culturales.

También ha bromeado con su “muerte televisiva”, en alusión a la larga broma nacional sobre su eterna juventud, diciendo: “Después de 28 años, es hora de demostrar que soy humano”.

La marcha de Jordi Hurtado representa el final de una era para la televisión española. Su legado no solo es cuantificable en años o episodios, sino en el respeto que se ha ganado de millones de personas que aprendieron, crecieron y se emocionaron con él cada tarde.

Se va uno de los últimos grandes maestros de la televisión, y lo hace como vivió: con elegancia, discreción y una inteligencia que siempre supo acompañar con humildad.

Mientras España digiere esta noticia, queda una certeza: Jordi Hurtado ya forma parte de la historia, no solo de RTVE, sino de la cultura popular de todo un país. Y aunque el programa continúe, su sombra será larga y difícil de igualar.