José Manuel Saborido, cuñado de Joaquín Sánchez, sorprendió en Código 10 al quitarse en directo sus prótesis oculares para demostrar su ceguera, respondiendo a las acusaciones de su expareja, mientras niega otras polémicas que han afectado su imagen.

La televisión española vivió uno de sus momentos más impactantes cuando José Manuel Saborido, cuñado del exfutbolista Joaquín Sánchez, sorprendió a todos al quitarse en directo sus prótesis oculares en el programa Código 10.

La impactante escena ocurrió en medio de un encendido debate sobre su vida personal, luego de que su expareja, Ana Belén, pusiera en duda su ceguera y lo acusara de haber engañado a muchas personas con su condición.

Con una mezcla de indignación y determinación, José Manuel tomó la decisión de desmontar cualquier especulación de la manera más gráfica posible.

“Estoy cansado de que se dude de mí. ¡Ana Belén, que soy ciego! ¿No te dabas cuenta cada noche?”, exclamó antes de retirarse las prótesis y dejar a la vista sus cuencas vacías.

El gesto dejó sin palabras a los presentadores y generó un impacto inmediato tanto en el plató como en los espectadores, que no tardaron en reaccionar en redes sociales.

Las dudas sobre la ceguera de José Manuel no fueron el único tema polémico de la noche. Durante la entrevista, también negó otras acusaciones que han surgido en su contra en las últimas semanas, como la de haber conducido en estado de embriaguez y la de vivir como okupa en su propia casa.

“Me han llamado estafador, han dicho que vivo de okupa… ¡No tengo antecedentes penales, mi historial está limpio!”, aseguró con firmeza, tratando de desmentir todos los rumores que han afectado su imagen.

Este episodio ha puesto aún más atención sobre la familia de Joaquín Sánchez, quien en los últimos meses ha estado en el ojo del huracán debido a rumores sobre una supuesta crisis con su esposa, Susana Saborido, hermana de José Manuel.

Las especulaciones sobre problemas matrimoniales se intensificaron cuando circularon informaciones sobre mensajes comprometedores entre Joaquín y una modelo, aunque recientemente la pareja ha sido vista unida, tratando de dejar atrás cualquier controversia.

El gesto de José Manuel en Código 10 ha dividido a la audiencia. Por un lado, algunos espectadores han mostrado su apoyo, destacando su valentía al demostrar de forma contundente su condición y defenderse de las acusaciones.

Por otro lado, hay quienes consideran que el momento fue innecesariamente extremo y que podría haberse manejado de otra manera sin llegar a una exhibición tan cruda en televisión.

Las redes sociales explotaron con reacciones inmediatas. En Twitter, algunos usuarios calificaron la escena como “surrealista” e “impactante”, mientras que otros se preguntaron hasta qué punto las personas deben llegar para demostrar su inocencia ante el juicio público.

También hubo mensajes de apoyo y críticas hacia el programa Código 10 por permitir un momento tan extremo en vivo.

Más allá del escándalo, la historia de José Manuel Saborido ha estado marcada por la adversidad. Perdió la vista hace más de treinta años a causa de un accidente que cambió su vida para siempre.

Desde entonces, ha tenido que enfrentarse a múltiples desafíos y, ahora, a una exposición mediática que pone en tela de juicio aspectos de su vida personal.

A pesar de la controversia, él insiste en que solo quiere limpiar su nombre y que las personas conozcan la verdad sobre su historia.

Mientras tanto, Joaquín Sánchez sigue enfocado en su carrera televisiva tras su retirada del fútbol profesional. Su programa El Capitán en América ha sido bien recibido por la audiencia, mostrando una faceta más íntima y carismática del exjugador.

Sin embargo, la situación familiar que lo rodea podría traerle más momentos incómodos, especialmente si los conflictos de su cuñado continúan acaparando titulares.

El debate sobre lo sucedido en Código 10 sigue abierto. ¿Hasta qué punto es válido que una persona tenga que llegar a tal extremo para demostrar su verdad?

¿Fue este acto un reflejo de la desesperación de José Manuel ante la presión mediática o una estrategia para limpiar su imagen?

Lo que está claro es que este momento televisivo quedará en la memoria de muchos, y las repercusiones de su impacto aún están por verse.

Este episodio ha puesto en evidencia cómo el mundo de la televisión y el espectáculo pueden convertir la vida privada de las personas en un espectáculo público, donde la opinión de la audiencia puede llegar a dictar el futuro de alguien.

Para José Manuel Saborido, la batalla para restaurar su reputación aún no ha terminado, y su historia sigue escribiéndose entre la verdad, la controversia y la opinión de millones de espectadores.